Who are you? - Minsung // Adaptación.

XL

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El sonido de aquella máquina que contaba los latidos lo tenían hecho un manojo de nervios, cada pitido que daba era uno más que contaba y que su amigo no despertaba.

Tenia la cara realmente hinchada de tanto llorar, pero no se había separado ni por un minuto del peli azul que yacía en la cama aún con sus ojos cerrados conectado a oxígeno. Cinco días habían pasado después de todo lo que pasó con su amigo, desde que se desmayó no había despertado, Jisung ciertamente estaba preocupado, sostenía la mano dándole apoyo y calor debido a que su cuerpo se encontraba helado.

— Chan hyung — le habló por milésima vez, no sabía si lo escuchaba, aún así le hablaba para que el azul no se sintiera solitario — soy yo Hannie, por favor quiero que despiertes, quiero que me hables, que me regañes, que me cuides como lo haces siempre — nuevamente comenzó a llorar y pegó su frente contra la fría mano de su mejor amigo — por favor, p...por..favor — lloriqueaba — quiero que me cuentes esos chistes de papá que tienes y que a nadie le causa gracia pero aún así te ries, te extraño por favor, no... no podría seguir sin ti, no... no nos dejes solos, Binnie y yo te necesitamos aún — sintió una mano cálida en su espalda y se levantó abrazando a la persona que estaba a su lado sin soltar la mano del peli azul.

— Y...o...se ... que ... él — trató de decir el castaño conteniendose, pero no pudo, el dolor lo consumió como al rubio y estalló en llanto — ¡Dios! — dijo frustrado aún llorando mientras consolaba a Jisung y al mismo tiempo sintiendo la mano de su amigo consolándolo — tienes — suspiró con fuerza recuperando un poco la voz — Chan tienes que volver, no sabes cuánto te necesitamos — se abrazó más a Jisung sintiendo en su pecho un dolor que podría compararse a un cuchillo desgarrándole el corazón, lo mismo sintió Jisung y es que no podían perderlo, eran como hermanos los tres, eran almas gemelas y que uno no estuviera era como quitarle un pedazo de corazón a los otros dos.

— Angelito — susurró de pronto una voz trás de ellos haciendo levantar la vista a Jisung observando al dueño de la voz, obviamente se trataba de Minho, lo inusual fue que el peli negro se encontraba lleno de sangre por todos lados, Jisung realmente se preocupó, pero no se levantó de su lugar.

— Minho — dijo el más alto quien se sentó del otro lado tomando la mano de su amado — olvidaste limpiarte — el rojo chasqueo los dedos desapareciendo — sintió que estabas llorando — explicó Seungmin — ni siquiera hizo todo su trabajo solo les dio su castigo y se vino rápidamente a verte — el peli negro apareció nuevamente, esta vez limpio.

— Cariño — dijo el peli negro acercándose a Jisung mientras abría sus brazos, el rubio volvio a quebrarse, soltó la mano de su amigo cuidadosamente y se abalanzó al rojo apretandose con fuerza contra su cuerpo y lloró por milésima vez — tranquilo angelito, despertará ya lo verás — lo apoyó, lo levantó en sus brazos para sentarse en el lugar donde anteriormente se encontraba el rubio y lo sostuvo mientras este miraba a su amigo.

— ¿Cómo está? — preguntó el castaño mientras entraba a la habitación.

— Aún nada — dijo Changbin quien estaba apoyado en el hombro de Félix.

— ¿Por qué siento que no me quieres aquí? — preguntó Wang esta vez hacia Seungmin.

— Por qué no te quiero aquí — dijo el más alto sincero — me molesta tu simple presencia — lo miró a los ojos comenzando a quemarlo, Jackson que no entendía lo que hacía comenzó a sentir una punzada muy fuerte dentro de su estómago y ahogó un grito, pero el segundo grito lo soltó asustando al rubio que estaba en los brazos de Minho.

— Seungmin — dijo calmado Minho para que el más alto se calmara, pero este no lo tomó en cuenta y siguió con su castigo hacia el chico — ¡Kim detente! — dijo esta vez duramente Minho logrando que el amarillo le hiciera caso y bajara la mirada.

Jackson solo quedó en el piso por unos segundos y luego se levantó con dificultad.

— Se... — se atrevió a hablar — se que fui un hijo de perra con él — dijo y miró a Seungmin — pero siempre lo aprecié mucho y créeme que si pudiera enmendar mi error lo haría — miró al más alto, este levantó la vista hasta su amigo que estaba concentrado en mimar a su rubio.

— Dice la verdad — dijo sin dejar de mirar a su angelito — Wang quédate llamaré a mi madre, te ayudará con tus heridas — el castaño solo asintió y fue al pequeño sofá que se encontraba en la habitación.

Siete días y Bang Chan aún seguía sin dar señales de mejorar, ni Jisung ni Changbin querian comer ni dormir, no se habían separado de su amigo en toda la semana y sus demonios ya no sabían que hacer.

A Minho se le había ocurrido llamar a la madre de su angelito para ver si esta le hacía entrar en razón, creyeron que era una buena idea, así que lo hizo y Félix siguiendole el plan al rojo hizo lo mismo llamando a la madre de su Changbin.

Pero en cuanto las mujeres entraron a la habitación lo único que hicieron fue llorar con sus hijos abrazados.

— ¿Qué? — soltaron al unisono los demonios mientras veían la escena.

— Los tres se criaron juntos, desde pequeños y son como una familia todos — dijo Seungmin al lado de ambos — por eso es que no llame a la madre de Chan, si ellas reaccionaron así, imagínense su madre de sangre — el más alto sonrió triste.

— ¿Ya conoces a tu suegra? — dijo Félix.

— Aún no es mi novio — aclaró el más alto — debo pedírselo y lo haré — habló decidido.

— ¿Hay que pedirlo? — preguntó el peli negro.

— Si quieres estar con esa persona si — hablo obvio el peli azul — ¿Aún no se lo has pedido a Jisung? — preguntó curioso.

— Creí... — dijo.

— Hermano — le interrumpe Seungmin — hace años que no se ven y se vuelven a encontrar después de esos años, Jisung sigue siendo el mismo, pero a la vez no — explicó.

— No terminaron, pero aún así, este Jisung es el profesor de artes, no el Ángel — explicó — aunque son lo mismo, pero aún así — dijo algo alterado Félix.

— Me confunden — dijo el rojo — ¿Son lo mismo o no? — el pecoso y el más alto se miraron y rodaron los ojos, Minho era realmente un caso a pesar de su imponerte presencia y su rudeza, aún así era un completo estúpido.

Las lágrimas siguieron entre los cuatro personajes que se abrazaban buscando consuelo entre los otros mientras que los demonios los veían de lejos intentando no hacer algo estupido por impulso, si, porque a pesar de no estar con aquellos humanos su conexión era increíble — el poder de los destinados — y sentían unos tremendos impulsos de consolarlos.

— ¿Qu..quién se murió? — una voz débil se escuchó de pronto, el silencio se hizo presente, todos voltearon hasta la camilla donde el azul tenía sus ojos abiertos mirando a toda las personas, los mismos se encontraban sorprendidos — ¿Q..qué?

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