IV.- Pequeños cambios

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Stiles miró a Derek desde el otro lado de la mesa, el humano se había estado reuniendo con ellos durante semanas planeando que iban a hacer con la llegada de Gerard y Kate. El humano no paraba de ver al alfa, estaba cayendo bajo sus encantos y no podía evitarlo, gracias a los momentos que había pasado podía conocer como era Mieczyslaw Stilinski y la manera en la que cuidaba de sus betas era demasiado dulce además de que notaba como parecía estar al pendiente de cada uno de ellos sin que se dieran cuenta. Por el contrario, Stiles se había dado cuenta de que el humano era demasiado alegre además de que era increíblemente inteligente y escondía secretos, pero no que los perjudicara, el humano parecía tenerle un gran odio a sus parientes y la verdad solo quería saber el porqué.

En ese tiempo habían decidido no decirle a los demás Hale, solo serían un estorbo para el alfa y quería acabar con esas dos personas lo más rápido que pudiera.

— Escuché que ellos van a llegar antes de lo planeado. — dijo Derek mientras fruncía el ceño al ver la portátil del alfa donde se podían ver imágenes del aeropuerto, habían logrado hackear las cámaras del pueblo, aunque Stiles fue de bastante ayuda para lograrlo.

— El plan tendrá que ser más rápido, no podemos dejar que esos dos tengas la ventaja, ellos tienen las armas para acabar con nosotros pero la diferencia es que nosotros crecimos y somos mejores, también inteligentes. — dijo Stiles de manera seria.

— Yo seré la carnada, ellos trataron de hacerme a su imagen así que solo tengo que actuar para atraerlos a donde queremos. — dijo Derek mientras los demás asentían aunque Stiles solo lo miró, no podía descifrar lo que pensaba el alfa.

— Salgan a patrullar y a entrenar. — les ordeno el alfa sin dejar de mirar al humano, quien entendió que era mejor quedarse en su lugar y no moverse.

Una vez que los betas se alejaron y el castaño se asegurara de que estaban lo suficiente lejos se acercó al humano, ambos se sentaron en el gran sofá que se encontraba ahí.

— ¿Qué pasa? — preguntó Derek mientras se movía de manera nerviosa.

— ¿Qué estás ocultándome? No me gusta usar a la gente que apreció y menos a mi manada para que sea la carnada, así que dime la razón por la que dijiste eso. — le dijo Stiles de manera tranquila o eso parecía ya que el humano podía ver como estaba molesto pero era una molestia de preocupación.

— Ellos me seguirán si les demuestro que seguí sus enseñanzas. — suspiró al ver el rostro del alfa — Cuando era niño ellos le dijeron a mis padres que me llevarían a unas vacaciones y de manera ingenua les creyeron. — se abrazó a si mismo con fuerza — En todo ese tiempo que estuve lejos de mi familia ellos me "entrenaron" pero a través de la tortura y violencia psicológica, ellos jugaron con mi mente y estuve cerca de perderme en ese dolor. — comenzó a apretar con fuerzas sus brazos, incluso sus uñas comenzaban a enterrarse en su piel — Era un infierno, pensé que nunca acabaría y al final tuve que callarme todo, a veces tengo tantas ganas de gritarle a mis papás que es su culpa, ellos sabían como eran Gerard y Kate y aun así me dejaron ir. ¡¿Cómo pudieron?! — la mano del alfa quito sus manos de manera suave para después abrazarlo y dejar suaves besos sobre la cabeza del humano — Soy una horrible persona por pensar así. — susurró Derek una vez que se calmó.

— No eres una mala persona, es normal que estés resentido con tus padres porque ellos sabían como eran y no pensaron que te harían daño, debes de entender que a veces cometen errores, no te estoy diciendo que esto justifique todo el dolor por el que has tenido que pasar. Esas personas son monstruos, no tienes corazón y no dejaré que se acerquen a ti, no voy a exponerte a ese peligro. — le dijo Stiles de una manera suave y cariñosa.

— Es necesario que lo hagan, tú también quieres atraparlos y asesinarlos. — se separó un poco para verlo a la cara sin separarse de él.

— Es verdad, quiero asesinarlo porque me arrebataron a mi familia, yo estoy detrás de ellos por venganza pero no pretendo arriesgar a mi manada para conseguirlo, así no tendría sentido haber luchado tanto. — acarició de manera distraída la espalda del azabache.

— ¿Soy manada?

— Derek, eres manada desde el momento que decidiste ponerte de mi lado en contra de Kate y Gerard, creo que pude haberte considerado manada desde que me dijiste que vendrían. Los patriarcas de tu clan ni siquiera se han acercado a decírmelo a pesar de lo que les dije el primer día que llegaron a mi territorio, pero tú en cuanto te enteraste me lo dijiste porque sabías que merecía saberlo. Todo lo que has hecho es lo que hacemos en la manada, nos apoyamos y cuidamos entren todos, no tenemos secretos.

— Ser parte de una manada es increíble y me siento honrado porque me hiciste parte de ella. Es extraño, creo que siempre desee ser uno de ustedes y no un humano que proviene de un clan de cazadores.

— Tú eres tú y eso es lo que te hace único, no importa de donde vengas o cual es tu pasado, todo eso es lo que te ha hecho la persona que eres hoy.

Derek no sabía que estaba sucediendo pero le gustaba y no diría nada, por lo que se volvió a recargar sobre el pecho del alfa disfrutando de su calidez.

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Los Hale no eran tontos y sabían que algo estaba pasando con el único hombre de los patriarcas, ya no pasaba tiempo con ellos y se la vivían en bosque, estaban tranquilos porque parecía que la manada Stilinski no le hacía nada, pero por otra parte no entendían su comportamiento, se estaba alejando y no entendían el porqué.

Thalia miró a su hijo, quien se encontraba en la mesa del comedor haciendo la tarea, era extraño ya que eran pocas las veces que hacía sus deberes junto con los demás, siempre se encerraba en su cuarto.

— ¿Cómo te ha ido en el instituto? — le pregunto la mayor mientras se sentaba frente al menor.

— Esta bien, es casi lo mismo que en Nueva York así que no tengo problema.

— No has traído a ningún amigo a casa.

— No creo que quieras que entren lobo a la casa. — le dijo Derek mientras fruncia el ceño.

— ¿Por qué lo dices como si los odiara? Claro que me gustaría que tuvieras amigos más...

— ¿Humanos? Ja. ¿Por qué no me sorprende? Siempre has sido como ellos dos, no has hecho esas cosa pero no te agradan las personas que son diferentes.

— Yo jamás he dicho eso, los sobrenaturales tienen sus maneras de vivir, son criaturas.

Derek se levantó golpeando levemente la mesa.

— El llamarlos sobrenaturales lo comprueba todo y nunca les vuelvas a llamar criaturas. — tomó sus cosas y subió a su habitación.

Unos minutos más tarde bajó de nuevo con dos maletas y una mochila.

— ¿A dónde vas? — le pregunto Thalia molesta, no podía entender porque su hijo estaba actuando de esa manera.

— No puedo estar contigo así que me iré por un tiempo.

— ¿Te vas a ir con esos lobos?

— Ellos son mi manada. — salió dando un portazo. 

Una Historia DiferenteWhere stories live. Discover now