XXXV

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A hundred years•

Pt.2~

— Sabes que eso está mal — suspiro Félix.

— Lo sé Lixie — dijo el rubio — pero, es que en serio él es el que ha hecho que tenga sentimientos de verdad — hacia ya mucho que llevaba viéndose a escondidas con aquel demonio y sabía que no podía, literalmente estaba prohibido — no sabes como me gusta y eso que solo somos amigos.

— Estás ocupando tus poderes en el hijo de satanás — susurró.

— No lo he hecho, él solo se acerca a mi en voluntad — dijo — por favor Lix, eres mi mejor amigo, no digas nada o estaré en problemas — puchereo haciendo que su amigo se rinda y termine prometiendo que no dirá absolutamente nada.

•••

— ¿Qué quieres hacer Hannie? — pregunto el peli negro con voz suave, ambos se encontraban estirados en una cama de una casa aleatoria escogida por Minho, siempre era así, hacían ya más de cien años que se conocían y su rutina era la misma, aunque a ninguno le desagradaba.

— ¿Pues no tienes algún pecador? — negó — pues entonces podemos jugar a las preguntas ¿Te parece?

— ¿Preguntas? — asintió.

— He visto que los humanos juegan a eso para conocerce más — dijo tierno causando una sonrisa boba en el peli negro — ¿Si? — sonrío al ver como el peli negro lo miraba intensamente.

— Esta bien Hannie — dijo acariciando suavemente su mejilla — bien comienza ¿Qué más quieres saber de mí angelito?

— ¿Tus tatuajes aparecen de la nada o solo aparecen cuando haces algo?

— Pues si pasa algo importante aparece uno.

— ¿Como por ejemplo?

— El día en que te conocí — el peli plateado quedó intacto en su puesto ¿Acaso sería posible? — ¿Hannie? — habló el chico debido a que el angelito se encontraba en una especia de shock, Jisung al recuperar su conciencia miro fijamente a Minho y se deshizo de su polera, subió su brazo dejando a la vista un hermoso tatuaje.

— ¿Será que es este mismo? — Minho aún sin poder entender hizo lo mismo que el ojiceleste y observo el que tenía — era exactamente el mismo — a mi también me apareció el día en que te conocí — volvió a ponerse su polera y levantó su mirada hacia el demonio sonriendo al ver lo ido que estaba — es tu turno Minho.

— ¡Oh! — movió su cabeza de lado a lado y asintió — ¿Cuáles son tus poderes? — el ojiceleste lo miró confundido — los ángeles tienen especialidades, ya sabes — este asintió entendiendo y suspiró, no quería que el demonio pensara mal de él después de lo que le dijera — si no quieres no hay problema Hannie — dijo mientras acariciaba su cabeza.

— No, está bien — dijo y respiro profundo — soy un Ángel de la lujuria — el peli negro lo miro buscando mentira en lo que decía, pero nada solo había verdad.

— ¿C...como?

— Soy hijo de la lujuria — suspiró nuevamente — los Ángeles son almas buenas que llegan al cielo, yo fui producto de la lujuria de dos ángeles — bajo la cabeza.

— Verdad y lealtad — dijo el rojo.

— Si, eran los más grandes, pero se enamoraron y para eso no hay remedio, no puedes mandar a tu corazón a pesar de ser seres sobrenaturales, si te enamoras no es tu culpa — subió los hombros sintiéndose de pronto nervioso al decir eso.

— ¿Cómo lo sabes? — preguntó curioso — ¿Te has enamorado alguna vez? — todo quedó en silencio, no porque el chico lo estuviera pensando, de hecho ya lo tenía claro, no sabía si decirlo, pero levantó la cabeza con valor encontrándose con la intensa mirada del demonio que lo derretía.

— Si — dijo sin más — pero rompí las reglas al enamorarme de él — declaró.

— Dijiste que no se puede mandar al corazón ¿Cierto? — asintió — entonces no es tu culpa Hannie — consoló el peli negro tomando suavemente su cara.

— Un Ángel no puede enamorarse de un demonio — agregó aún mirando al peli negro.

— ¿Qué? — preguntó hipnotizado.

— Me enamoré de ti Minho — dijo con voz suave sin cortar el contacto visual, de pronto el ambiente se intensificó, el rojo sintió que tenía que escapar de ahí, pero simplemente no podía y esque había soñado con ese momento hace mucho tiempo y le estaba comiendo la cabeza no poder decirlo por el hecho de que él era un maldito demonio enamorado de un hermoso Ángel.

— No uses tus poderes conmigo — advirtió — no puedo dejar de desearte.

— Jamás los he usado en ti — admitió y de nuevo lo miró, pero decía toda la jodida verdad.

— Mierda quiero besarte — confesó, el peli plateado se sorprendió.

— ¿Qué te detiene? — dijo en una voz seductora, Minho definitivamente moriría — hazlo por favor — pidió nuevamente con esa voz que hacía que Lee temblará, y lo hizo, juntó sus labios con los del angelito cumpliendo aquella fantasía que tenía de poder besarlo, sus labios eran suaves y realmente ardientes, tanto que sentía que se quemaría, los chasquidos sonaban realmente perfectos y poco les importó el hecho de que afuera había una fuerte tormenta.

— Delicioso — susurró con la voz ronca y volvió a dar un suave beso — no sabes lo feliz que me hizo escuchar eso, estuve esperando por cien años — confesó — me gustas como no tienes idea — y volvió a atacar los labios del pelicenisa sin dejarle responder.

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Who are you? - Minsung // Adaptación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora