capítulo 10: La caída de un Rey y el Ascenso de un Traidor (10)

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Nana se encontraba recostada en los muebles interinos del ayuntamiento, observando como los ciudadanos  hacían su día a día. un único pensamiento cruzo por su cabeza y no pudo evitar sonrojarse "Un pensamiento de cabellera dorada para ser precisos" y que en el fondo de su corazón anhelaba poder volver a ver, mientras se  imaginaba mas de mil y un maneras para poder estar juntos. Aunque ella aun no conocía con exactitud ese extraño sentimiento llamado amor, creía fervientemente que lo que ella sentía por aquel caballero podía asemejarse un poco a dicho sentimiento. Su corazón le dolía y su cabeza no podía dejar de pensar en el "Acaso esto sera amor?, duele pero a la vez se siente tan bien.." Ese cruel, amargo y frívolo sentimiento entumecía su cuerpo y nublaba su cabeza "Es esto lo que siente una persona enamorada?," suspirando levemente recorrió con sus delgados y pequeños dedos su sedosa cabellera naranja, mientras jugaba con sus mechones de manera tierna e infantil. únicamente estando sola en el balcón, observando la llegada del ocaso de media tarde. Cuando parecía haberse aburrido entre la multitud algo inquieta y sumisa pudo fijar su mirada sobre un gran bulto dorado, tomando forma entre los ciudadanos quienes se arrodillaban conforme este ser avanzaba. "Su corazón latía con fuerza, le dolía, le punzaba de manera desesperada conforme sus pensamientos se nublaban y varías lagrimas caían sobre sus mejillas. su cuerpo lo necesitaba, exigía su calidez  y calor, tocándose el pecho presionando su puño en una escena de trama romántica y senil de inmediato bajo de la torre, a la mirada de los sirvientes del lugar. quienes observaban como una pequeña doncella de cabellera naranja recorría rápidamente sus pasillos hasta llegar al primer piso, cuando estuvo  a unos pasos de la entrada la puerta se abrió dejando ver a la vista un caballero de sedosa cabellera dorada como el trigo, ojo celestes, prominente-mente alto, de fina test y bastante guapo. tenía un mirada tranquila y de el  emanaba un aura de calidez y tranquilidad innata, que reconfortaba a todos aquellos que se encontraban en la sala. la sala se lleno  de un aura apacible de tranquilidad y calidez, pero sobre todo relajante. Cuando ella lo vio y fijo sus cristalinos ojos sobre su masculina apariencia llevo sus manitas  hacia su pequeño pero fino rostro mientras dejaba salir un grito sutil pero tierno.

-ARTH!!!-

De inmediato ella dio un pequeño pero gran salto , el tiempo parecía haberse detenido mientras a cámara lenta  sus dos cuerpos chocaban entre si. ella se aferro con todas sus fuerzas sin la mínima esperanza  de dejarle ir, " En su cabeza  se formaba la idea, que nunca mas le dejaría marcharse. Nunca!, jamas de los jamases"Con forme el amortiguaba su caída ella se hundía en su pecho, sosteniéndose fuertemente  en su capa presionando cada ves mas contra su cuerpo.

-"Nana!?  estas bien?"-

Arthas estaba algo preocupado mientras abrazaba a aquella niña de cabello anaranjado, conforme acariciaba suavemente  su cabeza, el pudo notar que ella cada ves reforzaba su agarre alrededor de su cintura cada ves que él se movía el mas mínimo centímetro de ella , el quedo encantando cuando tratando de verle el rostro, ella lo miro fijamente  mostrando sus  maravilloso ojos verdes con un toque jade estos estaban rojizos  y cristalinos, muy hinchados y de ellos bajaban pequeñas gotas color cielo que iban rozando sus mejillas dejando marca conforme caían hacia el suelo etéreo.

-"Nana....uhm..!"-

De repente sus labios fueron ocupados cuando una pequeña peli-naranja se alzo en puntitas y rozo sus labios con los suyos, sujetando fuertemente su cuello. a si estuvieron un rato mientras exploraban con sus lenguas la boca de cada uno en un tierno pero lujurioso beso muy apasionado. cuando se separaron por falta de aire de ellos se podía notar un delgado hilo cristalino de saliva conectando sus bocas, el estaba confundido. No creía en el amor a primera vista, pero había algo en esta chica que le resultaba hipnotizante, le hacia sentir que debía estar con ella a como diera  lugar, protegerla y amarla. Abrazarla, acariciarla pero sobre todo el sentía que la necesitaba .

ARTHAS:  La Historia De un  Héroe CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora