VIII. 𝑫𝒖

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- VIII -

❝【 𝑫𝒖 】❞

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— ¿Debería llevar pan? — me pregunté a mi misma.

El camino hacía mi casa ya me lo sabía de memoria. Mi temor principal ya no era llegar a perderme. Mi temor era encontrarme con algún monstruo y no saber que hacer

— Los Pitbull solo muerden. — repetí lo que alguna vez Quackity me enseñó.

Era el atardecer y tenía un ligero terror de que pudiera aparecer algo con lo que me tuviera que enfrentar.

Debí hacerle caso a Merlon y comprar en la mañana las verduras, pero en su lugar había decidido hacer otras cosas menos importantes.

— ¡! — paré mis acciones en cuanto escuché una rama romperse.

Lo le de la ley de atracción era cierto, no debí pensar en monstruos. Mantuve la calma, seguro era un conejito.

Deseaba que fuera un conejito.

Tragué grueso y mi mano se metió a la bolsa de las papas, sacando una y apretándola contra mi mano para causar temor a lo que sea que me fuera a enfrentar.

— ¿Cómo has estado?

Le lancé la papa.

Cuando escuché su grito de dolor, me apresuré a correr hasta él y recoger la papa, después lo intenté ayudar.

— ¡Vegetta! Seguro me debes odiar. — me lamenté por haberlo lastimado. — No era mi atención, pensé que eras un Pitbull.

Vegetta parecía algo aturdido y nunca dejaba de frotarse su ojo con la mano derecha.

— ¿Un pitbull? — parecía confundido por el nombre. — No, no, era mi error. No debí llegar tan de sorpresa.

Quitó su mano, de esa manera pude ver su ojo morado. Mordí mi labio con notaría preocupación y se me escapó un ruidito que lo hizo asustarse.

—  ¿T-tan malo se ve? — no contesté. — ¡¿A-así de malo?!.

— Diría que ahora tu capa también combina con tu ojo. — reí nerviosa. — E-eso es bueno, ¿no?

Vegetta estaba a punto de matarme, yo lo sé. En su lugar, suspiró profundamente, repitiendo que él ya estaba muy viejito para lidiar con jovenes como nostros.

— Primero Quackity, después tú... — susurró, pellizcándose el puente de la nariz. — Un día me van a matar.

— No digas eso Vegetta, jamás te mataría. — lo corregí.

Sabía que estaba exagerando, pero había temas como la muerte que me gustaría que no los tomara ni como de broma.

— No importa, ya paso. — suspiró más tranquilo, luego sonrío.— ¿Sabes a qué he venido?

Antes de negar me dediqué a escanearlo, dándome cuenta que llevaba su mochila detrás de su espalda.

¿Una misión? ¿A minar?

K!Quackity x tú || 𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐡𝐨𝐬𝐞𝐧 𝐎𝐧𝐞Where stories live. Discover now