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26 de Abril|2011
21:47


- ¡Apúrate Milagros, por Dios mujer!.

- ¡Bancame diez!.

Milagros terminaba de arreglarse, Cristian cumplía mañana pero hacia una especie de joda hoy a la noche, las cosas entre ambos habían avanzado, salían y se besaban cada tanto aunque el hecho de que hayan empezado la escuela otra vez les complicaba el verse, pero tampoco se los impidia.

Para el cumpleaños de el morocho Milagros le tenía un gran regalo que le había costado conseguir, sabía que el chico era fan a muerte de Belgrano y aprovechando que recientemente habían sacado una nueva remera que Cristian ansiaba tener ella decidió comprarsela pero no solo eso si no que había conseguido que César Rigamonti la firmé.

Por su parte Cristian estaba realmente emocionado, para el la presencia de Milagros ya era suficiente como regalo, aunque sabiendo que probablemente se iba a quedar sola en algún momento de la noche dejo que ella invite a algunos de sus amigos.

Ella había invitado a Delfina y Bautista según lo que le había dicho, el anteriormente nombrado no le caía nada bien especialmente sabiendo la gran relación que tenía con la chica, pero efectivamente nunca se lo iba a decir a ella.

La "fiesta" empezaba a las diez y terminaba tipo dos o tres de la mañana, no tan tarde por el hecho de que al otro día tendría que ir a la escuela, se acueste tarde o no.

- ¡Ya toy'!.

- Por fin mujer, ya no íbamo' a ir nosotro' sin vo'.

- Si, si deja de jode' ¿Que hora e'?.

- La' die'.

- ¡¿Ya?! Bueno, no creo que le moleste que lleguemo' quince minuto' tarde ¿No?.

- Que se yo nena, es tu novio no el mío.

- No e' mi novio.

- Ya quisiera' que fuera tu novio - Delfina recibió un manotazo en la nuca por parte de la Benítez menor.

- ¿Ya te va'? - Maximiliano apreció por la puerta de la cocina, todo el tema del golpe lo había hecho recapacitar un toque y intentaba controlarse un poco más, aunque aveces no podía.

- Si, avísale a papi.

- Bueno, cuidado con ese pibe eh.

- Ay deja de hace' tanto quilombo Maximiliano - Ella le dió un beso a su hermano mayor para salir a esperar el taxi que los llevaría.

Al llegar a la casa los recibió la madre de el chico, saludo a todos los familiares que estaban ahí y le indicaron que la fiesta estaba en el patio.

Al visualizar a Cristian ella corrió hacia el para abrazarlo fuertemente, no se veían hace más de una semana y se notaba que ambos se habían extrañado.

- Te extrañe, negrita mía.

- Yo ma', negro feo.

- Que onda Cuti - Cristian despreciaba a Bautista, sentía que el se le quería tirar a Milagros y después venía a saludarlo con la mejor como un cara dura, el morocho le había dado una y mil señales de que no le caía bien y el seguía ahí como un boludo haciéndose el buenito, Cristian lo ignoraba siempre y esta vez no era la excepción.

- Hola Cuti ¿Cómo anda'?.

- Hola Delfi, todo bien por suerte.

Romero no era mucho de socializar con los amigos de Milagros, el sentía que eran los amigos de ella y que aunque el socialise con y ellos se lleguen a considerar amigos ellos le iban a mentir con la más mínima cosa para cubrir a su verdadera amiga.

𝗮𝗱𝗶𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀. cuti romeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora