Retroceso

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Había sido un noche larga para ambos; entre besos húmedos, caricias lentas, embestidas fuertes y muchos gemidos, quedó marcado en sus cuerpos cuánto deseo tenían por el otro, así como el amor comenzaba a desbordar sus límites. L se había despertado antes, al abrir un poco sus ojos y tratando de enfocar su visión, se encontró con una cabellera negra brillosa con olor a shampoo perfumado reposando en su brazo izquierdo, mientras que su mano derecha estaba aferrada al cuerpo de su amante.

Instintivamente su olfato se deleitó con el aroma de su compañero así como llenarle de caricias su torso desnudo. No estaba satisfecho con todo lo que se había deleitado, quería seguir con su aventura en aquel torrente mar que le arrastraba con cada caricia. El tacto de sus manos provocó que la blanca piel de Q se erizará haciendo despertar al joven.

L: Buenos días patito.

Q: Hmm, Luzu..

L: Puedes seguir durmiendo, descansa.

Q: Que hora es?.

L: No lo sé, pero ya el sol salió. Debo irme.

Q: Hmm, Está bien...

L: Te escribo luego.

Antes de irse a vestir, dejó un beso en el cuello de su amado y apretó uno de sus muslos en señal de que todo aquello ahora era de su pertenencia. Al levantarse fue en dirección a la ducha, no podía irse así como así. Todo había sido increíble, no habían palabras para describir lo que sentía, L estaba encantado de volver a sentirse de aquella manera, que su corazón volviera a entregarse a un amor tan sincero, pero en cierto modo no podía dejar de preocuparse; ya había perdido un gran amor, apasionante e indomable, no quería que se repitiese.

Vestido y peinado, L observaba como el bello durmiente se quedaba en la cómoda cama, envuelto en los cobertores mientras que él debía irse. No quería dejarlo de esa manera, quería quedarse un poco más con él pero era inevitable, no debía olvidar que era un padre responsable además de un buen trabajador. Sin más nada que decir, apagó las luces y salió de la habitación del hotel.

Durante su caminata en el pasillo solo podía sentir sus pies pesados, estaba por devolverse corriendo y acurrucarse entre las sábanas, sumergiéndose en las aguas turbulentas del joven pelinegro así como ahogarse entre la pasión que salía de sus cuerpos. Le encantaba la idea de inventar cualquier excusa barata para no asistir a la universidad, pero no tenía más inventos para su hijo, y la verdad, no era lo adecuado.

Tocó el botón del ascensor mientras consideraba si realmente perder un día de trabajo era algo malo, y como hacer para que su responsabilidad de padre no le fuese un dolor de cabeza al menos una vez en la vida. Apenas las puertas del ascensor sale abrieron no notó que una persona estaba saliendo del mismo, por lo que sus hombros chocaron de manera algo rústica. Despertó de sus pensamientos para poder ver el rostro de aquel sujeto, era un joven, quizás algo mayor que Q, su cabello era rizado, tenía barba y bigote unidos y su mirada era algo siniestra.

L: Disculpa fue muy mal de mi parte.

-:... Ja.. ni se moleste. También fue mal de mi parte.

L: "Su voz es muy ronca, y algo me da mala pinta."

Sin decir nada más, subió al ascensor con una sensación extraña con respecto a aquel sujeto el cuál solo le miró por encima del hombro mientras las puertas se cerraban. No entendía por qué se le quedaba viendo de aquella forma, pero algo tenía muy claro, pudo notar una sonrisa en su boca en cuanto las puertas terminaban de cerrarse.

Esta persona suspiró apenas vió los números descender para luego reírse tal y como si se tratase de una escena psicótica. Al terminar aquello volvió a suspirar y continuó con su camino, arregló un poco su traje así como su cabello, parecía que tuviese una reunión muy importante de la cuál no podía ausentarse.

-: Así que es él. Bueno, creo que tienes un buen gusto pero no ha nacido la primera persona que pueda alejarte de mi.

......... "My sweet Pumpkin"......
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El joven pelinegro se levantó precipitadamente con la respiración agitada y algo de sudor corriendo por su cuerpo; aún se encontraba en la habitación del hotel, el sol no estaba ni acercándose así que todo estaba a oscuras. Cuando recuperó algo de aire pudo notar que L seguía a su lado, descansando, todo aquello fue solo un sueño y uno de los peores. No quería ni imaginar que algo así sucediese, pero luego de aquellos mensajes no podía evitar sacarse de la cabeza que algún día debía enfrentar su pasado nuevamente, dejando las cosas claras.

L sintió el movimiento de las cobijas por lo que se volteó para poder ver lo que pasaba. Su visión estaba borrosa pero al extender su brazo izquierdo notó que el joven estaba sentado, con las sábanas a la mitad de su cuerpo.

L: Quacks.. estás bien? Que sucede?

Q: N-No es nada es solo..

L: Hmm? Te escucho algo nervioso. Que pasa?

Q: Luzu..

L: Ven recuestaste.

Sin decir algo más el joven volvió a acurrucarse entre las cobijas, está vez un poco más cerca de L quien le ofreció su pecho para que pudiese consolarse y calmar sus ansias. L cubrió los hombros de su amado con las mantas seguido de colocar su brazo encima de las mismas sirviendo de ayuda para calentarse además de hacerle sentir seguro con ese abrazo.

L: Te sientes mejor?

Q: Si. Disculpa, te desperté.

L: No te disculpes solo tuviste un mal sueño.

Q: Luzu..

L: Si dime.

Q: Gracias, por todo. En este momento, aquí, a solas, no quiero que acabe.

L: Alex, yo tampoco quiero que este momento acabe, solo quiero que estés bien, quiero que confíes en mi, ser tu apoyo. Descansa en mis brazos todo lo que quieras, usa mi pecho como tú refugio.

Conmovido por las palabras algo adormiladas del mayor, Q se acercó hasta los labios del castaño para poder dejar un largo beso en su boca, no importa cuánto mal le hubiesen hecho, aquello se trataba de un nuevo capítulo, una nueva historia, y una nueva oportunidad de demostrar que era capaz de cualquier cosa solo para ser feliz, solo que está vez tendría a L.

Q: "Este amor crece más y más.. y tengo mucho miedo de perderlo".

El calor de sus cuerpos comenzaba a ser calidez para el alma, a pesar de tener aquella pesadilla, Q pronto comenzó a sentirse adormilado. Después de aquellas palabras estaba seguro que no tendría problemas en recobrar el sueño, por lo que se entregó a los brazos de Morfeo, olvidando la existencia del mundo y solo disfrutando de su amante.

Q: "Todo estará bien, siempre que este a tu lado.. Luzu".
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Cosas del Destino ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora