XII. Forks

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Capítulo Dieciséis
Forks
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El hijo de Hades sintió como la sangre le hervía de la impotencia y el coraje mismo al detallar la sonrisa radiante que le estaba dedicando un chico bastante fornido y de buen tamaño, de piel morena, su cabello es de color negro algo despeinado, además que tenía un extraño tatuaje en el brazo, a la vez que posee unos ojos son tan negros como su cabello, pero bastante profundos, los cuales miraban fijamente a su Charlotte.

Él había ido a buscar a la rubia aquel pueblo.

Nico Di Angelo llevaba al rededor de una dos horas espiando a la hija de Afrodita desde “las sombras” y no le gustaba para nada la cercanía que tenía ese individuo sobre la que iba a ser su novia, porque ese ha sido el verdadero motivo de su ida a ese lugar.

El pelinegro descendiente del dios de las penumbras apretó los puños con brusquedad al notar como el chico le dió un beso en la mejilla a la rubia.

El hijo de Hades estaba tan sumergido en aquel estado que ni siquiera le importo quedar al descubierto frenta a Charlotte porque salió de su escondite directamente hacia ella, para jalarle del brazo y pegarla contra su pecho.

Charlotte se quedó petrificada en su lugar, mientras que el otro individuo gruño como un animal salvaje cuando está bajo amenaza.

—Nico...—susurró en un hilo de voz la hija de Afrodita con asombro.

Él no comento nada al respeto pero en cambio no se contuvo más para sujetarla con suavidad el rostro y plantarle un dulce beso en los labios, gesto que se estuvo conteniendo desde que llevo pero no aguanto más.

Ella correspondió el beso, pasando sus manos por los hombros de él con delicadeza. Charlotte como había extrañado aquellos labios de su querido pelinegro.

No obstante, un carraspeó de garganta rompió ese mágico encuentro; provocando que ambos semidioses se separan de golpe. La hija de Afrodita tenía las mejillas completamente rojas mientras que el pelinegro se le formó en sus labios una sonrisa triunfadora de solo saber que nadie le va a quitar a su rubia.

—Charly, creo que es mejor que me vaya—hablo con desánimo el otro chico sabiendo que ha perdido la batalla.

—Si, Paul—dijo con vergüenza la rubia para tomar aire y poder continuar.—Muchas gracias, por acompañarme—añadió la chica con una pequeña sonrisa.

El hijo de Hades enmarcó una ceja, mirando al otro chico que parecía desmotivado, pero este se marchó dejándolos solos.

—¿Nico, qué haces aquí?—le pregunto la rubia, a la vez que pasó sus brazos por los hombros del chico.

Él soltó una pequeña risa para sujetarla por la cintura.

—No me aguantaba las ganas de verte—comentó el pelinegro ya no importa lo que ella pensará.

Sin embargo, grande fue su asombro que la joven lo beso sin decir ni una sola palabra, había hecho lo mismo que él acababa de hacer sin pensar en las consecuencias o algo.

El beso paso de dulzura a necesitada por parte de ambos por estar juntos, ya han meditado mucho las cosas y saben que no pueden seguir el uno sin el otro.

Lamento no haberte escrito estaba muy ocupada con la misión que cada vez se complica.—le contó luego de recuperar el aliento.—Agnes se ha enamorado y no precisamente de un humano sino de todo lo contrario.—agregó con impaciencia.

El hijo de Hades frunció el seño tratando de entender la situación y el motivo por el cual estaban tardando tanto en la misión especial para Hécate.

—Hasta que por fin vienes por tu Julieta, Romeo —una voz de chica se hizo presente captando la atención de ambos .

Él mencionado volteo a mirar quien lo había saludado para encontrarse a una perfecta “bruja” parada allí con los brazos cruzados sobre su pecho.

Siempre siendo tan amigable, Agnes —refunfuño con molestia el hijo de Hades.

Agnes soltó una risa de diversión, volteando a mirar hacia detrás de ella donde los otros involucrados en la misión estaban parados viendo la escenas.

—Tienes que estar muy pendiente ahora porque ya hay competencia y de la buena—habló con un toque de burla la hija de Hécate.

Nico Di Angelo hizo un sonido involuntario con la lengua de completo fastidio, desde cuándo aca esa extraña confianza de la bruja hacia él.

Basta, Agnes bien sabes que a mí me gusta Nico—dijo la rubia con molestia al saber que la otra chica se estaba pasando ya.

La hija de Hécate soltó una leve risa de diversión para irse de allí.

¿Siempre es así de odiosa?—le pregunto el pelinegro con enojó.

—A veces pero es solo cuando no está con Jasper—respondió la rubia soltando un suspiro de cansancio.

No obstante, un chico un tanto robusto se paró al lado de la pareja, esté movía las manos con un tanto de impaciente como dudando de hablar con el hijo de Hades por temor a su reacción aunque medio tuviera un poco de confianza al estar Charlotte presente.

—¿Haz visto a mi hermana, Peyton?—lanzo por fin la pregunto hacia el pelinegro.

Nico Di Angelo ladeó la cabeza tratando de acordarse cuando fue la última vez que vio a la chica.

Sí, la he visto con Leo Valdez—contesto con simpleza tratando de ser lo más “amable” posible.

El hijo de Hypnos al escuchar la respuesta simplemente asintió para irse de allí y no seguir dañando el ambiente amoroso entre ambos semidioses.

Charly he venido aquí para hacer una pregunta importante.—hablo el hijo de Hades pausadamente para tomar el valor y poder hacer la siguiente pregunta.

La hija de Afrodita quedó completamente confundida mirándolo fijamente a la espera de la dichosa propuesta del chico.

¿Quieres ser mi novia?—le pregunto el pelinegro, a la vez que sentía sus mejillas arder de la pena.

Él por fin se había atrevido hacer la pregunta después de saber que hay alguien más detrás de su Charlotte y también en el fondo de su ser se ha dado cuenta que la amaba de verdad.

Nico Di Angelo se ha enamorado de una hija de Afrodita....

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Hola, mis amores.
¡Por fin, actualizó!
Espero que les guste el capítulo.
Recuerden, no ser un lector fantasma apoyan mi trabajo.
En mi perfil hay más historias que les podría gustar.

Besos😘😘😘

𝐄𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐚 𝐃𝐢 𝐀𝐧𝐠𝐞𝐥𝐨 ✓Where stories live. Discover now