Capitulo 1

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Recién salgo de bañarme, tengo una toalla envuelta al rededor del cuerpo la tengo agarrada en su unión y con la otra busco mi ropa en los cajones. Esto de vivir sola a veces es medio molesto, la que mantiene el orden soy yo, y la que ordena si alguien hace desorden soy yo. Adivinen quien desordena también, si, yo. 

Resongando, como siempre, me vestí, tengo que estar a las ocho en mi trabajo. Trabajo en un colegio, soy profesora de educación física, por suerte me queda a diez minutos en bici. Esta fue mi mejor opción al mudarme y comprarme este transporte. Aunque no lo crean es el trabajo mejor pago que tuve en toda mi vida, estoy en blanco, tengo obra social, aguinaldo, en fin, el sueño de todo argentino promedio. 

Luego de vivir mi infancia con dias sin tener para comer, que no es culpa de mis padres, si no de la falta de trabajo. Ellos hicieron todo por mi, jamas me hicieron faltar nada, pero habia dias que los superaban estos problemas. Hoy en dia puedo ser yo la que los ayuda y llega a sustentar, eso es lo que me da más orgullo de mi trabajo y estudios. 

Salí de casa cerrando con llave y colgandome la mochila en los hombros. En mis manos tengo mi casco y celular, llegando al ascensor escucho pasos rapidos atras mio, y de la nada un choque fuerte contra mi hombro, tirando las cosas que traia en mi mano. 

— Perdón, disculpame. Fue sin querer. —dijo el chico de espaldas mientras bajaba las escaleras a una velocidad bastante rapida. Bueno, por lo que veo empecé genial el dia. Pero por algo soy maestra ¿No? la paciencia es lo mio. Un tick apareció mentalmente en mi ojo. Haciendo burla mientras repetia las palabras de mi vecino flash, levante mis cosas del suelo, y subi al aparato metalico. 

Pase a subsuelo en busca de mi bici hermosa con canastito. Fue realmente mi mejor compra sin dudas. Después de estar lista arranque hacia mi escuela. Por ser lunes va a estar movidito, mis alumnos del lunes no empiezan con las mejores de las energias pero bueno, hay que hacerlo, no los puedo evitar, por desgracia. 

...

— Profe, Julian me esta tirando el pelo. —una de mis alumnas se acerco sobandose la zona afectada con su carita toda arrugada, ellos son mis alumnos mini, y los más dificiles. 

— Julian, veni por favor. —se acerco haciendose el que no hizo nada, hombres. Una vez que estuvieron juntos me agache en frente de los dos para estar a su altura.— ¿Podrias explicarme que paso? Luz ya me explico su versión, ahora quiero la tuya. 

— Ella me saco la pelota con la que estaba jugando profe. —todos estamos pensando lo mismo supongo, a Juli le gusta Luz. 

— Luz, ¿Irias un ratito con las chicas? Tengo que hablar con Juli. —ella acepto haciendo puchero. Una vez que se fue mire a Juli, el cual no dejaba de mirar a su compañera de cole.— Juli, ya sé tu secreto. —él me miro con los ojitos abiertos a más no poder. — Sé que te gusta Luz. —comenzo a negar rapidamente.— Te prometo que no le digo a nadie, pero prometeme que no le vas a mostrar más tu cariño de esa forma, cuando te gusta alguien no se demuestra por medio de golpes o burlas, si no por detalles, como regalarle la golosina que le gusta o una florcita. A las chicas nos gustan las flores. Pero no nos gustan los golpes, ¿Si? Prometeme que nada de golpes. —levante mis cejas esperando una respuesta. La cual no recibi porque sus ojitos se abrieron grandes al igual que su boca mirando a un punto detras de mi. 

Me gire y lo vi, tomandome por sorpresa su belleza hice un paso hacia atras casi llevandome puesto a Juli. Tenia un joggin negro ajustado, zapatillas blancas y una chomba negra de la selección. Su cara seria, sus labios apretados sin dejarme ver sus dientes resplandecientes, ¿Que mierda hace Enzo Fernandez acá? 

— Feli, cambios de ultimo momento. —hablo la directora pero yo no podia sacar mis ojos de él, el cual miraba a los niños dispersos. Me puse medio de costado para no darles la espalda a los peques.— Como podras ver Enzo Fernandez vino de visita, le recomende esta clase porque estas vos y los podes controlar un poco más.— asenti tratando de cerrar mi boca.— Señor Enzo, ella es Felicia, profe de educación física, en mi opinión la que los tiene más tranquilos. —por primera vez puso sus ojos en mi y lo unico que pude hacer fue correr mi vista hacia otro lugar.

— Un gusto Felicia, me alegra conocerte. Espero ser de ayuda hoy. —mire confundida a la directora, guardandome la emoción en un cajoncito en mi estomago y corazon.

— Igualmente Enzo, es un placer conocerte realmente. —y ahora si mire de nuevo a la directora Andrea.— No entiendo en que me va ayudar hoy. —fui directa y sin vergúenza. 

— Enzo se ofrecio a ayudar en la clase de hoy, jugar y estar con los chicos, después va a dar una charla para todo el cole en un mini acto que vamos a hacer después del primer recreo. Es el campeón del mundo, se merece más, pero llego de sorpresa. —miro apenada al chico a un lado de mi, una brisa paso en ese momento trayendo su fragancia a mi nariz, sin dudas podria olerlo todo el santo dia y no me cansaria. Que ganas de enterrar mi nariz en su cuello.— Feli. —escuche mi nombre medio lejano, sin darme cuenta me estaba mordiendo el labio minimante. Que estupida, quede como una tonta, ya que Enzo me miraba practicamente con pena. 

— Perdón, bueno, emm. —que bien Feli, quedaste más tonta todavia. Vi como él contuvo la risa y miro hacia otro lado. Que morocho más lindo, las mangas de la chomba se ajustan más de lo debido a sus brazos, haciendolos ver más grande. 

Estas en la escuela Felicia, comportate por favorrrr. 

— Bueno, los dejo que trabajen tranquilos. —dicho esto se fue. Apenas la directora desaparecio, una avalancha de niños de seis años se vinieron encima del jugador. La mayoria les llegaban casi a su estomago, él trataba de chocar la mano con todos y algunos abrazos. Yo solo miraba como mis niños daban todo su amor. 

— Necesito ayuda. —me susurro casi asfixiandose por como algunos niños se colgaban. Riendome tome mi silbato del cuello y lo hice sonar lo más fuerte posible. Como militares entrenados soltaron a Enzo y me miraron. 

— ¿Quién de ustedes tiene ganas de enseñarle al señor Enzo como se juega al futbol? —automaticamente todos levantaron las manos gritando un YO enorme, dirigi mi mirada al campeón del mundo y este ya me estaba mirando con una ceja alzada. 

Me encogi de hombros con inosencia. 

— Vamos a ver quien gana. —sono desafiante entrecerrando los ojos. 

Que comience el juego. 

Compañera de juegos (Enzo Fernandez)Where stories live. Discover now