Capítulo 4 | ¿Ran el fotógrafo?

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Galatea.

22:14 p.m.

Terminé de cerrar la jodida farmacia después que mi supervisor haya decidido que debía hacer horas extras por el sujeto que me pidió el número. Debía ser castigada por mi error.

Él lo llamó "asumir la responsabilidad de mis actos".

Kazutora se negó a irse y quiso quedarse a hacer horas extras conmigo aunque no se las paguen pero él le dijo que debía cubrir estas horas yo sola.
Agradezco internamente que sea un viernes y la calle este repleta de gente que sale para pasear, cenar en restaurantes o a bailar. Hace menos peligroso el camino para mí.

Cuando estoy cruzando la avenida, un carro lujoso frenó para cedernos el paso.
Miré en su interior por curiosidad a ver quién conducía, se trataba de Ran; el de la discoteca. Al hacer contacto visual conmigo este sonríe y me guiña un ojo.

Qué coqueto.

¿Qué hará en la calle a estás horas? ¿De qué trabajará para tener ese vehículo?
Me invadieron muchas dudas.

(...)

Al llegar a mi apartamento este era un chiquero. Se notaba mi ausencia y lo desordenada que era.
Me sentía tan cansada pero me dispuse a limpiar ya que había platos y ollas acumuladas de días, ropa sucia por todo el baño y ni hablar de mi habitación.

Desventajas de la independencia. Nadie limpiará por ti.

Mi celular empezó a vibrar como loco con una lluvia de mensajes de mi mejor amigo.

Kazu:
- Gal, ¿ya llegaste?

- Avisa tonta.

- Que me asustas

- Oye, encontré un gatito, ¿puedes tenerlo tú?

- Mi madre dice que 4 gatos es mucho pero es uno más.

- Mirá, te mando foto. Es tan lindooo, adoptalo. No te dejo otra opción.

- El michi dice hola.

El peludo era tan lindo, parecía llegar botitas blancas y se veía esponjoso, nunca había tenido mascotas

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El peludo era tan lindo, parecía llegar botitas blancas y se veía esponjoso, nunca había tenido mascotas. Mi madre creía que nos llenaría de alergias.

Galatea:
- Llegué hace un buen tiempo. Quiero al gatito.

Kazu:
- Te quiero tanto Gal, mañana te lo llevaré. 😍 gracias, gracias.

¿Seré buena madre gatuna? Eso espero, mañana compraré su arenero, una camita y juguetes para él o ella. Ahora me toca dormir porque me espera un maldito día laboral mañana.

No me duché ni me cambié la ropa, sin más me tiré en mi cama y me dormí hasta que suene la alarma deseando que las horas de descanso sean eternas.

Ran.

Mis ojos captaron a la chica de la disco, la hermosa Galatea. Cruzaba la calle, parecía modelar. Resaltaba entre el montón de personas que se movían de aquí para allá.

Quería bajarme y pedirle su número, llevarla a su casa, saber de ella.

Creo que puedo desviarme un poco antes de ir al pub.

(...)

Me encontraba sentado con los otros miembros de Bonten en el VIP de uno de los pub que manejamos. Hoy tocaba estar aquí, a veces tenemos que administrar restaurantes, casinos y otros lugares a los que nos manda Koko.
Rindou estaba distante conmigo desde aquel encuentro y Sanzu le susurraba cosas al oído. Están muy juntos últimamente y creo que lo quiere meter en las mierdas que él consume.
La noche estaba siendo una auténtica mierda.

Decidí sacar mi móvil y mirar las fotos que le tomé a Galatea y a la puerta de su edificio. Sí, la seguí hasta su destino. No vive muy lejos del centro de Roppongi por lo cual podría ser muy curioso encontrarla.

- ¿Quién es? -dice Takeomi mirando la pantalla de mi teléfono. Todos fijaron sus ojos en mí.

- Nadie, no es nadie. -guardé mi móvil y me levanté con la intención de ir a recorrer el lugar y dirigirme a la barra. Si tenía suerte hoy conseguiría alguna que quiera pasar un rato divertido en los baños.

Llegué a la barra y pedí un whisky, no sé en qué momento pero habían 6 o 7 vasos frente a mí, también había una botella de vodka a medio tomar. Todo me daba vueltas y no podía mantenerme de pie.
Caminé por la pista buscando algo que llame mi atención, localizando una cabellera larga y castaña bailando.

- ¿Gal? -era una mala jugada de mi cabeza o estaba muy ebrio, me puse contento.

- No, no soy ella. Pero podemos bailar. -dijo coqueta. Su top y su falta diminuta la hacían verse más vulgar de lo que me gustaba.

- Puaj, qué decepción.

Emprendí como pude la dirección hacía los baños, chocando con personas bailando y perdiendo fácilmente el equilibrio. Quería refrescarme.

- Ran, tú no eres así.

La seriedad con la que habló mi hermano atrás mío mientras me mojaba la cara me tomó desprevenido.

- Rinrin. Ven aquí. -estiré mis brazos en dirección a él y recibí una mirada de molestia por su parte pero igualmente se acercó para abrazarme.- Siempre vas a ser mi chiquito.

- Te llevo a tu casa, que se quede el resto. Nos vamos. -dijo pasando mi brazo por sus hombros. Me dejé llevar.

- Sólo estaba aburrido Rin, quería ver las cosas de otra manera. -le hablaba de mi ensoñación a causa del alcohol.

- Hay otras maneras de divertirse, en los burdeles que te gustan.

Salimos del lugar y Rindou me soltó, seguía distante en sus palabras y con una seriedad que me hacía sentir incómodo.
Al acostarme en el auto de mi hermano, caí en un profundo sueño. Amaneceré con una gran resaca y sin recuerdos.

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¡Hola besties! Les dejo dos capítulos. Gracias por el apoyo. Hace años no escribía y actualizaba tan seguido una historia, es lindo estar de nuevo. ❤️‍🩹
Si hay fallas ortográficas, les pido disculpas. Suelo escribir de madrugada.

Galatea | Haitani brothersWhere stories live. Discover now