Capítulo IX

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Christian no respiró tranquilo hasta que se supo dentro del coche de Jonás con las puertas cerradas. Lo que había pasado ahí dentro había sido una de las experiencias más surrealistas de su vida, y en ese momento quería estragular a Andrei por avocarle a una situación así sin ningún tipo de aviso previo por su parte.

Golpeó el volante con rabia, ¿Por qué cojones le pasaban siempre esas cosas? ¿Por qué su vida tenía que ser así? Estaba cabreandose cada vez más y sabía que solo había una manera de calmarse.

Con movimientos bruscos y acelerados, sacó la china de hachís que guardaba en su bota izquierda y se lió un porro con manos temblorosas.

Dio dos caladas profundas seguidas, y un cosquilleo suave recorrió sus músculos. No era más que efecto placebo, tenía demasiada tolerancia ya como para que realmente le afectasen un par de caladas, pero a él le valía.

El ruido de la puerta del conductor abriéndose le sobresaltó, no se había dado cuenta de que el capullo de Andrei le había seguido hasta que se metió con él dentro del coche y se sentó en el asiento del conductor.

—Me cago en tu puta madre, Andrei. Me cago en tu puta madre y en tus muertos más frescos. —Escupió a modo de saludo.

La expresión divertida en el rostro del rumano le irritó a niveles estratosféricos, y eso era peligroso. A Mihai no se acercaría ni llevando una armadura medieval, pero Andrei no le daba miedo en absoluto, a él sí que podía partirle la cara.

—¡Ni se te ocurra reírte, maldito hijo de la gran puta! ¿¡A qué cojones ha venido todo eso!?

—Cálmate Chris, no ha sido nada.

—¿¡Que no ha sido nada!? ¡Primero resulta que tienes un hermano del que no sabía nada y que se parece a Freddy Krueger! ¡Luego me metes en esa puta casa que parecía el Disneyland de las ratas! ¡Os ponéis a hablar en rumano o en lo que coño sea, me tenéis ahí sin entender ni una puta palabra, me haces una encerrona con lo de Argentina, y al final resulta que tu puto hermano sabe hablar español! Dime, ¿Que cojones habéis dicho allí dentro que no queríais que yo entendiera?

—Baja esos humos Chris, te estás montando una película. Mihai no habla bien español. Sabe lo bastante para defenderse, si, es lógico, lleva años aquí en Valencia, algo aprendes si o si, pero se siente más cómodo hablando en su idioma natal si tiene la oportunidad, y sinceramente, lo he hecho de forma casi inconsciente, no he hablado con Mihai en español en mi vida; si él está delante, el rumano me sale instintivamente. Y sí, tengo un hermano ¿Que tiene eso que ver contigo? Tú tampoco me has contado a mí una puta mierda sobre tu familia y no me verás haciendo un drama por eso ¿Que cojones te importa a tí? Respecto a lo demás... Sabías a lo que venías, ¿Que esperabas? ¿Un picnic en el parque?

—¡No, joder! Pero esto... Mierda, esto es demasiado... —Abrumado, así es como se sentía, demasiados pensamientos inconexos dando vueltas en su cabeza, agolpándose allí y chocando entre ellos como un pogo en una rave*, destrozándole el puto cerebro. Quería decir un montón de cosas, pero todo se volvía difuso y las palabras no le salían, no era capaz de expresarse y estaba respirando demasiado deprisa, como cuando era un crío y se encerraba en el armario mientras su abuela le gritaba que era un sucio pecador y que llevaba dentro al demonio. Hacía años que no se sentía así, ¿Que mierda le estaba pasando? Y la verdadera cuestión, ¿Como cojones lo paraba?

Por suerte o por desgracia, Andrei le conocía desde que era niño, aunque no supiera nada de él, aunque no estuviese seguro de si ellos eran realmente amigos o si su relación era demasiado retorcida como para catalogarla así. Andrei le conocía, y sabía cuál era la mejor forma de detener toda esa mierda que le estaba consumiendo, al menos de manera inmediata.

Quédate Conmigo (HIATUS)Where stories live. Discover now