015

1.2K 140 55
                                    


2 de Noviembre|2013
17:51

— ¿Vos decís que me perdone?.

— No sé che, viste como es Milagros, se me hace raro que te allá dejado hablar igual.

— Capaz que quiere saber cómo fueron las cosas en realidad ¿No?.

— No creo wacho, yo que vo'.

— No me meta' cosa' rara en la cabeza wachin.

— Bue culiao', ¿A qué hora se juntan?.

— Ahora seis y media, así que vayan rajando.

— ¿Nos echas por la wacha? So' alto gil.

— Dale rajen.

Cristian prácticamente echo a sus amigos para empezar a arreglarse, quería ir presentable o hasta bien vestido para verla a ella.

Terminó de vestirse y ya eran tres y diez así que salió, iba a ir en taxi así que no tardaría tanto pero el quería estar antes, sabía que la morocha no iba a estar a tiempo, sabía que la puntualidad no era su mayor virtud y que probablemente llegué unos quince minutos tarde si no es que más.

Siempre que se juntaban el la iba a buscar hasta su casa para que lleguen juntos y el no se quede más tiempo esperándola, aunque siempre que llegaba a la casa de ella la chica no estaba ni cambiada, solía ser bastante despistada y aveces confundía los horarios, pero con el tiempo Cristian se acostumbro.

Al llegar a la plaza eligió el mejor lugar abajo de un árbol y preparo el equipo de mate para esperar a que ella llegara.

Sorpresivamente cuando se hizo la hora que habían acordado la vio llegar junto a Maxi, quien lo miraba como si lo fuera a matar ahí mismo.

— Hola Cristian.

— Hola Milu, no pensé que llegaras a horario, viste que siempre te colgas y todo — El morocho se levantó y le dió un beso en la mejilla en forma de saludo, tomándola por sorpresa pero ignorando el gesto igualmente para sentarse.

Un silencio se torno, no como los que solían tener habitualmente en su tiempo de pareja, si no uno realmente torturoso y incómodo que agobiaba a ambos.

— Y ¿Que me querías explicar? — Milagros se atrevió a hablar, no soportaba más ese silencio tedioso y desde el momento en el que llegó se quiso ir, agradecía el hecho de que se juntaran a esa hora ya que en el momento en el que quiera huir lo podría hacer tranquilamente con la escusa de que ya era tarde.

— Te juro que yo no quise besarla, ella vino y me empezó a joder como siempre y los otros pelotudos me dejaron solo a propósito, ella se me tiró banda de veces pero yo siempre le dije que estaba de novio con vos y que te amaba, en una ella me dijo que me calme porque yo te defendí que te había puteado, yo le dije que no me iba a calmar y ella me dijo entonces te calmo yo y ahí me beso, yo te juro que la intenté sacar pero no sabes la de fuerza que tiene esa mina, aparece antinatural boluda.

La morocha suspiro pesadamente mientras tomaba un mate, no la culpen, la ayuda a calmarse, creía plenamente en lo que Cristian le decía pero una parte suya desconfiaba de el.

— Bueno.

— ¿Bueno que Milu? Decime algo más no me deje' así.

— Te perdono — Susurro intentando que en un momento de delirio el no lo escuché pero efectivamente eso no pasó.

— Dios gorda te amo, no sabes lo que te extrañe — Cristian rápidamente se abalanzó encima de lla quitándole el mate para abrazarla y besarla reiteradas veces.

𝗮𝗱𝗶𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀. cuti romeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora