Conde herpes [Futuro MVDH #1]

Capítulo 7: "Lo haré"

☆♛☆ 7. "Lo haré" ☆♛☆

—¡Patos! —Corre hacia el lago.

—Con cuidado, Lía —le advierte Jack, quien se adelanta para alcanzarla.

—Mira, tío. —Le toma la mano—. Hay patos. —Señala a los animales.

—Son lindos. —Mi hermano sonríe.

Un tercero pensaría que son padre e hija por lo cercanos que lucen.

—Cada vez que veo a Lía sonreír no puedo evitar recordar a Max. —Rei, quien está parada a mi lado, suspira—. No solo tiene sus ojos, también su sonrisa.

La opresión en el pecho, que me acompañó estos últimos años, y que se había ido por unos segundos, volvió con más fuerza.

Es justo, flaqueé por un momento.

—¿Ella sabe quién es su padre? —Presiono los dientes.

—¿Lía? —Me mira—. Claro que lo sabe. —Sonríe—. Apenas preguntó por su papá Amelia le mostró fotos de él. Sus cuentos favoritos para dormir son anécdotas de Max.

Asiento ante la nueva información. Era algo que me estuve preguntando desde que me fui pero no encontraba el momento para preguntar al respecto. Admito que me tranquiliza un poco el saber que tomaron tal decisión.

Aunque una nueva inquietud aparece en mi mente.

Lía sabe quién es su papá. Pero no sabe que fui yo quién...

—Tengo que irme.

Esto fue una mala idea.

—¿Seguro?

Estoy bastante seguro que no puedo seguir aquí.

—¡Mamá! —Lía corre hacia su derecha.

Giro la cabeza en la dirección por donde se aleja y aprecio a una mujer de rodillas y con los brazos abiertos.

Su mamá.

Aunque es la segunda vez que la veo ahora sí puedo prestar atención a su físico. Su cabello está más corto, lo que resalta más sus ondas. Lleva ropa cómoda, ideal para un paseo. Aún sonríe con todo el rostro, lo que me indica que sigue siendo expresiva y fácil de leer.

Está igual a excepción del cabello y las ojeras, bastante notorias a pesar de los metros que nos separan.

Se levanta, con Lía en brazos, y se paraliza en cuanto nuestras miradas se cruzan.

Sus ojos verdes están llenos de sorpresa, no esperaba verme aquí.

Es mi señal para irme.

—Te veo luego —le digo a Rei.

Doy media vuelta y me alejo.

—Exionista —grita a mi espalda.

Freno de inmediato. No pude dar ni tres pasos.

Escucho los pasos acercándose hasta que la pequeña se detiene frente a mí.

—¿A dónde vas? —Gira su cabeza todo lo posible para verme a la cara.

Rei tiene razón, tienen los mismos ojos.

—Debo hacer algo importante.

—¿No puedes quedarte un rato más? —Hace un puchero.

Presiono los labios y sopeso las opciones que tengo.

Lo mejor para todos es si me voy, así no arruino su tranquilo paseo.