𝙈𝙉𝘾𝙃𝙇𝘿 | Naju está rodeada de un espeso y húmedo bosque, dónde animales y otros seres corren a la velocidad de la luz. La presencia de los hermanos Park ha comenzado a agitar todo lo sobrenatural del lugar, así como uno de ellos descubre poco...
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ㅡPuedes dejar de hacer eso, ya sé que estás frío como un hielo. ㅡsusurra Seonghwa mientras apoya su espalda en el cabecero de la cama.
Jongho al instante deja de frotar sus brazos con sus manos, cosa que por alguna razón empezó hacer luego de esa noche afuera en el bosque, en donde trató de que su hermano no se diera cuenta del nulo calor que emanaba su cuerpo. Separa los ojos dorados del cristal muy lentamente, dejando de detallar cada hoja y tronco que había afuera de la propiedad. Aclara la garganta de forma breve y gira su cuerpo para ver a la cama, ve al mayor de cabello rosa frotarse los ojos en medio de un bostezo y luego el cómo se quitaba las mantas de encima para levantarse.
El más alto estira los brazos haciéndolos tronar, y un escalofrío le recorre al sentir la madera fría del piso en sus pies descalzos. Se acomodó también frente a la ventana, viendo la oscuridad y tranquilidad infinita de la foresta de madrugada. El mentón de Jongho volvió a la posición de antes, encontrando su atención de nuevo en todo lo que se hallaba al otro lado del cristal impecable.
La voz suave y grave de Seonghwa volvió a hablar. ㅡSé que ya no duermes, pero a veces me asusto cuando abro los ojos y te veo de pie frente a la cama.
Eso sacó una risa leve en Jongho, haciendo que su pecho y hombros se movieran. ㅡLo siento, hyung. ㅡse disculpa con voz bajita.
El hombro derecho de Seonghwa se apoyó en el vidrio, y eso hizo que su cabeza también lo hiciera. Sintió el frío del material transparente en la piel, pero no logró hacerlo mover. El patio trasero se veía tan calmado y fresco que daban ganas de salir y disfrutar del clima helado, aunque quizás eso lo llevaría a enfermarse. El verdoso casi negro de los árboles, césped, maleza y arbustos ya no parecía darle una sensación de incomodidad, era más bien paz, tal vez porque ahora sabía que su hermanito y los Kang podían protegerlo con sus vidas con lo que sea que pudiera esconderse en la oscuridad. O de pronto solo era porque estaba en la seguridad de la enorme casa.
Vio de reojo como Jongho se cruzaba de brazos y soltaba un suspiro bajo, parecía bastante entretenido con lo que sea que estuviera observando, pues por lo que le había dicho estos días, era casi como si su visión ahora fuera diez veces más aguda, al igual que todos sus otros sentidos. Quizás había encontrado el hogar de algunas hormiguitas en la tierra, o detallaba las gotas residuales de la lluvia que colmó toda la región desde la mañana.
No negaba que le gustaría saber qué se sentía el poder admirar todo con más precisión.
Sus ojos oscuros subieron hasta lo más alto de las copas de los árboles, viendo como las hojas se movían de un lado a otro por el viento fuerte. Podía jurar que incluso podía escuchar el sonido típico de éstas, o tal vez solo era un recuerdo vago de su mente de la última vez que estuvo en el bosque. El cielo de un azul muy oscuro, lleno de nubes y estrellas brillantes llamó su atención. Movió la cabeza para tratar de encontrar la luz blanquecina de la luna, y cuando lo logró, hizo un puchero inconsciente al verla oculta entre todos los velos grises.
