Capítulo 3

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Estaba en la cocina comiendo unos sanwiches, mientas que la señora Choi lavaba unos platos. A decir verdad los sanwiches estaban mas que ricos, eran dignos del paladar de un rey.

—Sus sanwiches son una delicia señora Choi —dije con la boca llena.

—Gracias mi niño, no olvides dejar lugar para el postre.

La señora Choi agarro el plato vacío en donde habían estado los sanwiches, pero solo quedaban migajas, y puso una compotera con fresas con crema en frente mio, se me hacia agua la boca de solo verlo, agarre la cuchara y con ella saque un puñado de las frezas con
crema y comí, apenas toco mi lengua me deleite con su sabor.
Me trajo recuerdos de mi infancia, en aquellos días de verano cuando mi abuela solía prepararme sus postres que me refrescaban, comencé a llorar.

—Oye, ¿por que estas llorando? —pregunto la señora Choi.

—Es… es por… porque esta delicioso —respondí sin siquiera dejar de comer las fresas, y llorando.

—Ay, no exageres.

—Jejeje —Reí y luego me se que las lágrimas con una servilleta.

En ese momento llego Suni con mirada seria e inexpresiva, me miro y hablo.

—Dong-sun, el señor quiere ver te.

—¿A mi? —pregunte intrigado.

—Si, dijo que fuera a su oficina de inmediato.

—Esta bien. —exprese al no tener mas opciones— Señora Choi me guarda las fresas con crema, por favor.

—Esta bien, —dijo sin voltear a verme —estarán aquí cuando vuelvas, no te preocupes.

—Gracias.

Me levante y fui al segundo piso de la casa en donde estaba la oficina del señor Park, cuando iba subiendo las escaleras empecé a ponerme nervioso sin razón las manos me sudaban y temblaban. Mientras subía me preguntaba.

«¿Por que me habrá llamado? ¿habré hecho algo mal?. No lo creo, pero… hmm, sera por lo de la otra vez, pero me disculpe y no lo volví a hacer».

Sin darme cuenta llegue a la oficina del señor Park, di dos golpes a la puerta y espere respuesta, estaba un tanto nervioso respire profundo y exhale tratando de calmarme, y pronto escuche.

—Pase.

Entre y luego cerré la puerta, di una pasos hasta quedar a una cierta distancia del
escritorio en donde estaba el señor Park, el levanto la mirada y hablo.

—Ahh, eres tu.

—¿Me mando a llamar señor?.

—Si. —afirmo y volvió a fijar la mirada en la pantalla de su computadora — Hoy tengo que ir a un lugar, pero no tengo chofer. —explico—Así que me preguntaba, ¿si quieres ser
mi chofer?.

—¿Su chofer señor?. —Pregunte atónito y con voz cortante hable— Mmm…
e-bueno yo…mmm.

No sabia como responder, la propuesta me fue muy inesperada y no quería quedar mal ante el.

«¿Que debería hacer?».

—Claro que se te pagara por horas extras —agrego.

Lo pensé detalladamente por un momento.

«Ese dinero extra me vendrá bien».

Después de pensarlo bien le respondí.

—Esta bien. Acepto, señor.

Alzo la mira, me miro fijamente y hablo.

—Bien. Nos iremos a las ocho.

—Esta bien señor, pero hay un problema.
—¿Que problema?.

—Bueno… eh… estoy sucio, señor.

—No hay problema, puedes bañarte en el baño y te daré ropa apropiada.

—Es muy amable, pero no seria apropiado señor —dije.

—¿De que hablas?¿inapropiado?. No seas ridículo. No puedo permitir que subas a mi auto con ropa sucia.

Viendo que no iba a cambiar de opinión, no tuve otra opción que aceptar.

—Esta bien señor. ¿Puedo retirar me?.

El asintió y yo me marche.

Unas horas antes de irnos, me bañe y me puse el traje de chofer, después solo espere en la entrada con el auto, cuando apareció me sorprendí al verle vestido con aquel traje rojo, no podia deja de verlo.

«Se ve bastante guapo con ese traje».

Le abrí la puerta del auto y el subió, luego de haber subido cerré la puerta y subió al auto, cuando estaba por arrancar el auto me percate de algo.

—Disculpe señor, ¿pero cual es la dirección del lugar al que quiere ir?.

—Ten toma, —Me acerco un papel— esa es la dirección.

Le agarre el papel, puse la dirección en el GPS y arranque el auto. Al llegar al evento baje del auto y fui a abrirle la puerta al señor Park, cuando bajo los dos nos miramos fijamente, y
por un momento sus ojos me hipnotizaron.

—Estaciona el auto cerca, no me quedare mucho tiempo, así que esta te atento cuando te llama.

—Si, señor.

Cerré la puerta y lo mire entrar al edificio, suspire y luego simplemente fui a cumplir lo que el me ordeno.

Durante un tiempo Soo-yung es tubo solo, sin embargo luego apareció SeoJoon.

—Ahh,—expreso con alegría— Soo-yung decidiste venir, que alegría.

—Es mas aburrido de lo que pensé —comento el luego de dar un suspiro.

—Ah, Soo-yung . ¿por que para ti todo es aburrido?.

—No lo se, yo soy así.

—Bueno. Pero trata divierte te un poco o por lo menos sonríe.

—Tsk.

—Espera aquí, ya vuelvo.

—Como sea.

Después de que SeoJoon se fue, un hombre de cabellos rubios, de traje elegante y con unacopa de vino en cada mano se le acerco.

—Tanto tiempo sin vernos Soo-yung —expreso el hombre, con una sonrisa mostrando los dientes.

«Y este maldito ¿por que esta aquí?».

Con solo verle la expresión de Soo-yung cambio de un rostro inexpresivo a uno de desprecio y desagrado.

—¿Que haces aquí? —le pregunto sin verle directamente.

—El presidente de Global International me invito. ¿y tu?.

—El también me invito.

El hombre acerco la copa ofreciéndole a Soo-yung.

—No quiero, gracias —respondió con desprecio.

—Vamos Soo-yung, no me digas que todavía sigues enojado por eso, ya pasaron cinco años.

—¿Por que de vería estar enojado?. Así, porque te encontré con mi secretario teniendo sexo en mi cama.

—Ohh vamos, sabes que el me sedujo — dijo haciéndose la víctima.

—No se esforzó mucho para lograrlo.
—Eres tan injusto. — Suspiro decepcionado — Sabe que siempre te ame.

—Por favor ya vete.

—Esta bien. Pero por lo menos acepta esta copa, por favor.

El hombre le acero la copa en señal de ofrecimiento, Soo-yung le miro con desconfianza y luego hablo.

—Con tal de que te vayas — dijo y agarro la copa, de un solo trago tomo todo el vino, luego le miro y pregunto un tanto molesto —¿Ya estas contento?.

—Tranquilo, no te vayas a emborrachar.

Soo-yung de pronto se sintió mareado, dejo caer la copa y esta se rompió al estrellarse con el suelo.

—¿Que te pasa Soo-yung?— pregunto mostrando preocupación —¿estas bien?.

El cuerpo le temblaba y su visión se hacia borrosa, el hombre le agarro en le momento en el que parecía que se iba a descompensar, sosteniéndolo los dos salieron del edificio.

—Tranquilo te llevare tu casa — dijo el hombre y luego sonrío de forma maliciosa.

El Escritor y el Jardinero Where stories live. Discover now