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19 de Enero | 2011
13:27

Después de algunos días Milagros y Cristian iban a salir al centro a boludear por ahí, pero a diferencia de otras veces iban ellos solos y aunque no lo admitirán en frente del otro ambos querían tomarlo como si fuese una especie de cita. Al fin y al cabo eran dos jóvenes enamorados.

Cristian esperaba a la chica afuera de la casa de esta misma, iban a ir juntos en un taxi o algo por el estilo.
El chico estaba ahí hace aproximadamente unos diez minutos pero comprendía el hecho de que ella probablemente se allá cruzado con su hermano al cual no le agradaba la presencia del morocho.

— Perdón Cuti, Maxi andaba rompiendo la' bola' — Ella salía de su casa cerrando el portón, una queja del mayor se escuchó pero estaban tan centrados entre ellos que simplemente lo ignoraron provocando más quejas. Si fuera por ambos estarían todo el día admirandose el uno al otro pero sabían que ciertas personas los iban a molestar.

— Vamo' yendo — Ella solo asintió a la propuesta del chico para dirigirse al centro.

...

17:21

Ambos adolescentes habían pasado la mitad de la tarde en el centro, recorriendo, habían pasado por una sala de juegos, cualquiera que los allá llegado a ver podría describirlos cómo dos pequeños niños enamorados, tal vez era muy pronto para describirlos así pero era la verdad.

— La pase re bien, y más al ser con vos — Cristian sonrió de lado para guiñarle el ojo, aunque el siempre había sido así de chamuyero con todas le daba un toque de vergüenza ser así con ella, aunque al parecer ya no.

— Te pinta lo chamuyero che, ¿Siempre so' así?.

— Y, siempre que veo una mina así de linda como vo' si, te imagina' que no muy seguido por qué como vo' ninguna reina — Los palos que Cristian le había tirado la hacían reír, no era mucho de sonrojarse aunque le tires el chamuyo más único que imagines.

— Mmm, no sé esa la 'cuché varia' vece' — El rio, sabía que sus chamuyos no eran los más originales o los más nuevos pero se gastaría todos y cada uno de ellos solo para conquistar a la morocha que tenía enfrente.

— Puede que lo haya' 'cuchado varia' vece', pero nunca de un morocho hermoso como este — Acoto con aquella sonrisa de costado para guiñarle el ojo.

— Te va a queda' tuerto de tanto guiña'.

— Bue, ¿So' así? Encima que te quiero chamuya' — Con un tono divertido le dijo, honestamente el también se había cansado se tanto guiñar.

— La puta madre — Cristian puteo por lo bajo mirando la hora en aquel Motorola con teclado, aunque los táctiles ya habían salido Cristian y si familia no tenían el dinero para costear uno así.

— ¿Que te paso?.

— Tengo entrena' a la' sei' — Cristian hizo un pequeño puchero, ella se rió de lo tierno que se veía, aunque habían estado toda la tarde juntos Cristian quería seguir ahí, con ella.

— ¿Y que hace' acá culiao'? Anda a entrena', otro día no' vemo'.

— Lo que vo' diga' reina. ¿Pero, no queré' ir a verme?.

— ¿Posta? Obvio que quiero ¿Dónde jugas?.

— En Belgrano Octava división.

— Ah, so' alto pecho frio entonce' — Se rió de su propio chiste y Cristian no tardó en poner cara de culo, mirándola mal.

𝗮𝗱𝗶𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀. cuti romeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora