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21 de Enero|2011
20:17


Milagros estaba preparándose para ir a un corso que habría cerca de su casa, además de ir a divertirse con sus amigas ella bailaba en una de las murgas, específicamente en la última que tocaba aquella noche de sábado. No sabía si alguno de sus hermanos o mismo su padre iban a ir, solían verla siempre así que lo más seguro era que si pero no tenía nada confirmado.

— Dale Milagros, apúrate nena — Delfina, una de sus amigas la apuro; Delfina, Bautista, Dana y Nadia habían llegado al rededor de las 19 horas a la casa de la chica para ir todos juntos a aquel corso. Por su parte bautista bailaba con ella en la misma murga, de ahí se habían hecho amigos y lo había integrado al grupo, tenía más amigos pero posiblemente a esos se los encuentre ya allá.

No sabía si Cristian iba a ir, no habían hablado mucho estos días, ella por qué estaba concentrada en practicar para el baile que iban a hacer esa noche y el simplemente estaba concentrado en el fútbol.

— No joda' Delfina, empieza a las ocho, ni que tengamo' que llega' primero'.

— Mal, dejen de jode' — Una Dana acostada muy cómodamente hablo desde el sillón.

— Vo' quédate tranqui que e' tu casa — Milagros le dijo con ironía, la chica solo re rio y dejo de prestar atención.

— Y bueno mujer, contá que onda con el Camilo ese.

— Eh? Que pingo decí' Bautista?.

— Que te haces la boluda culiada', con el pibe ese que te viste la otra vez ¿Carlos era?.

— No pelotudo con Cristian — Dana le pegó un zape en la nuca al ser ella la que estaba más cerca.

— Ah Cristian decís. Estuvo re lindo, me llevo a la casa, después a verlo entrenar, a la casa otra vez y me acompaño hasta acá.

— Bue tanto te va a llevar a la casa, tan desesperado está por garchar — Nadia al segundo de hablar recibió un almohadaso por parte de la dueña de la casa.

— No pelotuda, estábamos ahí en el centro entonces el se dió cuenta que tenía que ir a entrenar, me invitó y fuimos a buscar la ropa, después de que entrene el supuestamente me iba a llevar a lo de mis hermanos y parece que quería estar presentable y se baño.

— ¿Y por qué no te llevo a lo de tus hermanos? ¿Se achicó? Ya decía yo si tenía cara de cagón.

— Delfina deja de decir pelotudeces, noma' mi papá llegó antes y me dijo que me llevaba antes. Les gusta saca' mano a ustedes.

— Obvio ma, de eso vivimo'.

— Sos una víbora Bautista.

— Siempre — El chico le guiño un ojo mientras tiraba un beso.

— Bueno, dejen de pelotudear y vamos, dale.

Todos agarraron sus cosas y empezaron a caminar hacia el centro, dónde se iba a hacer el corso, todos estaban hablando animadamente y sin darse cuanta ya habían llegado. Había bastante gente, bastantes conocidos, rápidamente se infiltraron en la gente, compraron una espumita para cada uno y empezaron a caminar entre la gente.

— La puta madre — La morocha se quejo en el momento que le tiraron espuma en la boca.

— Ja! Tene' toda espuma en la cara.

— Mira vo', no me di cuenta — Le respondió pegándole un sape, hasta que sintió como alguien la agarraba de la cara.

— Que onda wachina ¿Ya no saludas? — Se alivió un poco a ver a Junior, uno de sus vecinos y con el cual había estado de novia hace unos meses.

𝗮𝗱𝗶𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀. cuti romeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora