Capítulo 14

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Dejar el distrito 13 fue un alivio. No solo por el hecho de que me fascina estar al aire libre, porque si, el distrito 2 es una comunidad de aldeas y cabañas al rededor de una montaña, desde que hemos llegado nos mueven de un lugar a otro, más por la seguridad de Katniss, pero sin un horario en el brazo, sin entrenamiento ni clases me siento un poco más normal. Un poco más yo.

Ella me deja acompañarla en su rutina de caza, moverme por la montaña me hace olvidarme un poco de los problemas, tal vez ya no debería tenerlos pero parece que unos desaparecen para que lleguen otros. Lo primero es que Annie no se tomó muy bien el hecho de que me fuera, aún recuerdo su llanto y el reproche de que la abandonaría, traté de convencerla de que no era eso, pero para ella es como si la dejara otra vez sola, como cuando fue capturada por el Capitolio, y eso me dolió porque sufrí demasiado al pensar que estaba allá, siendo torturada, pero ahora está a salvo, lejos de Snow y no puedo quedarme siempre junto a ella. Pero me llamó egoísta, yo no pude negarlo.

Antes de irme tuve la oportunidad de hablar con Johana y como siempre me abofeteó con su sinceridad.

—Ella te ama, idiota —dijo, estaba en su cama de hospital, apenas y podía verla, su piel tenía ese tono verde enfermo y había costras raras en su cabeza— Te quiere solo para ella.

—Jo, no digas eso —dije.

—¿Esperabas que te mintiera? Pues no, siempre te lo he dicho y tú nunca hiciste caso, trataste de convencerte de que al final ella solo te quería como a un hermano.

—No es mi culpa, pero nunca sentí nada —dije exasperado.

—¡Claro que no es tu culpa! —dijo riéndose— Pero quien no se enamoraría de tu hermosa cara... —mientras lo decía hizo un puchero, se quedó callada un momento para después decir: —Si no la amas, lo mejor es que te vayas, yo le hechare un ojo un por ti.

—¿Segura? ¿Crees poder? —dije burlón.

—Me subestimas, podría matarte ahora si quisiera —me lanzo un beso y aunque parecía una broma yo estaba consciente de que podría hacerlo.

Así que me fui, pero le pedí a Haymitch que cuidara de ambas, varias veces a la semana recibo su llamada, diciéndome el avance de su tratamiento pero no es hasta que Plutchard decidió hablar que todo se complicó. Quieren que me case. En un arreglo amoroso televisado, donde despose a Annie mostrando que al final el amor triunfa a pesar del veneno de Snow. La gota que colmó el vaso fue escucharlo decir «Annie está más que de acuerdo»

—¿Que diablos te ocurre? ¿Por qué se lo dijiste a ella?

—Finnick, piénsalo bien, es una excelente estrategia de publicidad, la gente necesita entretenerse... ¡Siempre quisiste ayudar! —dijo.

—Pero no de esa manera, ¡sabes que ella no distingue la realidad!

—Por favor, piénsalo, tal vez cambies de opinión.

No he vuelto a atender el teléfono desde entonces. Katniss tampoco la ha pasado bien, se que ella solo quiere escuchar cómo está su familia pero no evita que hablen de Peeta. No lo menciona pero se que no hay avances, tal vez lo ha perdido para siempre. Así que aquí estamos los dos, envueltos en nuestros propios problemas, pero lo bueno es que al menos podemos distraernos.

La situación del 2 es difícil porque no es rebelde por completo, la mayoría de las personas se han visto privilegiadas por el Capitolio, solamente con ver sus cuerpos se nota, más fuertes, más sanos. Los pocos que están de nuestro lado son los que estaban hasta abajo, los que se dedicaban a picar la piedra de las montañas, los esclavos como nosotros. Aveces acudimos a reuniones de comando donde piden estrategias nuevas para apoderarse del hueso, que es la montaña de operaciones del Capitolio y por su puesto su arsenal. Hasta ahora ningún plan ha funcionado y eso complica mi segundo problema, matar a Snow. Sé que el tiempo que le queda es corto, pero necesito ser yo, necesito que vea mis ojos cuando le de la puñalada que acabe con él. Por ahora seguiré aquí en el dos.

Fortuito • Finnick Odair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora