Kim Yuna había nacido para triunfar, o eso era de lo que había estado convencida hasta que cumplió veintisiete y un test de embarazo barato le indicó que iba a convertirse en una madre soltera. Kim Yuna no era supersticiosa, no creyó en esa maldició...
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Aunque ese anteúltimo día de la semana su trabajo en la empresa era reducido, esas pocas horas transcurridas en el lugar bastaron para hacer de su humor y sus nervios un desastre. Primero por su primo, Seokjin que desde hacía días no superaba el hecho de que lo hubiese descubierto en su delito e intentaba justificarse cada vez que iniciaban una conversación, no dejaba de perseguirse, aunque Taehyung se limitase a pegar sus ojos a sus papeles y computadora en completo silencio. Y luego, por su abuelo, por supuesto.
—De verdad Tae, solo creo que deberías ser más gentil y acceder a hablar con él, por empatía. Namjoon no está teniendo un buen tiempo cuando piensa en eso —Su primo lo intentó otra vez, en un tono calmo.
Taehyung que hasta ese momento había estado envuelto en un montón de pensamientos errantes, desvío su vista de la pantalla de su teléfono para centrarla en el otro muchacho. Los ojos de Seokjin centellaron en súplica.
—¿Namjoon o tú? —le preguntó estoico.
—Kim Taehyung —su primo demandó en protesta.
—¿Qué? —le dijo él desafiante.
—Tú no eres así —el otro chistó y su estómago burbujeó en molestia.
—Te voy a decir algo que no soy —le dijo, comenzando a mover su silla giratoria para controlar la ansiedad —Alguien por quien sentir pena. No es muy difícil de comprender. Mis límites empiezan en el momento en el que no me escuchan, cuando no respetan mis deseos. Por lo que creo que estoy siendo gentil de sobra, ya que todavía no los he mandado a freír espárragos —ante sus dichos, Seokjin se enderezó en su puesto —Se aburrió de mí, lo acepté y no estoy haciendo un berrinche por ello ¿Qué más quieren de mí? ¿Qué les dé la bendición? Todavía me quiero un poco así que eso no va a pasar, aunque me agraden.
—Tal vez si no te empeñaras en salir con el niño, sería más creíble —su primo dijo en un murmullo que él oyó a la perfección.
—¿De qué hablas? —le dijo en un tono peligroso.
—El alumno de Namjoon...
—Se llama Jungkook.
—Como sea, si no te empeñaras en salir con él para vengarte...
—Si no te callas en este momento, esta engrapadora irá a parar en el medio de tu frente, y dios sabe que el maldito golf me dio una puntería espectacular —le dijo alzando el aparato para mostrárselo.
—No necesitas usar a un inocente, él no es el tipo de persona con la que disfrutarías pasar tu tiempo —continuó sin prestarle atención al objeto contundente.
—Tú no lo conoces de nada. No tienes idea qué es lo que me interesa de él, de las cosas que hemos hablado. Tú ni siquiera recuerdas como se llama, que a ti no te resulten interesante las personas que van por un camino diferente al tuyo no quiere decir que también a mí. Yo odio esto —dijo señalando a su alrededor, apretando el agarre en la engrapadora —Y puedo ser el nieto de mi abuelo, pero yo nunca haría tamaña estupidez. Jamás jugaría con los sentimientos de una persona. Namjoon ni siquiera llegó a calificar como persona importante en mi vida para hacer algo como eso, es solo alguien que me agrada. Y es un título que tanto él como tú están en peligro de perder si no dejan de insistir.
