d o s

3.2K 102 46
                                    



— ¡¿qué?!

— ¡sí! ¿Qué hiciste para que le pase eso, eh?

— ¡nada! —digo y me suelto del agarre de su mano. —y no quiero saber nada tampoco, Sara.

—hoy me pidió venir a conocer a cada trabajador, así que le dije que sí. Es una oportunidad genial para poder conocerlo, charlar con él. No me digas que no es algo genial.


—bueno, es un lindo chico, pero no estoy interesada en nadie por el momento, solo es eso. Además, no tengo tiempo ni ganas de adentrarme a una relación amorosa donde al paso del tiempo todo se deteriora y uno de los dos comienza a pensar en las probabilidades de dejarlo todo, dejando a la otra parte sufriendo y pensando en qué se equivocó o qué hizo mal para que todo acabe de esa forma. —digo casi sin respirar provocando un asombro en el rostro de la mujer.



— ¡intenso! Mira, no conozco tu vida ni lo que te pasó pero estoy segura de que necesitas alguien para confiar... —dice mientras se sienta y habla mientras hace sus cosas. —o pasear, ¡o amar!



—lo haces ver tan fácil.



—te complicas sola. Además ya dije que sí, lo cual significa que debe estar terminando su recorrido y así irnos a casa. No nos va a venir mal una visita de parte de una persona importante. Anda, hace lo tuyo, relajate. Después ve todas las posibilidades, ¿bien? —pregunta y asiento para salir de ahí y volver a mi casa después de un atareado día.



—rubia cabeza de manteca, ¿quién se piensa que es para querer manejar mi vida? ¡además no me interesa nada...! ¡ay! —alguien había pasado por delante mío chocándome. Levanto la mirada para empezar a pelear pero hago silencio al ver quien era.




—hola.


—hol-la. Hola, buenas noches.


— ¡perdón! Venía muy apurado y no te vi, ¿te hice algo?


— ¡no! No, no, no sé preocupe, puede... puede pasar.


—debemos llevarnos a penas unos tres años, además ya nos conocimos anoche. Por favor no me trates de usted. —dice mientras sonríe y pienso que tiene una sonrisa bastante linda. Extiende también una de sus manos. —soy Tomás, Tomas Achaval, mucho gusto de verte otra vez.



—Ludmila. Ludmila Castillo.



— ¡veo que ya se conocieron! —la rubia manteca aparece detrás nuestros con sus tacos resonando en el mármol y aquel no deja de mirarme mientras sonríe.



—solo me faltó esta parte de tu hermoso edificio, Sara. Estas haciendo un trabajo estupendo.


—bueno, yo ya me voy yendo porque se va a hacer un poco tarde y estoy sin auto. Permiso.



— ¡yo podría llevarte! —rápidamente habla Tomás y al lado Sara sonríe pícara.


—no, no te preocupes, todavía tengo que buscar mis cosas y no te quiero atrasar.



—insisto, mi trabajo acá está hecho y estoy libre.


— ¡vamos, Ludmi! Va a costarte un poco encontrar un taxi. —sonrío apretando mis labios queriendo que se calle.


—bueno, esta bien solo... solo necesito buscar mis cosas y puedo esperar abajo.


— ¡genial!




"2gether" //Enzo Fernández//Where stories live. Discover now