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27 de mayo|2016
7:15

La alarma sonaba por toda la habitación de Milagros pero simplemente la dejo pasar, esperando que mágicamente se deje de reproducir sin necesidad de que ella la apague.

— Dale Milagros, levántate que recién estamo' en mayo y ya tenes trece falta' nena deja un poco pa' lo que queda de' año.

— La puta madre Maximiliano, déjame de romper las bolas chabón — La morocha bufo tapándose la cara con la frazada intentado tapar la luz que llegaba desde la ventana.

— No nena, te levanta', dale que me tengo que i' a labura' y te quiero ve' levantada cuando me vaya que está ya me la hiciste varia' vece'.

— Ya voy ¡Dios! — El mayor le saco la frazada de la cara haciendo que ella suelte un lloriqueo.

— Deja de llora' y levanté, dale pa' que dormi' tan tarde.

La morocha soltó un último suspiro de lamento para levantarse de la cama y dirigirse al baño, tenía una cara de sueño impresionante, se notaba que se había desvelado, aunque ella decía que solo un poco.

Salió de aquel baño y fue directo a su habitación para ponerse el uniforme, ese uniforme que tanto detestaba, maldecia el día en el que dejó que sus abuelos le paguen aquél colegio de chetos.

No era una sorpresa para mucho el saber que su padre no era la persona encargada de pagar aquel colegio, nunca estuvo dentro de su presupuesto pero no era algo que a ella le molestará, aunque a sus abuelos si, abuelos con los que no tenía mucho contacto, al ser los padres de su madre nunca los veía y si lo hacía era porque se los cruzaba en algún lugar o ellos iban a verla y preguntarle que tal le iba en esa escuela, no iba a decir que era una mal colegio porque sería una vil mentira pero no estaba muy acoplado a lo que ella estaba acostumbrada habitualmente.

Estaba lleno de gente que abundaba en plata y ella podía ser muchas cosas pero no parte de ese grupo, nunca fue tan centrada en sus estudios pero siempre intento esforzarse un poco, sabía que ese colegio salía fortuna y aunque sus abuelos tengan esa y veinte fortunas más para ella seguía siendo un sacrificio.

— Michu ¿Ya estás?.

— Ajá, ¿Ya te vas?.

— Si negra, anda al colegio po' favo', es un gasto grande y aunque no sea el nuestro cuesta.

— Tranqui que voy — Milagros le guiño el ojo mientras sonreía, haciendo que ambos rían.

— Chau mi vida, cuídate mucho te amo — Maxi se acercó a su hermana para darle un beso en la coronilla, todos los días le atormetaba cómo el la trataba cuando era un adicto, pero ahora que se recuperó prometía cuidarla mil veces mejor de lo que lo podría haber hecho antes.

— Chau Maxu, yo también te amo, cuídate mucho.

La morocha empezó a preparar unos mates mientras escuchaba "Nacimos pa morir" de Anuel AA y Jory Boy, esperaba que sea la hora para irse al colegio.

— La puta madre loco, no llego — Su teléfono marcaba las 7:45, entraba en diez minutos y el no llegaba ni en pedo a agarrar el colectivo a tiempo, agarro su mochila y salió disparada hacia afuera de la casa.

— Que onda Mili ¿Que pasa? — "Mi salvación" fue lo único que penso Milagros al ver a Brian con su característica moto, hace rato que no lo veía pero desde que el la llevo a la casa de Cuti esa vez el siempre la salvaba de llegar tarde a algún lugar.

𝗮𝗱𝗶𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀. cuti romeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora