————————— Capítulo cuatro Ataque de celos —————————
اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.
El pelinegro sentía como le hervía la sangre, apretaba con firmeza los puños hasta el punto de que sus nudillos se transformaron en blancos por tanta fuerza que ejercía, mientras su rostro estaba completamente carmesí, a más no poder.
No por la vergüenza, sino por la cólera, una que en cualquier momento explotaria.
Los ojos oscuros del hijo de Hades estaba fulminando a una particular pareja unos pasos más alejado de él, los cuales, estaban conversando tan animadamente. Di Angelo volteó el rostro en otra dirección, a la vez que, caminaba acelerado hacía un costado del comedor.
El aire frío del invierno chocaba contra su rostro, aunque fueran simplemente las dos de la tarde, el invierno comenzaba abrazar al campamento mestizo.
Pero lo peor no era el invierno, no. Sino que Nico di Angelo estaba furioso eso no siendo para nada bueno.
El pelinegro apretó con vigor sus párpados tratando de controlar su estado para no causar ningún daño como tal.
—¿Por qué estás tan furioso?—escuchó, de repente una voz dulce y melodiosa.
El hijo de Hades dio un pequeño brinco en su sitio, para abrir de manera abrupta los ojos dándose cuenta de la figura femenina en frente de él.
Una chica de cabello azabache, de piel un tanto tostada y unos particulares ojos marrones con destellos de rubí, siendo a simple vista anatómicamente se podría decir menor que él
Él hijo de Hades sabía perfectamente de quien se trataba.
—Señorita, Hestia—dijo, el pelinegro en un timbre de voz sorprendido.
La "chica" soltó una pequeña risa por lo bajo.
—Joven, Di Angelo—habló, calmada la diosa mientras le sonrió con amabilidad.
A pesar de que a ella la mayoría de los campistas no notaban su presencia, se podría decir con certeza lo muy bien que conocía a cada uno de los semidioses del campamento mestizo, por lo tanto sabía que esos cambios anímicos del hijo de Hades no eran para nada normal.
Algo le pasaba.
—¿Qué te sucede, Nico?—soltó la pregunta sin ninguna anestesia.
Él inconscientemente hizo una mueca de disgusto en sus labios.
Aunque algo en su interior le decía a gritos que se desahogará, él era esa clase de persona que no le gustaba decirle a nadie sus problemas, pero al detallar el rostro de preocupación que le dio la diosa del hogar, le fue casi imposible resistirse.
No tuvo otra opción.
―La vi paseándose con Davis―susurró, el pelinegro entre dientes, volviendo a sentir como le subía la sangre a la cabeza.
La diosa se quedó unos minutos tratando de procesar lo dicho por el joven semidiós.
―¿Te refieres a Jared?―le preguntó, en un tono de voz extrañada Hestia.
Di Angelo, bufó por lo bajo para subir los brazos a la altura de su pecho y cruzarlos mientras giraba la cabeza a un costado, no queriendo que la diosa lo mirará en aquel estado.
―¿Pero a quién viste con Jared?― interrogó, la Hestia un tanto confundida por la situación.
―Charlotte―el pelinegro soltó un profundo suspiro de sus labios, dejando salir toda aquella furia que contenía con un simple nombre.
Nico, no sabía a ciencia cierta lo que estaba ocurriendo con él, a lo mejor la diosa del amor se estaba divirtiendo con él.
―Entonces, es cierto lo que dicen―habló, para si misma la diosa de la lumbre, a la vez que, formaba una sonrisa con un toque de diversión en labios.
Ella iba a molestarlo, tal vez un poco, solo tal vez.
―¿Estás molesto por qué la viste con alguien más?―Formuló, Hestia aquella pregunta aunque fue un poco evidente, lo hacía solo para molestar más al menor.
El hijo de Hades de un brusco movimiento dirigió la mirada hacía la diosa para poderla observar mientras le dedicó una expresión neutral en su rostro, aunque en sus ojos oscuros se podría notar lo enfado que estaba.
―Yo solo lo digo por las evidencias que haz dado―aclaró, Hestia levantando las manos en alto como un gesto en son de paz.
Nico, deshizo su posición para subir sus manos hasta su rostro pasándolas con desesperación por esa zona, él jamás pensó estar en un situación de este tipo y menos con la diosa del hogar en frente suyo.
―Sí―afirmó, el pelinegro en un hilo de voz aunque la diosa lo logró escuchar.
―Di Angelo, estas celoso―dijo, Hestia después de unos minutos en completo silencio.
El pelinegro simplemente al escuchar las cuatro palabras su rostro se transformó en un tono carmesí, pero esta vez se podía decir con certeza que no era por la molestia, sino por la vergüenza al quedar expuesto ante ella.
―¿Qué?―gritó, el semidiós moviendo exageradamente sus manos, a la vez que, abrió sus ojos oscuros por la sorpresa.
―Acéptalo, estás celoso―vociferó cada palabra la diosa en un tono jueguetón.
Nico, comenzó a negar varias veces con la cabeza, no queriendo aceptarlo.
―¡Yo nunca estaría celoso por una chica como ella!―Exclamó, el pelinegro un tanto avergonzado como enojado.
Di Angelo comenzó a dar pasos apresurado, no queriendo estar más en compañía de la diosa del hogar, él sabía perfectamente que si seguía con aquella conversación iba a ser peor todo, además que ni siquiera estaba seguro de lo que experimentaba en ese momento.
―¡Sí, qué lo estas, Nico!―gritó, Hestia cuando tenía al semidiós un metro más alejado de su posición mientras una sonrisa se le creó en los labios de pura satisfacción afirmando con certeza lo dicho por ella.
«No puedo estar celoso, o tal vez solo un poco» pensó, el pelinegro huyendo del lugar.
———
اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.
Hola, mis dulzuras. Aquí está el nuevo capítulo. Espero y les guste. ¿Qué les pareció? Admito que yo sería igual que Hestia molestando a Nico Para mi que si lo está 😂😂😂
