III. Visita al Inframundo

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Capítulo tres
Visita al Inframundo
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En lo más profundo del Inframundo se encuentra un enorme palacio construido con obsidiana, con unos muros gigantes coronados por almenara de fuego

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En lo más profundo del Inframundo se encuentra un enorme palacio construido con obsidiana, con unos muros gigantes coronados por almenara de fuego.

Con lo primero que te encuentras al ingresar al palacio es un hermoso jardín con todas inmensidad de flores de todo tipo, siendo un perfecto lugar para un amante de la naturaleza, aunque eso no es todo, la superficie áspera de la tierra cuenta con una particular anomalía donde sobre salen varias piedras preciosas que adornan junto a las plantas dándole un toque encantador.

Pero como no serlo, sí es el jardín de la diosa de la primavera.

En el interior de la construcción un gran pasillo repleto de guerreros con relevancia a lo largo de la historia antigua, siendo estos nada más y nada menos que la guardia personal del dios del Inframundo.

Junto a tres poderosas furias.

No obstante, el salón más importante de aquel lugar es la sala del trono, como su nombre se indica es el espacio donde Hades tiene su gigantesco trono hecho de huesos reales, y justo a su lado uno trono más pequeño de plata, el de su esposa Perséfone.

Aunque en ese momento no estaba siendo habitado.

De los labios delgados de un pelinegro adolescente se escapó un largo suspiro cansado, realmente su cuerpo estaba tan consumido en el agotamiento, que literalmente podría quedarse dormido, ahí mismo, aunque estuviera en ese preciso instante de pie.

Justo al frente de él, se alzaba la impotente figura de un hombre con el cabello oscuro como la misma noche, de ojos, tal cual, carbón, y de piel pálida como un muerto, vestido con un estilo roquero.

Hades le observaba con seriedad, reflejada en todo su rostro.

Nico sintió como por un momento sus párpados se cerraban solos, cubriéndolos por períodos de corto tiempo sus ojos oscuros, a la vez que, un ligero bostezo abandonó sus labios siendo inevitable.

Para el dios no paso por desapercibido el estado soñoliento de su hijo.

—¡Nico, no te duermas!—la voz imponente de enojo de Hades resonó entre las paredes del salón.

El semidiós dio involuntariamente en su sitio un brinco a causa del susto, sus orbes oscuros se abrieron de par en par, mientras que posaba su mano derecha sobre el pecho tratando de controlar su desenfrenado corazón.

Esa acción de parte del chico hizo que el dios se percatara de la cadena que posa en la muñeca de Di Angelo.

El pelinegro al darse cuenta que su padre se había percatado, bajo de inmediato su mano, haciendo un movimiento de su hombro para que la manga de su chaqueta cubrirá por completo la cadena.

—¿Cuál fue el motivo que ameritó a ser llamado ante ti, padre? —preguntó, el adolescente usando un tono neutral.

El dios sin decir ni una sola palabra, se alzó en su trono para colocarse de pie, y de esta manera caminar en dirección a él.

—Parece, que lo comentado es verdad—aclaró, el mayor, mientras sonrió irónicamente.

Sin darle tiempo en reaccionar a Nico, el dios toco el brazo del chico levantando la manga de su chaqueta para dejar al descubierto la cadena con dijes colgados. Tal acción provocó que el pelinegro apartará casi de manera automática su extremidad para hacerlo retroceder al chico y de esta forma liberarse del agarre de su padre.

—¿Quién te lo dio?—preguntó, Hades con un semblante serio.

—Una conocida del campamento— susurró, casi como un hilo de voz Nico. —Hija de Afrodita— complemento, bajando la mirada sobre el suelo al mismo tiempo que sus mejillas tomaban un ligero rubor.

El dios se quedó pensando unos minutos para reír por lo bajo al ver la expresión del pelinegro.

—Nico, yo me entero de todo—Hades, jugó con sus propias palabras.—Tengo que decirte que la niña esa está súper interesada en ti— afirmó, siendo lo más normal del mundo.

Hades subió una mano en alto con una sonrisa divertida en sus labios, antes de girar sobre sus talones dándole la espalda al menor.

— Sólo ten cuidado con ella, ni se te ocurra jugar con sus sentimientos—advirtió, sin ni siquiera verle simplemente se dedicó a regresar a su trono.

No obstante, se detuvo a medio andar.

—Por que si no tendrás problemas con Afrodita—finalizó, la deidad con esa seriedad que tanto le caracteriza.

El chico se quedo atónito ante cada comentario de su padre, el rubor en sus mejillas se hizo más intenso, sintiendo como el calor le llegaba hasta la puntas de las orejas, pero eso no le impidió hacer un débil asentimiento con su cabeza.

Él príncipe de los fantasmas dejo que la abrazadera oscuridad consumirá su anatomía, haciendo una transportación  por medio de las sombras.

Nico hizo su aparición en el campamento mestizo, siendo más específico la cabaña número trece.

Di Angelo de cierta manera estaba avergonzado pero aún así no podía seguir resistiendo el cansancio que genera cada vez que él usa esa habilidad especial, como pudo se encaminó hasta la pequeña ventana de su habitación para mover suavemente con su mano la manecilla provocando que se habrán los cristales.

Él se quedó observando por unos minutos el ambiente del exterior, aún el sol iluminaba con intensidad el cielo despejado, sus ojos oscuros se posaron en un grupo de chicas perfectamente arregladas, tal cual, Barbies. Pero había una rubia justo detrás de ellas caminando unos pasos más atrás, su sonrisa se marcaba con alegría en sus labios, estaba sin una pizca de maquillaje en su rostro, mostrando su belleza natural.

Nico suspiró involuntario, pero su mirada se tornó turbio al observarla que no estaba sola sino acompañada.

Por un chico que la hace reír.

Di Angelo cerró de un brusco movimiento la ventana de su habitación, para irse en dirección de a su litera, cayendo sobre el suave colchón boca abajo ocultando su rostro entre la almohada. Se sentía tan furioso y frustrado, pero eso no era nada para lo que realmente cruzaba su cuerpo, sino la sensación de querer asesinar al chico.

«¿Qué me andas haciendo, Charlotte?» se preguntó, así mismo, mientras trataba de calmar todas seas emociones sofocante en su pecho.

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Hola mis dulzuras

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Hola mis dulzuras.
¿Cómo están?. Espero que muy bien.
Aquí les traigo un nuevo capítulo de esta historia.
Espero que les guste tanto como a mi escribirlo.
Para mi que Nico está celoso 😂
¿Qué dicen ustedes?

Cuídense mucho mis amores
Besos 😘😘😘

𝐄𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐚 𝐃𝐢 𝐀𝐧𝐠𝐞𝐥𝐨 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora