Enzo lo odiaba, odiaba esos labios tersos, su cabello siempre bien arreglado, su piel sin un solo poro, sus ojos de cachorro muerto de hambre, odiaba sus buenas calificaciones y le parecía sumamente pretencioso como al entrar en cualquier espacio to...
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-Hey ¿Dónde vas? -Preguntó mi hermano acostado en el sillón del living viéndome pasar atravesando toda la casa con mi bicicleta al lado y una mochila en la espalda.
-Con Enzo -Contesté sin pensar mucho en la respuesta.
-"Donde" dije, no con quién -Dijo -Ay, solo piensa en el novio -Se burló.
-....Chau -Me despedí por último, saliendo completamente por la puerta principal antes de que se notara mi cara colorada. La puta madre, me mandé al frente solo.
-¡Concentrate en la calle que te van a atropellar! -Escucho desde adentro.
Me cagaba, si, pero debía admitir que tenía razón, ando en las nubes por culpa de Enzo...
A quien engaño, yo soy el único culpable de que yo mismo me pierda en mi propia mente, es que cuando empiezo a pensar en él, no le doy bola a nada ni nadie
Admito que alguna vez llore al sentirme desesperado de no saber que hacer con mis propios sentimientos, porque ¿Qué se supone que debía hacer? Si justo cuando quería olvidarlo él se aparecía de nuevo y me causaba una revolución mental con una parte de mi que decía que no le haga caso aunque quisiera lanzarme a sus brazos de una vez por todas y llenarlo de besos olvidando todos los malos ratos que pasé, pero ya nada importaba, solo era él, siempre fué él y ahora es él sentado en una banca de la plaza esperándome para tener una cita.
Se me pasó por la cabeza pegar la media vuelta y salir cagando, pero como soy un macho alfa me saqué el coraje del orto y me me fuí a ver a mi amorcito.
Que pelotudo que soy, dios mío.
Él nota mi nerviosa presencia y me saluda emocionado desde lejos, yo me acerco quedando frente a él e igualmente lo saludo.
-¿Dónde iremos, lindo? -Preguntó, mierda que aún no me acostumbraba nunca a ese apodo.
Procedí a explicarle el recorrido que haríamos, sería simple, seguiríamos la ruta de la avenida principal hasta salir de la ciudad y parar para descansar, ya lo había echo antes, el tiempo parecía ser perfecto, el cielo solo dejaba ver algunas nubes y no hacía tanto calor.
Íbamos saliendo de la ciudad, a un lado de la calle para no ser aplastados por los autos que venían a toda velocidad, a los costados de la carretera solo era descampado, cosechas y alguna que otra casa alejada de las pequeñas villas rurales.
-¿Sabés a dónde me llevas? -
-Obvio ¿Desconfías de tu guía personal? -
-No, yo te seguiría aún si planearas matarme en medio del monte sin levantar sospechas -
-¿Y que ganaría yo con eso? -
-Pues no lo estás negando, así se defendería un psicópata -
