33. Habitación

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La música dentro de la sala privada se había apagado. Aunque las palabras de Jiang Ran no era muy fuertes, pudo escucharlas con claridad. 

Cheng Feiyu se rascó la cabeza, pensando en que si Jiang Ran no se iba con Tan Ye, era posible que él no pudiera irse solo.

Varias personas miraron a Tan Ye. 

Tan Ye dijo: —Vamos. 

—Bueno —Jiang Ran dijo "Mm", se fue junto con él y se despidió de los nuevos conocidos. 

Después de salir de la sala privada, el aire del exterior estaba ligeramente más fresca. 

Jiang Ran metió su mano dentro de su bolsillo y tocó el examen. Sintió que este examen fue un completo error, ¿En qué estaba pensando antes de venir aquí y traer esto aquí?. 

No pudo evitar sentirse arrepentido. 

Ambos se adentraron al ascensor. 

Tan Ye preguntó: —¿A dónde vas?

Jiang Ran pensó por un momento: —Debería irme a casa. 

Había llegado aquí por accidente. 

Tan Ye de repente giró la cabeza: —¿Quieres ir a mi casa?

Jiang Ran abrió mucho los ojos: —¿A tu casa?

Era la primera vez que lo invitaban a la casa de alguien más, porque ya era algo fuera de lo común pedirle a Tan Ye que fuera a su casa la última vez. 

Tan Ye lo miró: —¿No quieres?. 

Su tono era un poco pesado, al igual que su habitual apariencia amenazante. Pareciendo que si se negara, se enojaría al momento siguiente. 

Jiang Ran dijo: —No...¿hay alguien más en tu familia?, jamás he ido a la casa de alguien y en caso de que a tu familia no le agrade, ¿debería dar algunas vueltas y llevarles obsequios?. 

Él pensaba demasiado. 

Tan Ye frunció el ceño: —¿Por qué estás pensando demasiado?. 

¿No es simplemente ir a la casa de alguien, cerrar la puerta y ya?, si otros simplemente no les gusta esto, entonces no le gustará. 

Estaba acostumbrado a ser alguien libre. 

Jiang Ran negó con la cabeza: —Por supuesto que tengo que pensar, si a tus padres no les agrado, ¿no sería inapropiado que yo fuera a tu casa?. 

Tan Ye curvó sus labios: —No hay nadie de mi familia, solo está mi abuela. 

Jiang Ran resopló. 

Había visto a la abuela de Tan Ye, cuando fue de compras al pequeño supermercado, pero en ese momento Tan Ye no estaba cerca. Cuando Yuan Ding la saludó, aprovechó la oportunidad para saludarla también. 

Tan Ye lo miró fijamente: —¿Irás?

Jiang Ran asintió: —¡Iré!. 

Por supuesto que quería ir. 

Quería ver cómo era la casa de Tan Ye. Según el carácter que tiene, su habitación debería estar desordenada, al igual que su escritorio. 

Tan Ye sonrió: —Tú eres el primero. 

Jiang Ran no lo entendió desde un principio, su mente estaba un poco mareada en este momento. Pero siempre sus momentos eran lentos y, él mismo no lo notó. 

En otras palabras, ¿era el primer compañero de clases en ir a la casa de Tan Ye?. 

Por alguna razón, Jiang Ran se sintió muy feliz con esto y dijo: —También fuiste el primer compañero en ir a mi casa, sin contar a los demás. 

UN BESO, UNA PREGUNTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora