Capítulo 13 | Una tarde calurosa. ⚠️

422 38 46
                                    

Rindou.

Me encontraba estacionando mi auto en el edificio de Galatea, no sabía qué timbre era por lo que la mejor opción era ir hasta su puerta. Como era una salida casual, opté por vestirme de negro y no con mis trajes de trabajo. Y buena idea fue porque Galatea tenía puesto un jean y una remera sencilla. 

— ¿Quieres pasar antes? –se hizo a un costado para que pase.

— No es necesario, comeremos por allí y compraremos tu teléfono. Vamos. –dije y tendí mi mano rogándole a Dios que no se note que me sudan de los nervios. Ella cerró la puerta de su apartamento y la tomó empezando a caminar tranquila mientras por mi parte el corazón me latía a mil. 

Al llegar al shopping Galatea rápidamente me llevó a la tienda de comida rápida, pedimos dos hamburguesas con patatas. Si Ran me viera aquí se reiría de mí. 

— ¿Qué celular quieres? Yo diría este –señalé un dispositivo Apple último modelo.

— ¡Qué bello! Pero estás loco, es carísimo, no puedo pagarlo. –dijo abriendo los ojos sorprendida al ver el altísimo precio.

— ¿De dónde sacaste que ibas a pagarlo tú? Lo haré yo, Gal. –pasé mi brazo por sus hombros y la atraje hacía mí. Su cabello olía a vainilla lo cual era relajante. Sentí como se puso nerviosa al principio y luego aflojó sus músculos. 

— Entonces puedes elegir tú, Rindou. –levantó su rostro sonriéndome, asentí devolviéndole el gesto y llamé a un vendedor de la tienda para pedirle el celular más exclusivo de la marca, también un iPad, una de sus computadoras y accesorios. Galatea a medida que iba viendo el total que había que pagar, su rostro iba tornándose más pálido.

— Quita esa cara, el dinero no es un problema para mí. –puse los ojos en blanco mientras me reía.– es un agradecimiento por ayudarme. 

— Pero… es mucho, no puedo aceptarlo. 

— Vas a aceptarlo, quieras o no, me salvaste la vida. –me carcajeé al ver sus caras. Saqué mi black card y los ojos de ella se abrieron lo máximo que permitía su rostro.– Ay ya, Gal.

Tomé nuestras bolsas correspondientes y empezamos a caminar por el shopping. Mi pierna dolía un poco aún y trataba de caminar lo más derecho posible para que no se rieran de ella por andar con un cojo. 

En un momento veo que ella levanta su brazo y saluda a alguien, al no tener mis lentes veo borroso de lejos y no puedo saber quién es. 

— Mirá, allá, ese es Kazutora. Mi mejor amigo. –dirijo mi mirada en la dirección que señala y solo veo siluetas borrosas, sonrío como saludo aunque no sé a quién. Una de las siluetas se empieza a acercar y comienzo a ver bien, el de la farmacia.

— Hola bonita. –dice el pelinegro y abraza a la femina. ¿Bonita? ¿¡Bonita!? Estoy haciendo el papel de estúpido aquí. – Hola tú… chico que salta mostradores. 

— Me llamo Rindou. 

— Veo que se están conociendo, me alegra que Gal tenga un amigo nuevo. –codea levemente a la chica– ¡La próxima que nos salgamos, ven a bailar con nosotros Rindou!

— Ay –se ríe nerviosa ella– pues, estás invitado a salir con nosotros un día. 

— No hay problema, podemos ir cuando quieras. –sonreí ahogándome en mis celos.

Empezamos a caminar de nuevo para ir al estacionamiento cuando el chico Kazutora se fue y por dentro me sentía la sangre en ebullición, quería golpearlo y llevarme a Galatea lejos de él. ¿¡Bonita!? Estúpido. 

Galatea | Haitani brothersWhere stories live. Discover now