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—¡Haerin Unnie!

El grito de Hyein se escuchó a lo largo de la calle, pero la pelicafé no se detuvo.

Prefería no escuchar a nadie en ese momento. Sólo quería llegar a casa, cargar su teléfono y llamar a Danielle. No... no quería, necesitaba escucharla. Necesitaba escuchar de su propia voz que todo había sido un malentendido y que Hanni estaba mintiendo, que ella estaba perfectamente bien y no postrada en la cama de algún hospital.

¡Era imposible que Danielle no fuera real!

Llevó ambas manos a su cabeza, se sentía mareada y desorbitada. Lágrimas cayeron hacia sus mejillas al recordar cada momento que había pasado con la castaña, desde el momento que se conocieron hasta su despedida hace algunas horas.

¿Acaso todo había sido producto de su imaginación?

"Búscame."

Aún sostenía el maldito papel en la mano izquierda, que era la única prueba a la que se aferraba para no admitir que se había vuelto loca y que Danielle en realidad existió.

¿Pero qué era real y qué no?

— ¡Haerin Unnie, detente! —la alta sostuvo la muñeca de la mayor con fuerza y la obligó a voltearse.

— ¡Suéltame! —exclamó la pelicafé con enojo— No quiero escucharte, no quiero escuchar a ninguna de ustedes.

— ¿Te das cuenta de lo que ha pasado? —preguntó la alta exasperada— ¡Sólo quiero ayudarte y no, no me pidas que me aleje porque no lo haré!

— ¿No lo entiendes, Hyein? ¡Ya no quiero la ayuda de nadie! —se encontraba lastimada y con mucho miedo de sí misma— ¡Estoy cansada, quiero ir a casa!

Los gritos de ambas llamaron la atención de algunos que pasaban junto a ellas, y eso hizo que Haerin tratara de calmarse e intentara no alzar demasiado la voz.

Sólo quería escapar, así como había escapado de la escuela cuando Hanni dijo que Danielle en realidad estaba en coma.

Primero cayó de rodillas al suelo y luego sintió como Hyein la levantaba. A su alrededor seguían hablando, pero Haerin estaba perdida en sus propios pensamientos sin siquiera prestarles la mínima atención. Ruido y más ruido, pero nada coherente parecía salir de los labios de los demás. Cuando salió del shock en el que se encontraba, Haerin no dudó ni un segundo en huir antes de que ella fuera la siguiente en quedarse sin aire en ese gimnasio.

— Estarás bien, te lo prometo. —habló la alta con un nudo en la garganta— Estoy aquí, no te dejaré sola.

Haerin soltó una risa sarcástica al tiempo que limpiaba las lágrimas de su rostro.

Esas habían sido las mismas palabras que Danielle solía repetirle cada vez que hablaban y al final todo había sido tan falso que hasta dolía.

— Tengo miedo. —confesó, quebrándose por completo— ¿Qué haré ahora?

Hyein abrazó a Haerin. Sabía que este era un tema delicado de tratar y se lamentó por no haberse dado cuenta antes.

— No lo sé... pero encontraremos una solución.

— Puedo jurar que ella era real. —pronunció en medio en medio del llanto.

Hyein no respondió y Haerin tampoco estaba segura de su afirmación.



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Cuando se sintió de nuevo con fuerzas, se limpió la cara y se secó las lágrimas, lamentándose de lo que había ocurrido.

time.   [daerin] auحيث تعيش القصص. اكتشف الآن