XLIII

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⚠️Este capítulo contiene escenas fuertes, violencia y pedofilia leve, si no les gusta por favor no lo lean⚠️

'Maze•

La tierra de los muertos, la parte del inframundo la cual ningún demonio había pisado, era la parte donde los pecadores iban a morir, el castigo más despiadado del amo, se decía que las almas solo sufrían y no podían salir de ahí.

Era un laberinto sin salida.

Aún sabiendo todo eso, Lee Minho se encontraba en la entrada de ese enorme laberinto decidido a encontrar a su Ángel.

— Bienvenido hijo mio — su padre había aparecido delante de él — te tardaste más de lo que espere, ¿Cómo supiste que no era el ángel?

— Jisung es único.

— Toda esa mierda del amor te va a joder la mente, solo pierdes tiempo valioso.

— ¿No te enamoraste de mi madre? — el rojo mayor se detuvo a analizar, realmente Minho pensaba que ese hombre no era su padre, si, Satán es Satán, pero cuando el era un pequeño engendro el amo era muy diferente — da igual ¿Dónde está Jisung? — dijo desafiando su a padre.

— ¿Estás dispuesto a sacrificarte por él?

— Lo amo.

— Bien, si es así, adelante — le dejó el camino libre — pero te lo advierto — dijo — ese laberinto es muy jodido y más para ti, no te dejará en paz hasta jódete la mente y quien sabe, quizá te quite fuerza, estarás muerto antes de que puedas encontrarlo — dijo sin algún indicio de preocupación.

— Te prometo que saldré vivo y no dejare que lo vuelvas a molestar — el tono de voz que usó Minho fue uno serio y seguro, aún así su padre no tuvo ninguna expresión en su rostro.

Entró en aquel sombrío lugar siguiendo solo su instinto y comenzó a recorrerlo mientras se concentraba en encontrar a su angelito.

Pero como dijo su padre, el laberinto era muy jodido y su vista comenzó a nublarse, rápidamente entró a una de las puertas sin saber a donde iría y respiró profundo.

Dentro de esta había una casa que se le hacía bastante familiar, la recorrió con curiosidad, entonces llegó a las escaleras, subió con cautela llegando a una puerta bastante conocida también, fue ahí cuando se dio cuenta.

La mansión de Ji Seok.

Con cuidado abrió una de las puertas, dentro de la habitación había un niño pequeño de no más de cinco años el cual pintaba, Minho supo al instante que se trataba de Jisung y entró para sentarse a observar como su pequeño ángel era feliz haciendo lo que más le gustaba.

Pero entonces los colores se apagaron y de la misma puerta entró un hombre, se veía joven, el pequeño sonrió más y el hombre se acercó a él.

Era Ji seok.

— ¡Papi! mira estoy pintando — dijo animado, Ji Seok se acercó y le sonrió.

Entonces Minho vio en sus ojos como veía al pequeño, era un animal salvaje que veía a su pequeña presa jugar para luego atacar.

— Pequeño — dijo el hombre con seriedad — tengo más pinturas para ti, pero esta vez haremos un juego para que te las ganes ¿De acuerdo? — el niño asintió eufórico y Minho no podía más, intentó hacer algo pero la luz se apagó.

— ¿Qué clase de juego es este papi? — preguntó con inocencia el pequeño.

El rojo se dio la vuelta, ahora una pequeña luz alumbraba al niño el cual estaba semidesnudo mientras el lobo se desnudaba ante sus pequeños e inocentes ojos.

— Solo relájate bebé — dijo sacando la última prenda que le quedaba al niño — esto será divertido, nos divertiremos mucho — dijo en tono de burla haciendo reír al pequeño.

Nuevamente la luz se apagó Minho comenzó a llorar, arrepintiendose de no estar ahí para su ángel.

— ¡NO PAPI, ESO DUELE!

Los gritos del pequeño Jisung se escuchaban en la habitación oscura y Minho solo se tapaba los oídos.

— ¡MIERDA QUEDATE QUIETO ENGENDRO!

La luz apareció nuevamente y un Jisung de unos ocho años estaba luchando bajo el hombre que le arrancaba la ropa desesperado por tocar el cuerpo del pequeño.

— ¡NO QUIERO ME DUELE, NO ME GUSTAN ESOS JUEGOS!

Pedía a súplicas, el llanto de Minho se hizo más fuerte mientras caía rendido al piso y negaba fuertemente con la cabeza.

— ¿Por qué lloras?

Los gritos cesaron y esta vez la voz de Jisung se dirigió a sus oídos, levantó la cabeza viendo como un niño, Jisung de doce años lo veía desde su cama, la luz que tenía se apagó, ya no era el mismo Jisung que vio hace unos minutos.

— ¿Los demonios lloran? — preguntó curioso, dejó su libro a un lado para levantarse y acercarse a él, le secó las lágrimas y lo ayudó a sentarse.

— ¿No me tienes miedo? — preguntó viendo al pequeño a los ojos, ya no tenían ese brillo.

— Vivo con uno, no te preocupes — dijo bajo — ¿Por qué llorabas? — preguntó nuevamente curioso.

— Solo... — dijo y se quedó mirando al pequeño.

— Eres lindo ¿Cuál es tu nombre? — no dejo hablar al rojo — ¿Eres mi demonio? — nuevamente preguntó — si lo eres ¿Podrías castigar a mi padrastro? — Minho posó sus manos en la cabeza de Jisung y lo acarició, este cerro sus ojos ante el tacto del rojo sintiéndose tranquilo.

— No puedo ahora bebé — dijo bajo, Jisung tembló — ¿Qué sucede?

— Él me llama así — dijo con los ojos cristalinos, Minho lo acercó a su cuerpo brindándole protección — pero si me lo dices tu no suena malo ¿Por qué?

— Por que yo te quiero — dijo con suavidad — prometo que algún día pagará, pero no puedo interferir — lo apretó más a su cuerpo — solo espérame angelito.

El niño asintió calmado y se quedó dormido mientras Minho lo dejaba en la cama y besaba la frente del niño con cariño.

— Espérame por favor Jisung, solo resiste un poco más.

— Espérame por favor Jisung, solo resiste un poco más

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Who are you? - Minsung // Adaptación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora