ᴍɪ ɴᴀᴄɪᴏɴ / ɴᴀꜱʜᴜʀi

PRÓLOGO

Había pasado un año desde el incidente con Talokan y Namor. M'Baku se convirtió en el nuevo monarca de Wakanda, mientras que Shuri vivía en Haití con su sobrino y Nakia. Quienes le daban todo el apoyo posible e intentaban ayudarla a superar todo lo sucedido.

Era complicado para la princesa superar las muertes de sus seres queridos y más aún el encuentro con su primo.

¿Acaso el problema era ella?

¿Y si ella era idéntica a su primo?

¿Qué clase de reina tendría Wakanda a futuro si ella regresaba?

M'Baku le había ofrecido el que regresara a su nación cuando se sintiese lista e inmediatamente iniciarían con los preparativos para su coronación. Claro que con su respectivo reto. M'Baku había sido un gran apoyo para ella y Wakanda.

Aunque claro estaba que el pueblo tenía mucha fe y confianza en que Shuri regresara despues de todo ella era la pantera negra. Protectora de Wakanda.

Actualmente la princesa se dedicaba a pasar tiempo con su sobrino. Quien le traía vagos recuerdos sobre ella y su hermano. El pequeño T'Challa era idéntico a su padre en muchos aspectos. Era su viva imagen y eso era algo que Shuri amaba.

Una de las nuevas cosas que se había incorporado a la rutina de la princesa era ir a la playa a media noche y disfrutar del sonido de la brisa marina ya que dicho le traía paz y tranquilidad. Jugaba con las olas y a veces hablaba sola aparentando tener una charla con su madre o hermano contándoles su día a día.

Hasta que una noche en particular mientras ella lloraba desconsoladamente sucedio algo inesperado.

Una visita.

— Ma' a yok'ol  — dijo una voz masculina asustando a la princesa — No llores — se tradujo así mismo mientras se sentaba al lado de la princesa quien lo miraba con confusión.

— ¿Namor? — preguntó la princesa confundida.

— Hace un año te propuse quemar el mundo juntos, pero tú decidiste negarte y si te soy sincero luego de todo lo sucedido quede maravillado contigo. Serás una gran líder después de todo y es por eso que vengo ante ti a pedirte que te unas a mí. Te propongo el que me conozcas a mí y a mi nación. Luego de todo eso espero una respuesta — habló Namor mientras miraba fijamente los ojos de la princesa.

— ¿Sobre qué? — preguntó Shuri.

— Sobre si deseas quedarte en Talokan — habló con una leve sonrisa mientras acariciaba la mejilla de la princesa — Mi nación es tuya, Shuri, al igual que yo — dijo mientras tomaba la mano de Shuri y la guiaba a su pecho.