Capitulo 2: "La caída de Lunargenta"

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Lordaeron

Capital de reyes, hermosa y eterna Lordaeron,  sus bastos jardines igualan la belleza de las bastas mansiones élficas, la luz rebosa de fuerza y la voluntad de sus ciudadanos es orgullosa y arrogante, grandes plazas de belleza indescriptible  y magia fugaz se alzan sobre los palacios mas bellos y lujosos, sus gentes caminan orgullosas y con un aura de poderío retan al destino, por que esta es la capital del gran imperio de los hombres del este, y en la cúspide de la perfección rebosante de luz dorada, permanece el palacio imperial, hogar de la familia imperial y sede principal de la guardia personal del emperador. Detrás de aquel trono vacío, permanece una belleza sin igual, cabellos radiantes de color dorado  y una fina piel de porcelana, largas pestañas y ojos azules como el mar, sumida en sus pensamientos caminaba lentamente hacia los balcones reales, Jaína..la doncella de kul tiras, bella y valiente, se dirige al palco real mientras recuerda con tristeza el cálido abrazo de su amado, se encontraba sola y perdida en sus sentimientos, cuando entre pasos ligeros, observo con sorpresa la presencia de alguien peculiarmente importante, -"Hace mucho que no te veo, Jaina.."- su voz era tranquila y serena, llevaba finas túnicas de color rojo intenso y una deslumbrante  corona adornando su frente, su bello rostro no podía ser igualado por doncellas mortales, aquella mujer que ostentaba el titulo de Reina de Alterac y princesa Imperial, no era ni mas ni menos, que Caila Menethil, Segunda Hija  del Rey Terenas II y hermana del Emperador Arthas I, una de las mujeres mas importantes dentro del imperio de Lordaeron, mientras llevaba entre brazos a su único hijo, fruto de su unión con el Rey Prestor de Alterac, caminaba lentamente hacía Jaina mientras llamaba su nombre con emoción, -"Caila, no pensé que si quiera podrías llegar a recordarme, es un honor.."- Jaina respondió cortésmente mientras observaba con sorpresa al pequeño recién nacido entre los brazos de Caila,  no pudo disimular su expresión con sutileza cuando entre pequeñas rizas, la misma reina de Alterac y Princesa Imperial, sonrió tiernamente, -"Este es mi pequeño hijo, se llama Terenas III, igual que mi padre"-. Explico Caila alegremente, Jaina se sintió algo avergonzada pero no pudo evitar sentir algo de alivio en su corazón, por creer que había ofendido de cierta manera a la princesa imperial , solo cuando Caila se acerco lo suficiente, Jaina entendió que la princesa deseaba conversar sobre algún tema de interés, por lo que decidió acompañarla  sin vacilar,  los lujosos pasillos del gran palacio de lordaeron son la obra de arquitectura mas grande del continente, vastos corredores y deslumbrantes jardines llenos de vida y color sin igual. -"Se que la relación que llevas con arthas, es un poco incierta, pero no puedo desestimar la necesidad de un heredero de primera línea para la sucesión al trono del impero, tampoco niego la fuerza que posee mi hermano, pero aun así , por la seguridad y el futuro de nuestro reino, debe de  haber un príncipe imperial, por eso. Como prometida imperial debes de asegurar el linaje de las dos casas mas importantes del mundo conocido, Jaina.. yo se que Arthas te ama, solo debes de dar el primer paso, esta bien?"- la tensión se podía sentir en el ambiente, y  aun cuando la propuesta dejaba en total desconcierto a Jaina, ella no podía evitar sentir el llamado de su corazón, sentía profundamente el amor y deseo recorrer cada parte de su cuerpo.  -"Arthas"....- únicamente los pasillos del gran palacio fueron testigos de esa Reunión.

Tierras de Kuel Talas

Los grandes campos dorados de Kuel talas, Y el hermoso horizonte  resplandeciente de una tarde brillante, -"Escucho ecos de gloria y canciones de paz"- arthas observo con indiferencia las grandes villas de los altos elfos, niños elfos jugando por los parques,  y arboles bailando al unísono de la briza, el llanto de las hojas era tenue y tranquilo, mientras pensaba con calma el destino de este pueblo, no puedo evitar tener el recuerdo de un cálido lecho  y una hoguera caliente, pequeños lienzos en su mente, se trataban de un ligero deseo confuso, a veces cálido y otras tristes y confusas, mientras atravesaba la gran villa dorada de aldarión, no pudo evitar  la presciencia de un imponente árbol, hermoso y deslumbrante, su tronco era tan grueso y retador, el emperador entre pensamientos, pudo sentir el aura de aquel árbol y la inmensa fuente de poder sagrado que emanaba de sus tallos, intrigado se acerco lentamente, mientras era observado por los capitanes de la guardia forestal, los nobles campesinos de la villa sintieron un aura dominante por el entorno, a su alrededor, la prominencia del emperador de la humanidad era tensa y poderosa.

ARTHAS:  La Historia De un  Héroe CaídoWhere stories live. Discover now