[ maknaez; café ]

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Hyein, luego de unos meses, asimiló sus sentimientos hacia su mejor amiga, Kang Haerin. Tuvo varias crisis mentales pensando si le gustaba o solo le llamaba la atención o si estaba muy necesitada de amor que quería amar a alguien de inmediato. Pero no, en verdad le gustaba, y después de semanas de pensarlo, decidió invitarla a un café. El problema es que a ella no le gustaba el café, pero lo hacía porque Haerin era una amante de este.

Luego de que Haerin llegó, Hyein pidió un vaso de agua mientras que Kang se pedía un frappé de vainilla. Se sentaron en la terraza y al fin llegaron sus bebidas, aunque Hyein estaba más callada de lo normal.

—¿Por qué me miras así? ¿Qué piensas? —preguntó Haerin, riendo mientras tomaba de su café.

—Nada. Nada en lo absoluto. —contestó Lee, mirando hacia la calle.

—Claro, eso no suena nada sospechoso.

—Cállate. —volteó sus ojos, tragando fuertemente.

—Entonces... ¿por qué me llamaste a que viniera?

—Quería café. —contestó mostrando desinterés, encogiendo sus hombros con seguridad.

—¿Eso es todo? —arqueó una ceja, la más baja.

—¿Por qué? ¿Querías otra cosa?

—¿Estás segura que no querías sacarme a tomar café por otra razón?

—No. ¿Qué es lo que intentas sugerir? —preguntó tomando de su agua mientras la miraba fijamente.

—Número 1: no tomas café.

—...Bueno, comencé a hacerlo. —infló su pecho.

—Número 2: pediste un vaso con agua.

—Se llaman "pasos de bebé". Estoy internado acostumbrarme al ambiente primero.

—Okay, pero pudiste haberlo hecho sola. —removía el frappé con su popote.

—Me da miedo. Necesito a alguien que sepa lo que es un mocky-ato.

—¿Por qué estoy aquí en realidad, Hyeinie?

—Ok, pues, estaba pensando. —se acomodó en su asiento, carraspeando su garganta—. Tengo sentimientos.

—Es algo normal que tienen los humanos, Hyein. —rió la mayor.

—Por ti. —la miró a los ojos, con una cara preocupada.

—Así que no quieres café.

—Acabo de servirte mi amor.

—Oh... wow. —abrió los ojos—. Esa estuvo buena. Servir... como el café--

—¿Solo vas a ignorar lo que acabo de decirte, Kang Haerin? —frunció su ceño.

—Espera. Estoy pensando. —puso su dedo en su barbilla.

—¿Pensando qué?

—Mírame a los ojos. Solo quiero confirmar algo.

—...Okay. —acto seguido, Haerin le robó un pequeño pico a la menor, dejándola aturdida.

—Bien. Hay que salir.

—¿E-Eh? ¿E-Es todo lo que te tomó?

—También me gustas. Desde hace rato, en realidad. Solo que es divertido burlarme de ti. —rió tiernamente, para luego mirarla a los ojos.

—¿Por qué no dijiste nada? —Hyein se puso nerviosa gracias a los grandes ojos contrarios.

—Quería ver qué harías. No me esperaba que fueras a pedirme salir por café.

—Te gusta el café. —afirmó, sonriéndole.

—Y tú siempre me dijiste que no te gustaba. —miró sus manos, jugueteando con ellas.

—Tal vez empiece a tomarlo.

—¡Oh wow! Ten, toma del mío.

—...Olvídalo. Olvidé lo mucho que odio el olor. —dijo después de que le llegara ese olor tan amargo, para luego robarle un pico a Kang también.

Esta solo rió y apretó una de las mejillas de Hyein.

—Eres tan tierna Hyeinie.

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