[ husseyz; safe. ]

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Danielle y Minji llevaban mucho tiempo de amistad.

Danielle siempre era conocida en el grupo de amigas como la vitamina d, la consoladora que siempre estaba para todas, la de los buenos consejos, el rayito de sol, la que nunca se enojaba, la pacifica.

Pero Minji sabía que algo estaba mal con Danielle, había veces en las que se le notaba apagada, pero cuando le hablaban siempre volvía a poner su radiante sonrisa.

Un día decidió afrontarla. La invitó a salir a una nevería y se propuso a hablar con ella.

— ¿Está rico? —preguntó la mayor, admirando a Marsh disfrutando de su helado.

— Muy. Gracias por pagarlo Unnie. —agradeció, volviéndole a sonreír.

— No es nada. —volteó a verla a los ojos, dirigiendo toda su atencion a ella—. Dani-yah. —llamó.

— Mmh? —contestó la menor.

— Desearía que te pusieras en primer lugar siempre. —miró hacia el suelo, para luego volver a mirar los tiernos ojos de Danielle.

— No sé nada más. —dijo, lamiendo su helado, mirando al frente.

— No eres responsable de la felicidad de otras personas. Eres responsable de tu felicidad. —la miró con angustia, arqueando sus cejas.

— No es tan fácil. —sonrió un poco.

— ¿Cómo podría ser más complicado?

— No sabrías lo que se siente sentirse inútil en la vida de los otros. —Minji seguía mirándola con tristeza, sintiendo un ardor en la garganta—. Todos los días, me preocupo de no vivir a los estándares de la gente que me rodea, Min.

— ¿Y qué si no llegas a sus estándares? ¿Por qué te preocupa lo que piensan?

— No tengo valor en la vida de alguien si no la ayudo. Siempre ha sido así. —rió angustiada. Seguía teniendo esa sonrisa... pero no era la misma. Era... diferente.

— Eso no es verdad, Danielle--

— ¿Siquiera sabes lo que se siente no ser la primera opción de todos? ¿De sólo ser alguien aparte? —interrumpió rápidamente, mirándola con el ceño fruncido. La sonrisa al fin desapareció.

— Lo sé. Sé lo que se siente, Dani. —agarró una de las manos pequeñas de esta, pero se apartó un poco.

— No, no lo sabes. Yo tengo que tener la atención de todos, y la única forma de conseguirla es siempre estar para ellos.

— Estás destruyéndote. —dijo con la voz quebrada. Los ojos de Minji comenzaron a cristalizarse.

— ¿Y qué si lo hago? Estoy ayudando a otra gente. ¿Acaso no vale la pena? —apartó su mirada y miró su mano, viendo como el helado iba derritiéndose poco a poco.

— No. —Danielle se paró y se acercó al basurero más cercano. Minji la siguió y Marsh continuó hablando.

— Hago a otra gente feliz, y eso significa que algún día ellos me harán feliz.

— Así no es como funciona, Danielle. —ambas hablaban frente a frente.

— ¿Entonces qué se supone que haga? ¿Dejar de preocuparme por la gente? ¿Desaparecer de sus vidas? Vamos, Minji.

— Sólo... —suspiró, agarrando el tabique de su nariz con su dedo índice y pulgar—, lo que sea que estés haciendo... tiene que parar.

— No sabes nada, Kim Minji. —dijo en un tono enojado.

— Sé que no eres la persona que solía conocer. —Marsh se quedó callada, mirando al suelo.

— Sé que siempre has querido hacer a la gente de tu alrededor feliz. Pero yo quiero seas feliz. ¿Entiendes? —se acercó más a ella, con una suave sonrisa.

—...Esta es la única manera. No puedo ser feliz haciendo otra cosa. —retrocedió un paso, mirando a otro lado.

— Parece que quieres convencerte a ti misma. Crees que si lo dices lo suficiente, se hará realidad. —de nuevo, se acercó un poco más.

— Detente. —retrocedió dos pasos.

— A estas personas, no les importa tu felicidad. Yo me preocupo por tu felicidad. Quiero que seas feliz. —se acercó, haciéndole entender que todo estaba bien, todo estaba bien si ella estaba allí. Danielle se quedó callada, sintiendo un picor en los ojos y negando con la cabeza—. Así que por favor, sólo escúchame. Puedes tomarte un tiempo.

— No quiero. —dijo con una voz temblorosa, sintiendo las lágrimas en las córneas de sus ojos.

— Por favor. Hazlo por mí. Me harás feliz. —le sonrió, acercándose más a ella. Los pasos de Danielle se hicieron más lentos, casi rindiéndose—. Sé que ha sido difícil. Sé que piensas que ponerte en primer lugar es egoísta, pero es la cosa más egoísta que puedes hacer. —sintió algunas lágrimas reunirse en sus ojos, sorbió su nariz intentando acercarse más a Danielle.

— No sé cómo ponerme primero. —detuvo sus pasos, dejando salir sus lágrimas. Los ojos de Marsh se veían preciosos con lágrimas cristalinas cayendo de ellos, y dejando sus rosas mejillas un tanto húmedas.

— Está bien. Solo prométeme que lo intentarás.

—...De acuerdo. —Minji se detuvo frente a ella, admirando su rostro.

— ¿Quieres ser feliz?

— Sí. Sí quiero. —y finalmente, Kim se acercó para ofrecerle un cálido abrazo. Danielle lentamente accedió, enredándose en los largos brazos extendidos que tenía en frente. Lloró en el hombro de la mayor, soltando todo el peso que tenía encima. La mayor la apartó para limpiar algunas de sus lágrimas imparables y mirarla con adoración, para después sonreírle con calidez.

Todo estaría bien, estaba segura con Kim Minji. Todo estaba bien si estaba con Kim Minji. Porque Minji estuvo con ella hasta cuando sentía el mundo derrumbándose en sus hombros.





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lloré ok

one shots nwjns !! Where stories live. Discover now