Capítulo 26: "No cuenta"

770 111 27
                                    



☆♛☆ 26. "No cuenta" ☆♛☆


Pestañeo lentamente tres veces hasta que mis ojos se adecuan a la luz.

Una terrible punzada en la cabeza interrumpe mi tranquilo despertar y me incorporo ya que será imposible continuar durmiendo con tal terrible dolor.

—¡Despertaste! —vocifera Lía en un extraño volumen alto que solo intensifica la tortura.

Estoy por preguntarle qué hace en mi departamento hasta que descubro que soy yo quien se encuentra en su casa. Difícil no reconocer la habitación de juegos de la pequeña. Hay tanto color en cada esquina que quema mis pupilas.

—Ya vengo. —Se levanta del suelo acolchado—. Iré a avisarle a mamá que al fin despertaste. —Sale corriendo.

Me quito la manta de unicornios de encima y con mucho cuidado me pongo de pie.

—Tengo que irme de aquí. —Me apoyo en la pared, demasiado agotado para seguir.

Rei, Jack, todo esto es su culpa. Voy a vengarme cueste lo que cueste.

Quisiera convencerme que no recuerdo nada de lo ocurrido anoche, pero es tan humillante que ni el mejor actor podría fingir amnesia.

—Voy a asesinarlos —gruño.

Salgo de la habitación y me apresuro en llegar a la salida, pero solo logro recorrer medio pasillo cuando ella aparece.

Y el que sonría así solo lo vuelve todo más vergonzoso. Es claro que no va a fingir que nada pasó.

—Toma esto. —Me entrega un vaso con agua y una pastilla—. Para la resaca.

Trago la medicina y bebo toda el agua, rogando haga efecto pronto.

—Gracias. —Le devuelvo el vaso—. Ya debo irme.

—Primero desayuna. —Amplía su sonrisa.

Ya veo, va a torturarme hasta el final. Se nota que lo está disfrutando.

Jack y Rei, no bastará con asesinarlos.

Se aleja y la sigo, resignado a aceptar el castigo.

Me siento al lado de Lía, quien bebe su jugo como si tuviera prisa o estuviera sedienta.

La señorita Thompson me acerca una gran taza con café humeante y me concentro en beberlo. Tal vez sea por la resaca que lo encuentro particularmente delicioso.

Se siente frente a mí.

—Entonces... sobre anoche. —Me atraganto con el café

Me entrega una servilleta y la uso para limpiarme la boca.

—¿Desde cuándo se ha vuelto tan directa? —Agarro una tostada caliente.

—Preguntaría lo mismo, pero tú siempre lo has sido.

—Señorita Thompson.

—¿Sí, Frank? —Se inclina hacia mí.

Debo mantenerme firme y dejarle en claro que lo ocurrido ayer fue solo un efecto del alcohol. Aunque prefiero que me sonría como lo está haciendo ahora a que me trate con frialdad, no puedo dar marcha atrás.

—Sobre lo que pasó anoche...

—¿Si?

—Mamá, ¿ya puedo levantarme?

—Claro, cariño, recuerda cepillarte los dientes.

—Sí, mamá. —Usa una pequeña escalera para bajar de su asiento.

Conde herpes [Futuro MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora