Capítulo 14

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Capítulo 14

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Capítulo 14

La vida no era fácil, lo vieras por dónde lo vieras, aunque tratara de ser fuerte y no preocuparme era inevitable no hacerlo.

Mi vida estaba cambiando de una manera drástica, demasiado de hecho, en solo un par de meses se había agregado a mi una responsabilidad enorme.

Y, aunque estaba asustada, quería asumir toda esa responsabilidad porque sentía que era más grande que yo.

Por otro lado no estaba sola, tenía a papá, Román, Hannah y Aarón que durante toda la semana estuvo muy pendiente de cómo me sentía. Diariamente me mandaba más de un mensaje u sinceramente era más de lo que esperaba, ya que sabía que era alguien que estaba muy ocupado y además no éramos nada.

Pero, el hecho de sentirlo tan presente me hizo ver qué no estaría sola en esto, que él también quería ser parte.

Pero esta gran responsabilidad vino acompañada de sacrificios y eso era Jackson, toda la vida me gustó y me hubiese encantado que las cosas empezaran antes de todo este lío, pero no fue así, puede que nuestro momento se haya ido en la espera o quizás sea más adelante, pero en este momento no era lo correcto empezar algo con tantos cambios por venir.

Él tomó aquello mejor de lo que pensé, aunque me dijo que estaría esperándome, sinceramente no le creí, Jackson era guapo y popular, sabía que por allí habría alguien que sí podría darle todo lo que se merece y que yo en ese momento no podía.

En esta situación no estaba siendo egoísta a mi parecer. Solo esperaba que fuese lo correcto. Él merecía más de lo que podía ofrecer.

Era sábado y me encontraba en casa de mi padre como cada fin de semana, con la diferencia que ahora mi padre me mimaba y no me dejaba hacer casi nada, con la excusa de que debía estar tranquila para los bebés.

Cuando le conté que eran dos lloró mucho, no sé si de emoción o de miedo por lo que se le venía a su hija, solo se que su abrazo me reconfortó muchísimo.

Estaba sentada en la sala buscando algo en la tele cuando mi celular empezó a sonar y sin mirar quién llamaba conteste mientras pasaba canales.

—Hola —dije de forma descuidada.

—¿Del uno al diez qué tan fuerte fueron las náuseas hoy? —Por un segundo me quedé en silencio, nunca me había llamado, quizás la mañana de hoy estaba siendo más relajada, pero su pregunta me hizo reir.

—Un siete —respondí y Aarón suspiro.

—Bueno bajó algo la intensidad ¿Deberíamos alegrarnos? —Me costaba adaptarme a este tipo de interacción, pero la verdad es que me gustaba, nuestras conversaciones salían naturales, no había nada forzado en ellas.

—A mí me asusta la verdad, después en vez de diez sube a cien en intensidad. —Él rió un poco mientras lo escuchaba caminar. —¡No te rías! —le dije con una sonrisa en los labios.

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