Capítulo 29: "¡Dale con la silla!"

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☆♛☆ 29. "¡Dale con la silla!" ☆♛☆


—¿Ya son novios?

—Lía, come tu helado. —Amelia le mete a la boca una gran porción— ¿Rico?

La pequeña asiente y se concentra en disfrutarlo. Su madre aprovecha para inclinarse en mi dirección.

—¿En serio tenías que besarme frente a ella? —murmura.

—Le dije que cerrara los ojos. —Le doy un sorbo al café.

—¿Esa es tu excusa?

—No es una excusa, es la verdad.

—Tú...

—¿Exionista será mi padrastro? —La pequeña ha terminado el postre— ¿Puedo seguir llamándote exionista o debo llamarte padrastro? —Me mira.

—Ay ya me llené, cómete mi parte, cariño. —Su madre le acerca su vaso con helado.

Lía lo recibe con emoción y se enfoca en devorarlo. Amelia recuesta la cabeza sobre la mesa y exhala en derrota.

—Puedes llamarme como desees. —Miro a la pequeña mientras acaricio el cabello de su madre—. Mi prioridad es que estés cómoda, así sea yo quien provoque el efecto contrario me encargaré de erradicarlo.

La pequeña se ríe tal vez porque no comprendió lo que quise decir, pero está bien porque mi mensaje no iba solo para ella.

Amelia gira su cabeza de lado y nuestras miradas se encuentran. Bajo mi mano hasta su mejilla y la acaricio con el pulgar.

—No haré nada que no me pidas, y si hay algo que quiero hacer contigo te preguntaré con anticipación.

—¿Por qué te tomarías tantas molestias? —Levanta su cabeza.

—Porque no te gustan las sorpresas. —Ladeo la boca.

Abre un poco su boca, bastante sorprendida de mi respuesta.

—Uno, dos, tres... —Lía empieza a contar.

—Amelia... —Me inclino hacia ella y cubro su mejilla con mi mano— ¿Puedo besarte?

Sonríe ampliamente y esta vez es ella quien elimina la distancia entre nosotros.

—Diez, once, doce...

Tendré que enseñarle a contar hasta mil. Aunque tampoco creo que baste.


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—¡Dale con la silla! —gritan Lía y Amelia al televisor.

Intento no hacer cálculos para averiguar cuántas veces han tenido que ver la película del ogro para aprenderse la mayoría de los diálogos porque es más entretenido verlas a ellas imitando a los personajes.

Amelia saca del bolsillo su teléfono y se levanta para contestar la llamada a varios metros de distancia. No logro escuchar lo que dice, pero sonríe demasiado, lo que significa que está hablando con alguien cercano. Nota que la estoy observando y se me acerca.

—Es tu asistente. —Me acerca el teléfono—. Dice que has estado ignorándola.

Recibo el aparato y es mi turno para apartarme.

—Espero sea una emergencia lo que tienes que decirme —le advierto.

Me irrita la idea de tener que volver a recordarle que si no contesto llamadas o mensajes significa que no quiero ser molestado.

Conde herpes [Futuro MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora