V.- La llegada de los asesinos

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Stiles se encontraba en su loft sentado en el sofá de la sala de estar con un libro en sus manos, miraba de manera atenta cada palabra. Los betas se encontraban esparcidos por el lugar, algunos viendo la televisión otros leyendo o haciendo deberes del instituto. Todo era tranquilo. Por el momento la manada no se estaba quedando en la mansión, con la llegada de esos dos tenían que ser cuidadosos y como solo repetían la historia lo más seguro es que atacarían la mansión como años atrás y Stiles prefería mil veces arriesgar una construcción que a su manada.

La puerta se abrió de manera fuerte, el alfa alzó la vista encontrándose con un Derek destrozado, su mirada estaba llorosa y temblaba ligeramente además de que tenía consigo dos maletas y su mochila. Stiles dejó el libro a un lado y o tardó en llegar frente al humano, quien dejo caer su cabeza sobre el pecho del otro. El castaño abrazó al humano con ternura y delicadeza mientras dejaba suaves caricias sobre su espalda.

— Todo estará bien. — le susurró Stiles con dulzura.

Derek se aferró al alfa y dejó que las lágrimas corrieran por sus mejillas y los sollozos fueran tan rotos que todos en el lugar sintieron su dolor como propio.

Stiles dejó que el humano dejara salir todo su dolor, lo sostuvo entre sus brazos y se quedó ahí hasta que los sollozos se hicieron cada vez más bajos y después desaparecieron. El alfa tomó al humano entre sus brazos alzándolo y lo llevó hasta su habitación donde lo dejó sobre su cama.

— Descansa, pequeño humano. Ya has hecho suficiente. — susurró para después dejar un beso en la frente del azabache.

El alfa bajó las escaleras encontrándose a sus betas listos para lo que ordenara.

— Liam, Mason y Scott quiero que se queden aquí y cuiden de mi compañero. — sus ojos se oscurecieron y brillaron carmesí — Los demás iremos a acabar con dos ratas. — miró al mayor de todos — Papá, tú y Ally vigilen a los Hale, no quiero que intervengan y menos que se acerquen a Derek, solo los cachorros pueden hacerlo. — ordenó Stiles con voz grave.

El alfa estaba enojado y ahora había dicho lo que todos sospechaban: Derek Hale es el compañero de Mieczyslaw Stilinski.

*

Cuando los niños Hale llegaron a casa junto con Peter y Drake, se encontraron con Thalia caminando de una lado a otro, la mujer se veía bastante nerviosa y preocupada.

— ¿Qué hiciste, Thalia? — preguntó Drake al no ver ni escuchar a su hijo.

Drake Hale se había casado con la mujer por obligación de sus padres, su clan no era muy poderoso en la lucha contra los sobrenaturales pero ellos tenían buenas armas y eran los mejores. Para hacer crecer el clan los patriarcas decidieron unir ambas familias sin saber que tres años después de esa unión el clan de armas sería masacrado de manera misteriosa. Drake nunca fue parte de ese asesinato, no estaba de acuerdo con lo que hacían los clanes de cazadores, habían perdido por completo el objetivo que sus antepasados habían tenido: proteger a los que no puede protegerse sin importar la raza, el color, el origen, nada. Ellos solían ser protectores pero ahora se habían vuelto asesinos de inocentes.

El Hale aceptó a Thalia y por un momento pensó que la mujer era diferente a todos, pero era igual. Ella no aceptaba las diferencias y no dudaba en apretar el gatillo sin importar lo que sucediera. Drake trato de ser fuerte y tolerante con ella por sus hijos, además de que su cuñado se había vuelto su mejor amigo al pensar como él. Ahora no toleraría nada de la mujer, lo que fuera que había pasado con su hijo es lo que había colmado su paciencia.

— ¿Por qué lo dices cómo si yo hubiera hecho algo? — le preguntó la mujer indignada.

— Por que sé que no eres capaz de sentir nada y herir a tus hijos. ¿Qué carajos hiciste Thalia?

— Cuida tu tono, Drake.

El hombre se acercó a su esposa, Laura y Cora quisieron intervenir pero fueron detenidas por Peter y sus primos. Los hijos del hombre sabía toda la historia de sus tíos y la razón por la que su padre les había puesto el apellido de su tío.

— Tu debes aprender tu lugar, recuerda que no eres la matriarca del clan, ese soy yo. Ahora me dirás lo que pasó con mi hijo y después de que acabe toda esta locura te irás de aquí o felizmente le diré al alfa Stilinski tus secretos y ya quedará en el juzgarte.

Thalia retrocedió con miedo, no había visto al hombre así, siempre pensó que ella lo controlaba.

— Lo que paso fue...

Noah y Allyson sonrieron al escuchar la discusión del matrimonio, ellos sabían como era Thalia Hale y como dijo Stiles no necesitaron hacer nada para que su familia le diera la espalda, comenzó con Derek rebelándose y luego Drake dejando la paz a un lado.

— Tontos cazadores, mi hermano siempre tiene la razón. — dijo Allyson mientras su padre asentía.

*

Stiles y sus betas se encontraban escondidos entre en las ramas de los árboles, era de noche y veían con claridad a los dos invasores de su territorio junto con un grupo de seis cazadores más.

— Ilusos. — susurró Scott logrando que los demás sonrieran.

Stiles gruñó levemente cuando el grupo se acercó a la mansión.

Scott fue el primer en baja de manera silenciosa, tomó a unos de los cazadores y le rompió el cuello. Siguió Theo haciendo lo mismo, luego Jackson, Boyd, Erika y al final Kira. Stiles se dejó caer junto con Lydia y Mason, los tres se acercaron al padre e hija.

— Veo que tuvieron el valor de regresar. — les dijo Stiles logrando que ambos se giraron apuntado sus armas hacía ellos, pero Corey con un movimiento se las arrebato.

— Stilinski.

— Jacks, Li, Scotty ella es toda suya. — dijo Stiles con una sonrisa siniestra.

Los tres se convirtieron en lobos completos y corrieron detrás de una cobarde Kate.

— Lyds tu turno.

La chica sonrió y grito con todas sus fuerzas dejando al viejo semi consciente. Stiles se acercó sacó sus garras y colmillos, sus ojos carmesí relucían con fuerza.

— Mi cara será lo último que verás, malnacido.

Rasgo la garganta del hombre y sintió como la sangre le salpicaba y sonrió.

— El tormento acabó. — dijo Corey en cuento el grito de Kate se escuchó.

Tres lobos caminaron hacía ellos, sus hocicos y pelajes llenos de sangre.

— Al fin tuvimos nuestra venganza. — les dijo Stiles acariciando las cabezas de los lobos.

— Vamos a casa, tu compañero te está esperando. — le dijo Lydia a su alfa y amigo.

— Vamos. 

Una Historia DiferenteWhere stories live. Discover now