Dos

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Park Seojoon era un candidato perfecto, claro que sí

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Park Seojoon era un candidato perfecto, claro que sí. No era la primera vez que Taehyung escuchaba su nombre y lo veía caminando en los pasillos de la empresa de su abuelo, no era la primera vez que Jin lo mencionaba como uno de los empleados más eficientes y fieles, comprometido con la causa y hábil con los negocios. Su aspecto era un diez, siempre se veía como salido de los mejores dramas de televisión, con un cabello perfectamente peinado, sus impecables trajes y sus zapatos caros que se mantenían lustrados a diario.

—No voy a salir con él —Taehyung le repitió a su primo que firmaba documentos y los apilaba en una esquina de ese amplio escritorio en su oficina.

—Si me dices que no te despierta ni un poco de curiosidad, no te voy a creer. Todo el mundo aquí quiere salir con él —Jin dijo escéptico.

—Y entiendo por qué —Taehyung dijo volteando los ojos —Pero eso no es lo que estoy buscando.

—Yo creo que harían una pareja estupenda, y que lo estás juzgando.

—No lo hago.

—Sí lo haces, y déjame decirte que te vas a arrepentir de ello.

—Mira, creo que estás leyendo mal mis suposiciones. No se trata de asociar su aspecto y su puesto de trabajo a la idea de un rompecorazones. Se trata de que también voy a trabajar aquí, de que salir con él conllevaría ver ese rostro perfecto cada mañana incluso en los días en los que esté enojado con él; que aunque no sea nuestra intención, los dos terminaremos hablando del trabajo cuando lleguemos a casa y estemos juntos. Y no quiero eso último. Odio estar aquí, odio el hecho de tener que darle mi vida a esta empresa. Y la idea de salir con alguien que ama trabajar aquí tanto que se pondría de rodillas ante el abuelo, me pone enfermo —Taehyung le aclaró sentándose derecho para ser tomado en serio, ante esto Jin soltó el bolígrafo y lo miró suspirando.

—Sé eso. Pero Seojoon es un hombre noble de verdad, es muy simpático y dulce. Y creo que conocerlo un poco más te reconciliaría con la idea de trabajar aquí. No hay nada de malo con que nos guste nuestra profesión, lo elegimos por una razón; no todos en este edificio viven en una tiranía absoluta, Tae —las declaraciones de su primo lo hicieron bufar y cruzarse de brazos a la defensiva, y cuando iba a replicar, Seokjin alzó una mano ante él y lo hizo callar —Todos los trabajos son estresantes en mayor o menor medida, en todos habrá problemas que resolver y cosas que te dejen pensando el día entero. Es una mentira que en tu trabajo soñado todo será perfecto, y creo que ese es el sentido de la vida, hacernos útiles para poder avanzar.

—Jin, sabes que te quiero muchísimo, que eres mi mejor y único aliado en esta familia y con quién compartiría mi salvavidas si un día naufragáramos en el mar. Pero cállate, por favor —Taehyung le dijo en un tono pasmoso, masajeándose las sienes —Tú no puedes entenderlo porque tú tuviste el privilegio de tener opciones. A ti sí te llevaron a hacer snowboard en los Alpes suizos de pequeño cuando lo pediste, a mí me obligaron a ir a un campo de golf por siete malditos años, bajo un sol espantoso, aguantando mosquitos y cuarenta grados centígrados, solo porque ese era el deporte favorito del abuelo. A ti sí te dejaron tomar clases de piano porque a ti sí se te daban bien las matemáticas, a mí me mandaron a clases particulares porque no era lo suficientemente bueno es ellas, cuando lo único que quería hacer era aprender a dibujar o jugar beisbol como cualquier niño normal. Y no digo que tu vida no sea difícil, respeto muchísimo la forma que tienes de asumir este rol, pero eso no es para mí. Y si no puedo evitarlo, por lo menos quiero poder guardar una parte de mí para que sea libre cuando el horario laboral acabe. Y eso no va a pasar saliendo con Park Seojoon.

—Nunca vas a dejar de pelear contra ello ¿Cierto?

—Jamás. Me voy a quejar todos los días de mi vida de ser necesario, y le repetiré a cada persona que se me ponga enfrente lo miserable que soy.

—Te voy a despedir apenas te sientes allí —su primo dijo señalando el escritorio que lo esperaba vacío frente a ellos, y lo hizo reír en medio de sus refunfuños —O mi vida será un infierno.

—Por ti sí trabajaría diligente —Taehyung terminó admitiendo —Además no es como si mi madre o el abuelo te fueran a dejar echarme.

***

Que Taehyung terminara compartiendo los minutos de descanso con Park Seojoon fue una completa casualidad. Él ingresó a la sala de empleados con intenciones de prepararse un té, y el hombre terminaba de servir en vasos plásticos el café para la mitad de su equipo. Cuando Taehyung no pudo con la maña de la tetera eléctrica y acusó a su abuelo de tacaño por no comprar una nueva, Park Seojoon se rio desenfadado y lo ayudó.

Cruzaron palabras y cuando él insinuó que el café se enfriaría, Seojoon anunció que él era un experto en el punto del calor. Y no fue una insinuación, pero el cerebro de Taehyung así lo procesó, y tuvo que apurar su bebida para ocultar la tos que le provocó.

Estaba yéndose, listo para volver a su realidad, a quitarse el traje satisfecho porque en esa visita obligada había molestado lo suficiente a las personas necesarias, cuando Seojoon lo detuvo y preguntó con su mejor sonrisa si le gustaría compartir el almuerzo alguna vez. Taehyung se reprendió mentalmente por ser un estúpido que no podía mantener convicciones después de darle su número de teléfono y verlo desaparecer.

El primer almuerzo fue otra casualidad, y tuvo que darle la razón a su primo a regañadientes porque Park Seojoon sí era encantador. El segundo sí fue una invitación, y ante el aguacero que se desató ese mediodía, el hombre se ofreció a llevarlo hasta su casa.

Seojoon comenzó a hablar sobre tratos y su lista de éxitos en la empresa de su abuelo, y Taehyung perdió el hilo porque eso era aburrido y porque era más interesante ver lo sexy que se veía al volante, prestarle atención a esa aura masculina avasallante que lo hacía olvidarse que el tipo estaba siendo exactamente lo que él sabía que sería. Y cuando estacionó frente a su edificio, Taehyung solo podía pensar en si lo iba a besar o no; pero Park Seojoon no se callaba y a él se le hacía tarde. Así que en un movimiento precipitado lo jaló por la corbata y lo hizo él. O lo intentó, porque falló y terminó siendo un choque brusco que hizo una pequeña grieta de sangre en el labio inferior del hombre que lo miró descolocado. Esos segundos le bastaron para entrar en razón, porque la conversación de ese día había rondado acerca de una próxima junta y las futuras inversiones, y a Taehyung ese tema le interesaba tan poco que terminó doliéndole la cabeza. La belleza y simpatía le había hecho perder el eje. Así que cuando el hombre terminó de comprender y quiso besarlo de forma correcta, Taehyung se negó.

—Esto no va a funcionar y será incomodo luego —le dijo.

Pero eso no detuvo a Park Seojoon. Entonces tuvo que eructar. Le acomodó el traje de forma apresurada y se disculpó palmeándole el hombro, repitiendo que había sido un gusto, que se verían por allí, cuando le tocase otra vez obedecer a su abuelo.

Se bajó del auto seguro de que ya no iba a salir con los candidatos de su primo, cuestionándose seriamente el mundo entero y su futuro.


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Isolato - Taekook (kookv)Where stories live. Discover now