Cosas del Destino ✨

Primer encuentro (II)

-: Waaaaah aaaahh

L: Ufff venga ya deja de llorar, por favor.

-: Waaaa Waaaaah

L: Papá debe trabajar, más tarde vendré por ti.

**: Luka, te divertirás mucho. Tus compañeros estarán feliz de verte.

Era la época más difícil para Luzu, ya que debía dejar a su pequeño hijo de 4 años, Luka, en manos de las señoritas de la guardería. Aún era muy joven y no tenía edad para entrar a la primaria, pero su padre debía estar en la universidad hasta la tarde, por lo que le hacía llorar cada vez que la temporada de clases iniciaba. Trataba de calmarlo entre sus brazos y haciendo movimientos de arrullo pero era casi imposible detener el llanto.

L: Perdone nuevamente esto. Ya van 2 años cierto?.

**: No se preocupe, es algo normal, y más en pequeños que están todo el día con papá.

El llanto comenzó a cesar, creía que se iba a quedar dormido en sus hombros luego de tanto sollozar por tener que separarse de su padre. Luka no lo entendería, pero la sensación y el aroma de Luzu era lo único que tenía, por lo que, incluso con convivir con otros niño, no le era igual que la calidez de su padre, por esa razón no podía detener su tristeza.

Luka: Papá...

L: Ya estás mejor?

Luka: Papá... No vayas..

L: Sabes que tengo que trabajar para poder comprarte tus cosas.

Luka: No quiero nada... Solo quédate conmigo.

Escucharlo le partía el corazón, su voz tan débil y esa expresión de tristeza con la que se desahogaba, no le gustaba dejarle ni estar un segundo lejos de él. Pero eran situaciones de las que no tenía control por lo que solo debía adaptarse, probablemente cuando estuviera rodeado de otros niños la ausencia desaparecería.

L: Hagamos un trato, yo iré a trabajar, tu te quedas con la señorita y tus amigos y cuando regrese vamos, y compramos un helado. Hmm Te gusta la idea?

Luka: De vainilla?

L: Del que tú quieras.

Finalmente salió una sonrisa entre eus mejillas, Luzu le dió muchos besos para terminar de hacerlo reír; le bajó de sus brazos en lo que su encargada tomó su pequeña mano para asegurar que no escapara y guiarle junto al resto del grupo.

**: No tiene de que preocuparse, en caso de alguna emergencia estaremos llamando.

L: Recuerde que al no ubicarme pueden llamar a la universidad.

**: Si, los números están en reserva. Despídete de papá, Luka.

Solo hizo un gesto con su manita para evitar llorar de nuevo a lo que fue correspondido por el mayor. Al darse vuelta y mirar su celular notó que estaba llegando tarde a su segunda clase. Había pedido un intervalo entre las clases para poder dejar a Luka en la guardería; cuando inició la primera clase fue fácil llevárselo y ponerle a dibujar entre los estudiantes, pero al notar que distraía a algunos de los presentes y que la señorita ya había abierto el lugar tras un mensaje de texto, decidió que lo mejor era dejarlo en un ambiente acorde a su recreación.

L: Los ubers más cercanos tardarán en llegar. Tendré que tomar el primer taxi que pase.

Tal y como lo predijo, detuvo uno de los automóviles más cercanos y le dió la dirección de la universidad, esperaba que no hubiese un revuelo por este incidente.

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Luzu era padre soltero y viudo además. Vivía en una residencia cómoda luego de mudarse de su casa principal en el centro de la ciudad. Su primera residencia la había obtenido junto con su esposo Auron; era un psicólogo dedicado a sus pacientes dando lo mejor de si para ayudar a resolver los problemas del resto, mientras Luzu trabajaba como profesor en la Universidad.