Han Jisung es un profesor de Artes con una vida perfecta y Lee Minho un demonio desesperado en busca de su alma gemela.
¿Que pasará cuando al fin la encuentre?
- Los angeles y demonios tienen prohibido enamorarse.
...
— Listo — acercó la croquera al peli negro — puedes vestirte — este hizo lo que dijo el rubio para luego ver la croquera.
— ¿Así va a quedar? — preguntó.
— Pues si, obvio tendré que dibujar unas alas — dijo y comenzó a guardar sus cosas — mañana no vengas tengo que armar la base, así que pasado mañana comenzaría con todo el proceso — fue a su estudio y dejo sus cosas encima del escritorio, estaba tranquilo hasta que sintió que unas manos lo abrazaron por la cintura.
— Solo quiero estar así un momento — dijo tranquilo, Minho había puesto las manos en el abdomen del rubio, mientras que su cabeza descansaba en en hombro de este.
Jisung solo dejó que pasara, así estuvieron unos 20 minutos, Minho respiraba en el cuello del rubio, tranquilizandolo, el ambiente no era incómodo, al contrario el corazón del más bajo estaba completamente acelerado, ambos se sentían bien abrazados, tanto que hasta parecía que se conocían hace mucho tiempo.
— C..creo que es hora de que te vayas Minho, te llamaré cuando termine la base — el rojo solo se separó con tranquilidad, dio un beso en la mejilla de Jisung, para luego desaparecer dejándolo sólo.
•••
— ¿Tienes algo Minho? — preguntó el más alto, hacía una hora que su amigo había llegado y estaba ido en sus pensamientos.
— Puedes leer la mente Seungmin, tienes que saber que es lo que tengo — habló el rojo mirando a su amigo.
— Sabes que no puedo, eres al único que no le puedo leer la mente, a tu padre si, pero se daría cuenta y a ti jamás pude — confesó el chico sentándose a su lado.
— ¿O sea que si lo has tratado? — miro al más alto entrecerrando sus ojos.
_ Sabes que me da curiosidad lo que piensas, pero aunque lo intente no puedo — tomó su celular y texteo algo, ahora ¿Me dirás que pasa?
— Haa... nada tranquilo — se levantó del sillón dirigiéndose a la puerta — iré a dar una vuelta — el más alto asintió y el rojo salió cerrando la puerta a su espalda.
Caminó sin rumbo durante treinta minutos y llegó a un parque abandonado, parecía terrorífico, pero de pura curiosidad se adentró a este, en el se veían carruseles oxidados, una casa del terror casi al borde del derrumbe, atracciones viejas y descuidadas, pero había una en particular, una casa normal, pintada de color blanco, en donde en frente se veía la silueta de un ángel del cual solo se podían ver unos llamativos ojos celestes, al instante se le vino la imagen de Jisung con la cara de placer y sus intensos ojos.
— Veo que te olvidaste de Félix — sonó una voz que provino del fondo de la casa, Minho soltó un suspiro y avanzo en esta adentrándose.
— Hola Señor — dijo con amargura, definitivamente odiaba a su padre.
— Me decepcionas hijo — habló fuerte el hombre tratando de imponer miedo en frente de su hijo, aunque sabía que por más que lo intentara, Minho no se doblegaría — nosotros no estamos para salvar gente que ya está muerta.
— Su tiempo de muerte aún no llega Lee — habló con firmeza haciendo que su padre se sorprendiera — lo sabes.
— Somos demonios Minho, no estamos para salvar a la gente, eso encargaselo al viejo de arriba — dijo con el mismo tono de voz.
— Pero sabes que no podemos matar a gente inocente — el hombre miró a su hijo — y Jungkook dijo que tu le habías prometido a Jisung — Minho se acercó lentamente — ¿Qué te ha hecho él? — habló enfrentandolo — ¿Acaso quieres matarlo? — dijo — ¿Sabes que si no está con su destinado morirá?
— Si esta contigo también lo hará.
— Yo lo salvé, por qué el imbécil de Jungkook quería matarlo — sonrió al ver la cara de su padre — y como la ley dice si...
— Un demonio sea verde, amarillo o rojo se atreve a tocar e intentar matar a una persona inocente sin su consentimiento, pagará con la muerte — terminó de decir el hombre.
— Así es Señor, lamentablemente tuve que matar a ese bastardo, desapareció tu mano derecha — volvió a reír — espero encuentres una nueva.
— No intentes hacerme enojar Minho, porque o si no tendré que...
— No — lo interrumpió el chico — tú me hiciste enojar el día en que me separaste de Félix, ahora atente a las consecuencias — habló desafiante — y otra cosa, puedes enviar al demonio que sea a atormentar a Jisung, yo me encargaré de matar al que intente tocarlo — amenazó — y averiguaré que es lo que tienes contra él — sin más se dio la vuelta y chasqueo los dedos para aparecer en el departamento que compartía con Seungmin.
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