[ hussyez; dolor. ]

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—¿Me odias? —preguntó la pelinegra, poniendo su cabello detrás de sus orejas, con las cejas arqueadas hacia dentro.

—¿Por qué lo haría? —soltó una pequeña risa, Danielle.

—Porque te lastimé —escupió—. Me siento terrible y espero lo sepas. —la mayor peinó su cabello hacia atrás, mirando hacia su derecha con nerviosismo.

—Está bien, Minji. —Danielle dio un manotazo hacia el aire, sonriendo.

—No digas que está bien, Dani.

La sonrisa de Danielle se esfumó, dejándola con un semblante serio, con una pizca de tristeza.

—¿Entonces qué se supone que debo decir?

—Di lo que estás pensando —la más alta dio un paso hacia el frente, lista para recibir las palabras duras de Marsh.

—No quiero hacerlo. —la de pelo ondulado retrocedió dos pasos hacia atrás, no queriendo tener contacto con Kim.

—Dime lo estupida que soy —volvió a acercarse, Minji—. Dime cómo arruine tu vida y dime cómo nos arruine a nosotras---

—Nada de lo que diga va a cambiar el pasado; lo que está hecho, está hecho. —Danielle frunció su ceño, un tanto frustrada por la terquedad de la azabache.

—¿Por qué no me dejas... arreglarlo? —Minji volvió a arquear sus cejas hacia dentro.

—Ya para, Minji —suplicó Danielle, retrocediendo un paso.

—Te juro que no era mi intención lastimarte... —la grave voz de Kim se convertía en una suave voz temblorosa. Volteó hacia el suelo, cerrando los ojos con fuerza, apretando sus puños.

—¿Entonces por qué lo hiciste?

Minji abrió los ojos, mirando lentamente hacia arriba, para encontrarse con el rostro confundido de Danielle.

—¿Q-Qué? —tartamudeó la pelinegra.

—Si no querías lastimarme, ¿entonces por qué lo hiciste? —frunció su ceño, Marsh.

Minji tardó en responder, mirando hacia el suelo de nuevo.

—Lo siento... —dijo en un susurro—. Lo siento... —dijo en un tono más alto, dejando las lágrimas caer al frío piso—. Lo siento, Danielle... solo no quiero que... te culpes por esto.

—No lo estoy haciendo —escupió—. Ya no puedo destrozarme por ti.

Minji volvió a mirarla, dejando escurrir las lágrimas por su rostro.

—Me siento tan culpable...

—Deberías. —siguió con el mismo tono frío, Marsh.

—Lo siento Danielle —la mayor se acercó, pero esta vez, Danielle no se alejó—. Lo siento, lo siento, lo siento —se acercó hasta llegar a su rostro—. Lo siento tanto.

Minji abrazó el delgado cuerpo de Danielle, apretándola con fuerza, sin recibir un abrazo de vuelta.

—Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento... —decía entre lágrimas, apretando a Marsh entre sus brazos, sintiendo como su respiración aumentaba con cada palabra.

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