XII.- Gemelos

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Thomas miró a su gemelo, había cambiado, su rostro era más maduro, creció y ya era un hombre no había rastro del niño que dejó atrás, si estaba a su lado sabría que se vería un poco más pequeño y delgado, él había ganado músculo pero Stiles había cambiado demasiado pero ese era su hermano. También noto sus ojos, eran muy diferentes, aquellos ojos que alguna vez mostraron felicidad y una chispa de diversión ahora estaban opacado y mostraban la mirada de alguien que había pasado por muchas cosas y había visto el infierno, había un pequeño brillo de felicidad y podía imaginarse que el pequeño humano que estaba ahí era la razón además de la manda, para Stiles la manada siempre fue lo más importante, su ancla.

Thomas no sabía porque su gemelo no se acercaba, antes corría a sus brazos con una gran sonrisa pero ahora solo podía ver duda.

Derek se levanto y acarició la espalda del alfa con cariño.

— Ve. — le susurró el humano mientras le daba un leve empujón.

Stiles dio unos pasos de manera lenta pero no se atrevía a abrazar a su hermano así que Thomas se acercó a él y lo abrazo con fuerza. El alfa se removió levemente pero aun así le dio suaves palmadas en la espalda del otro.

— Hola, Tommy. — le saludó después de que se separaran.

— Bien, creo que debemos de dejarlos solos. — dijo Derek mientras tomaba la mano de Calipso y Leo, quienes lo siguieron con alegría.

— Pero...

— Deucalion vienes o te lleno el culo de acónito. — le dijo la mujer.

Los cuatro salieron de ese lugar y los betas de Thomas decidieron seguirlos, hasta ellos sabían que debían de darle espacio a los hermanos, tenían muchas cosas de las que hablar y muchos años de los cuales tenían que ponerse al corriente.

— Has cambiado, Mica. — le dijo Thomas una vez que los demás se alejaron lo suficiente.

— Tu también, pero al mismo tiempo no. — le dijo mientras se sentaba y su hermano lo imitó.

— ¿Es así? Yo veo que has crecido, ahora eres un alfa. — sonrió levemente — Este pequeño humano es lindo, me gusta.

— Derek es especial, jamás había visto a un humano ser tan valiente como él, no deja que los demás lo pisoteen. Es algo tímido pero poco a poco empieza a confiar más en la manada, mi novio tiene más cualidades que defectos.

— Deucalion me comentó que los Hale ahora son parte de la manada. — froto levemente su brazo.

— Si, pasaron muchas cosas y con sus regreso al pueblo tuve que estar más alerta y dejarles en claro que este era mi territorio y si no seguía las reglas terminarían mal. — sonrió con diversión — Por supuesto Der no hizo caso y se interno en el bosque, la verdad fue algo rudo con él cuando lo conocí pero no sabía si podía confiar. Después todo se dio solo y Derek junto con Drake y los demás se unieron a la manada.

— ¿Qué pasó con Thalia?

La mirada de Stiles se oscureció y sus puños se entrelazaron con fuerza.

— Ella estaba dispuesta a vender a sus hijos si lograba acabar con la manada pero la perra no se esperó que fuéramos más inteligentes. — su voz era plana y vacía — La acorralamos en el bosque, dejé que los cachorros la torturaran como quisiera...

— ¿Ellos la mataron? — no había terror ni desprecio en su voz, era más bien tranquila.

— No, jamás dejaría que asesinaran a esa mujer, Gerard y Kate. Yo la tome del cabello y la arrastre hasta una fogata... — acarició levemente algunas pequeñas cicatrices que tenía en sus manos — Deje que se quemara lentamente hasta que soltó su último aliento y después me deshice de ella para que no hubiera posibilidad de que regresara en algún momento. Hablé con Drake de eso y estuvo de acuerdo, yo podía tomar las medidas que creyera necesarias. — cerró sus ojos con fuerza.

— Hiciste lo correcto. — colocó su mano sobre la de las del otro — Eres un alfa y siempre tratas de tomar la mejor decisión para mantener a la manada a salvo, era lo correcto. — le dijo Thomas con una sonrisa cuando el otro abrió los ojos.

— ¿Tu hubieras hecho lo mismo?

— No lo sé. Nunca he asesinado a alguien y a pesar de lo que los odio nunca pensé en matarlos pero tú y yo somos diferentes. Yo no tengo una manada que proteger como tú, los chicos que me siguen son fuertes pero una manada no es como la tuya además has tenido que pasar por muchas cosas. Los dos tomamos una decisión siendo niños así que ahora tenemos que vivir con las consecuencias.

— ¿Me convertí en ellos?

— ¡No! Jamás serías como ellos, tu los mataste para acabar con una plaga, ellos no se detendrían mientras estuvieran vivos. Puede que muchos no estén de acuerdo con tus métodos pero no todos son así y eso no significa que hiciste algo malo para tu manada. Mica siempre he sabido que los más importante para ti es la manada y cada uno de sus miembros, tomas decisiones basadas en la seguridad de tus betas, tu familia así que no te disculpes ni te arrepientas de nada de lo que hace la manada.

— Gracias.

— Para eso estoy hermanito. — le dijo Thomas con diversión, no volvió a abrazar a su hermano porque no era tonto y había visto que se sentía incómodo, se imaginaba que en ese momento la única persona que puede entrar a su espacio personal es Derek.

— Tu novio me agrada, su mirada era determinada y no dudo en estar a la defensiva a pesar de que soy tu hermano. Una gran bestia, un gran lobo.

— ¿Cómo...? Olvídalo, me imagino que es bastante obvio. Su nombre es Newt y tiene bastante carácter, creo que el es quien me mantiene a flote y no he hecho muchas tonterías gracias a él, mantiene mis pies sobre la tierra. — dijo Thomas con una sonrisa boba.

— Tu lobo te marcó con su olor por todas partes, créeme mis betas olerán eso desde kilómetros. Es posesivo, suerte con eso Tommy.

— Si, es posesivo. — suspiró — ¿Ellos saben? Lo mejor será que les devuelva sus recuerdos, quiero abrazar a papá y a Ally, claro que a los demás cachorros también. — dijo Thomas con nostalgia.

— No les dije, pero tienes razón todo será más sencillo si les devolvemos sus recuerdos.

— Todo estará bien.

— Si. 

Una Historia DiferenteWhere stories live. Discover now