v e i n t i u n o

1.6K 145 51
                                    


. . .

—no se olviden, soy Ramiro Arias y este fue mi video para Juana y su equipo.
  Sonríe y va a apagar la cámara. Lo miro mientras me acomodo a un lado.

listo, quedó. Sos una genia, Ludmi. Muchas gracias por ayudarme a hacer este video.

—no te preocupes, siempre uso esta sala porque no vienen muchas personas más que los conocidos.

—gracias. Si Marcos no me hubiese abandonado, no te hubiese molestado tanto. Debí ser un plomo, ¿ya hiciste el tuyo? —niego.


—no, mi compañero esta un poco... ocupado. Así que en estos días vamos a hacerlo seguramente.
Digo y sonrío. Él también lo hace.


—en realidad también quería preguntarte si en estos días vos q-...
   La puerta se abre y ambos miramos allí para ver algo que no quise: Enzo. Quien nos mira unos segundos para finalmente hablar.



—perdón, no quise molestar.

Y sin más, cierra la puerta y se va. Abro la boca para hablar pero nada sale de ella.

. . .






    Eso había pasado ayer, así que ahora me encontraba guardando algo de ropa para lavarla. Pero por alguna razón no podía dejar de pensar en ese momento, ni en Enzo. Quien no me había escrito, ni llamado, ni aparecido como siempre lo hacía. Mientras guardo, encuentro esa camiseta que me había dado cuando el primer tiempo de aquel partido finalizó.





. . .



— ¿qué haces acá? Tendrías que irte al área de los bancos.

—si pero acá estas vos. Además tengo sed. —dice y me saca el agua que tenia en mis manos para beberla, ante la atenta mirada de los demás. — ¿queres que me quieran matar otra vez? Las cosas se habían calmado un poco.


— ¿qué? Solo me estoy hidratando a tu lado. Además ya te vas, quise verte antes de que eso pase. Sos mi amuleto, ¿viste ese gol? —ruedo los ojos porque había comenzado a molestarme.


—en fin, volve a tu lugar que ya me tengo que ir.


—bueno. —asiente aceptando aquello. Deja la botella a un lado, y empieza a sacarse la remera frente a mi. Frente a todos. Me la pasa y me la quedo, así que empieza a caminar hasta el vestuario.


— ¡¿y qué hago con esto?!


— ¡no lo sé!

. . .




   Me quedo mirándola. Ya no podía aguantar sin saber nada de él, así que lo llamo, esperando que atienda.

— ¿qué? —me contesta y saco el celular de mi oreja unos segundos. Había mucho ruido del otro lado.

— ¿dónde estás? ¿Por qué está tan ruidoso?

—no te importa. —Al parecer ya no es él sino el alcohol hablando por él.

"2gether" //Enzo Fernández//Kde žijí příběhy. Začni objevovat