❝Sweet nothings❞ Warnings: fluff, friends to lovers trope, mutual pining, idiots in love.
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Nat observaba como los rayos sol se asomaban por la ventana y bañaban suavemente la habitación, la temperatura era perfecta.
Pronto el gorgojeo de las aves y la suave calidez de la habitación la arrullaron.
Fue el tintineo de unas llaves sobre el bowl de cerámica del recibidor lo que la alejaron de los brazos de Morfeo.
La castaña abrió levemente uno de sus ojos con cansancio y sonrió levemente, era la señal de que Ben había llegado.
Ben la llamó por su nombre, anunciando su presencia y frunció levemente el ceño cuando no recibió respuesta.
Caminó buscando a la chica y sonrió al verla recostada en el sofá, Nat le devolvió la sonrisa mientras abría sus ojos.
—No pensé que regresarías tan temprano.
Si tan solo supiera que ella era la razón por la que iba corriendo a casa.
El pelinegro se sentó a su costado en el sofá, mientras colocaba las piernas de ella sobre su regazo.
—Pasé por esa tienda que mencionaste el otro día, venden esos chocolates rellenos de crema de fresa que te gustan—Ben le tendió la caja y la cara de la chica se iluminó con una sonrisa—así que pensé en traerte algunos.
El corazón de Nat apresuró su ritmo y rogó internamente que la quietud de la habitación no permitiera que Ben lo escuchara.
Eran gestos como esos los que habían resultado en la situación actual de Nat, Ben siempre la trataba con delicadeza y dulzura.
Sus amigos los molestaban por eso, incluso tenían apuestas sobre quién sería el primero en declararse.
Pero Nat simplemente lo ignoraba, constantemente.
Al principio les refutaba a sus amigos sobre como ambos solo eran mejores amigos, siempre lo habían sido, hasta que luego solo lo dejaba pasar.
Ben y ella podría considerarse almas gemelas platónicas.
—Gracias, Benny—murmuró con las mejillas rosadas, intentando mantener su voz estable.
Ben solo le sonrió alegremente y palmeó su rodilla con afecto.
El silencio reinó otra vez, sin embargo, era un silencio cómodo.
