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El sudor había hecho que todo el cabello de Seonghwa se le pegara a la frente. Le dolía el pecho por la forma tan desigual en que sus pulmones inhalaban y exhalaban el aire. Se había torcido el tobillo ya dos veces por culpa de las raíces que no alcanzaba a saltar, y su brazo derecho por poco le era arrancado de cuajo. Por el contrario, Jongho parecía encontrarse en perfecto estado a pesar de haber corrido por tanto tiempo, no había una sola pizca de cansancio en su rostro. El castaño era quien guiaba el camino por el que debían de ir, haciéndoles atravesar una parte del bosque por la que antes no habían estado.

Por supuesto que el miedo había llenado por completo la mente del mayor. Fue muy repentina la forma en la que Jongho se había colocado la mochila para luego jalarlo del brazo fuera de la casa. Salieron por la puerta que daba al jardín trasero, y sin siquiera cerrarla del todo, se habían sumergido entre los árboles como aquel día en la noche. Seonghwa no tuvo tiempo siquiera para preguntar por qué se iban de esa forma tan súbita, sin despedirse de los habitantes de la propiedad o mínimo agradecerles por la ayuda en ese tiempo. Tampoco entendía cómo por segunda vez se habían escabullido de Yeosang.

Veía sus pertenencias en la espalda ancha de su hermanito menor, preguntándose si al menos se había asegurado de no dejar nada importante, porque después de la forma en la que estaban marchándose de la casa, jamás se podría permitir regresar, la vergüenza no lo dejaría.

Jongho le tiró hacia un lado para evitar una roca enorme que se interponía en el camino. Miró fugazmente hacia atrás para ver el estado del alto antes de volver a apretar su mano y seguir casi que arrastrándolo por el bosque. Todo esto mientras que con los dedos libres --cubiertos por los guantes-- se sujetaba la capucha del hoodie negro bajo su abrigo, evitando que la luz solar le diera directo al rostro. Maldecía el hecho de que precisamente hoy el clima hubiera querido ser el más caluroso que habría tenido la región en todo el año, y aunque eso le diera cierta ventaja sobre los Kang que claramente no se expondrían de la forma que lo estaba haciendo él, no podía no estar nervioso. Esperaba con todas sus fuerzas que anocheciera cuando ya estuvieran en el pueblo, aun cuando eso daba a la posibilidad de no alcanzar el tren, y por ende, podían ser alcanzados por la familia una vez se dieran cuenta de su ausencia.

Agradecía al menos que su hyung no lo estuviera acribillando con preguntas, pero solo era porque apenas alcanzaba a coger aire para respirar.

Continuaron trotando por la extensa longitud y espeses del bosque. La sensación de haberse perdido llegó a los dos, incluso cuando el menor podía asegurar que estaban más cerca del pueblo que a la casa de los Kang. La cantidad inmensa de árboles gruesos y altos era agobiante, como si se repitieran una y otra vez, dando la sensación de que estaban dando vueltas.

Seonghwa incluso creyó que sus ojos dolían por culpa de todos los tonos de verde que le llenaban la visión. Trató de mirar arriba para buscar el cielo y de alguna forma asegurarse de que seguía percibiendo otros colores. Al hacer esto, encontró varios rayos calientes de sol que se colaban entre las hojas, y luego, la luna blanca que se veía pequeñita y era cubierta intermitentemente por las ramas. Y nuevamente, sin quererlo, se perdió en ella. Una raíz levantada se enredó con su zapato, trató de liberarse en medio segundo sin lograrlo, y perdió todo el equilibrio. Sus rodillas golpearon el suelo demasiado fuerte, trayéndolo de nuevo a la realidad y haciendo que Jongho se detuviera y girara al instante.

Moonchild ✧ Park SeonghwaWhere stories live. Discover now