[ daerin; la confesión ]

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Luego de un día agotador, Danielle y Haerin se recostaban en el sillón, cansadas. Habían trabajado mucho ya que era semana de exámenes, y ese mismo día habían hecho tres. Haerin se propuso a confesarsele a Danielle. Estaba lista para perder su amistad más querida, pero quería arriesgarse, sólo por ella.

— Danielle.

— ¿Sí? —Danielle quitó la mirada de su celular y volteó a ver a la menor.

— Me gustas. —dijo Haerin, sentándose en el sillón, con la mirada clavada en Danielle.

— ¿Qué dijiste? —Danielle hizo lo mismo, pero rápidamente, haciendo aún lado su celular.

— Dije que me gustas.

Hubo un silencio un tanto incómodo. ¿Qué se decía después de esas situaciones?

— ¿Por qué?

— ¿Por qué qué? —Haerin giró su cabeza como un gatito confundido.

— ¿Por qué te gusto? —los ojos de la mayor se veían cristalinos.

— Porque eres tú. —Haerin sonrió.

—... ¿pero por qué?

— ¿Necesitas una razón? —Haerin puso un gesto fastidiado.

— Sí.

— Simplemente me gusta todo de ti.

Danielle se quedó callada y volteó hacia abajo.

— Me gusta la forma en la que juegas con tu pelo cuando ves tv. Y cómo amas la comida picante. Me gusta que no le temes a nada mas que conducir por el freeway. —la menor rió al recordar todas las veces en las que ve como Danielle suda cuando van por el freeway, Danielle levantó su mirada— Me gusta como amas las películas de terror. Y que incluso hablas dormida.

— Me gusta tu risa. Y tu paciencia. Y cuando estoy nerviosa, cómo agarras mi mano y haces que sonría. ¿Acaso eso es suficiente?

— No lo sé, tú dime. —la mayor se encogió de hombros— ¿Es suficiente para ti? ¿Estás segura que lo estoy?

— Eres más que suficiente. Por favor créeme.

— Necesito creer que estás segura. Eres mi mejor amiga. No puedo hacer esto amenos de que estés segura.

Ambas guardaron silencio. Haerin estaba un poco confundida.

— ¿Eso significa...?

— Hae, me gustas. Claro que lo hago. —Danielle sonrió— Te amo.

Haerin, al escuchar esto, esbozó una sonrisa enorme, realmente enorme.

— Te ves feliz.

—...

— ¿Vas a decir algo? Acabo de expresar mi amor hacia ti. —Danielle hizo un puchero.

— ¿Desde cuando? —Haerin se acomodó en su lugar.

— ¿Desde cuando te amo? No lo sé. Desde siempre, supongo.

— ¿Hablas en serio?

— ¿Estás... enojada? —Danielle arqueó ambas cejas al ver el ceño fruncido de la pelicafé.

— ¿Hablas en serio?

— Detente. Me estás asustando.

— Así que... ¿me estás diciendo que pudimos haber estado juntas todo este tiempo?

— Sí, supongo. —Danielle sonrió falsamente, esperaba una explosión de parte de Haerin.

— Así que... me amas.

— Te amo.

Haerin sonrió enormemente de nuevo.

— Sólo prométeme algo.

— Lo que sea.

— Por favor... sígueme amando. —los ojos de Haerin se veían tristes.

—... okay.

— Y si no fue lo suficientemente obvio, también te amo. —Haerin se acercó a la castaña, besándola dulcemente. Danielle correspondió el beso, amorosa. Estaba encantada con los labios de la chica.

— Incluso si tuviera todo en el mundo, siempre hubieras, y serás tú. —dijo Haerin, haciendo una pequeña pausa entre el beso— Te amo, Marsh.

one shots nwjns !! Where stories live. Discover now