Capítulo 48: "Nunca crezcas, por favor"

510 47 5
                                    


☆♛☆ 48. "Nunca crezcas, por favor" ☆♛☆


—Lía, vuelve a la cama, aún es muy tempra... ¿Frank? —su voz ronca me confirma que acaba de levantarse.

Doy media vuelta para contemplar su imagen de recién levantada. Encantadora. Y muy apetitosa.

Suelto el cucharón, apago la hornilla, me quito el mandil y me dirijo a ella. La tomo de la cintura, pego su cuerpo con el mío, y voy a su cuello para aspirar su delicioso aroma corporal.

—Eso hace cosquillas. —Se remueve, pero no la dejo apartarse, así que se rinde y me permite seguir olfateándola—. ¿Qué haces aquí?

—Te dije que vendría.

—Sí, pero... son las seis de la mañana.

—El plan original era venir a las cinco, pero me recomendaron que elija una hora más decente. —Lleno de besos su cuello.

—¿Y las seis de la mañana te parece una hora decente?

—No podía esperar más... —Voy subiendo con los besos hasta llegar a su mejilla—. Para hacer esto. —Miro directo a aquellos perfectos ojos verdes—. Feliz aniversario, Amelia.

Su sonrisa me obliga a contener el aliento.

—Feliz aniversario... cariño.

Mando de sabático mi autocontrol.

—Tienes razón. —La levanto y cargo en mis brazos—. Es muy temprano para salir de la cama. —La llevo a su habitación.

—¿No estabas preparando algo? —Rodea mi cuello con sus manos.

—Lo volveré a preparar después. —Sigo avanzando.

—Pero yo quería probarlo ahora... —Tuerce la boca, desanimada por tener que esperar.

Freno justo frente a su puerta y exhalo.

Ahora mismo deseo despedazar su pijama y tocar cada parte de su piel mientras se estremece debajo de mí.

—De acuerdo. —Doy media vuelta y sonríe mientras regresamos a la cocina.

Pero sus deseos son más importantes que los míos.

La acomodo en una de las bancas altas y voy por el mandil para colocármelo de nuevo.

—Wow, voy a comer algo preparado por ti. —Suspira—. Debo haber salvado a un rey en mi anterior vida.

—A dos reyes mínimo —agrego y enciendo la hornilla.

—Dos reyes y un presidente.

Ladeo mi boca y continúo cocinando.

—¿Y cuál es el plan para hoy?

—Te envié el cronograma a tu correo. —Le doy la vuelta al huevo con la espátula.

—¿A poco? Espera, iré por mi teléfono. —Se levanta y se va corriendo a su habitación.

Coloco el huevo sobre un plato y empiezo a freír el siguiente.

—¿Haremos todo esto? —Le ha tomado menos de un minuto regresar y volver a sentarse—. No creo que nos vaya a dar el tiempo.

—Sí lo hará. —Frío el tercer huevo.

—Desayunar los tres juntos —lee la primera actividad del día—. Dudo se pueda porque Lía no se levantaría ni aunque le sobornaran con una piscina llena de aceitunas.

Conde herpes [Futuro MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora