c a t o r c e

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     Un nuevo día se avecinaba, y yo llegaba tarde al entrenamiento ya que Sara me necesitaba en la conferencia de las once, con aquellos alemanes tan rubios y hermosos. Pude haberme quedado un rato más, de no ser porque quería llegar, esta vez tenía muchas ganas. Vaya Dios a saber por qué.
   Voy algo metida en mi celular ya que Santiago estaba programando un encuentro para conocer a Anneliese, su novia. Así que estaba feliz por aquello. El peor momento viene, cuando me doy cuenta de que los encargados del mantenimiento habían dejado una escalera grandísima en medio del pasillo, por la cual yo pasé de bajo. Cuando me doy cuenta freno mi paso, tratando de caer en aquello, así que saco la vista de mi celular volviendo mi vista atrás. Efectivamente, había pasado debajo de una escalera. Lo cual trae mala suerte.



—como si fuese que no me falta encima. —niego con la cabeza renegando y sigo. Aunque algo preocupada, inmersa en mis pensamientos y ya sintiendo el mal augurio. Dejo mis cosas en el vestuario ya que ya había venido cambiada. Más, adelante, me cruzo con Enzo quien estaba saliendo de la oficina. Me ve así que guarda su celular en el bolsillo poniéndome atención, me espera mientras llego a él algo distraída.



— ¿qué te pasa? —me pregunta y me saca de mis pensamientos. —Tenes una cara. ¿No dormiste bien?


—sí, pero el bolso que traje hoy es pesadísimo. —
Ambos comenzamos a caminar hasta el campo de juego. —y cuando venía por el pasillo pasé por debajo de una escalera... algo malo me va a pasar. —le digo triste y preocupada mirando al frente.


— ¡ay! No me digas que crees que en eso. Nomas estás pensando demasiado. ¿Qué te puede pasar?


—no sé, solo... nada. Quizás es porque estoy despierta desde temprano y no paré hasta ahora. Debe ser que estoy algo distraída solamente.
   Sonrío y llego al campo de juego, justo cuando estaban comenzado a hablar.



—llegaste justo. —me dice Florencia y me paro allí al lado de Enzo, saludando a todas en general. Claro que nadie me había saludado de vuelta ya que él estaba allí acaparando toda la atención.—les estaba diciendo a las chicas que debido al recorte de personas nuevamente, ya que algunas no soportaron, decidimos mezclar equipos, y agregar más personas. Así que les quiero presentar a quienes nos van a estar acompañando del equipo de hombres. Ellos son: Ignacio, Ivan, Mateo, Thiago y Ramiro. Nos falta uno, pero esta unos segundos atrasados, así que v-...




—perdón, perdón. Estoy acá, me atrase un poco. —habla y entonces estiro mis brazos ya que estaban cruzados, abro mis ojos y de repente el pasar por las escaleras tiene mi castigo de mala suerte: Tomas estaría en mi clase. Compartiríamos lugar de entrenamiento. Cada día. Todos los días.








 Todos los días

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—no te veo hace un montón, allá nos mataban, así que cuando vi a la oportunidad de venir a entrenar con ustedes, lo hice. —me dice Tomás mientras estamos apoyados en algún lugar del campo de juego. Ya se había acercado a mi rápidamente.




"2gether" //Enzo Fernández//Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt