Capítulo 7

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Soo-yung estaba escribiendo como de costumbre mientras que yo regaba las flores de la ventana, los dos estábamos en silencio, sumido en mis pensamientos pues no dejaba de hacerme ideas de aquella amenaza dicha el dia anterior.

«Esos malditos.» enuncie en pensamientos mientras me enfurecía. «Si le llegan a hacer algo a mi abuela, los voy a.» suspire «¿Que puedo hacer?. No tengo dinero, con lo que me
pagan apenas alcanzo a pagar el hospital, ¿por que?».

Sin darme cuenta la maceta habia rebalsado.

—Demonios — maldije en voz baja.

Agarre la maceta y tire el exceso de agua, después la puso en su lugar. Mire Soo-yung que estaba totalmente concentrado, y me dije a mi mismo.

«No pudo creer lo que estoy a punto de hacer».

Me acerque, pero el ni siquiera alzo la mirada.

—Señor — Dije con voz temblorosa, y él me miro.

—¿Si?, Dong-sun. ¿Necesitas algo?.

Agache la mirada por vergüenza, pues no podia creer lo que estaba por hacer, la desesperación, la necesidad y el miedo me obligaron a humillarme una vez más. La humillación algo que esta presente en mi vida desde mi adolescencia.

—Yo… este yo… me preguntaba, ¿si consideraría darme un préstamo?.

—¿Un préstamo? — pregunto intrigado.

—Si, — afirme esquivando su mirada — vera es necesito pagar una deuda y en este momento me encuentro escaso de dinero.

—Comprendo. —Pensó por unos breves segundos y luego hablo — Hmm… esta bien, te daré el préstamo.

—¡¿En serio?! — Al escuchar que me daría el dinero, mi mundo se lleno de luz nuevamente.

—Si. ¿Cuanto es?.

—Bueno… son quinientos mil dolares.

Me miro sorprendido casi boquiabierto.

—¡¿Que?! — se sorprendió —.¿Como que quinientos mil?.

—Si, acaso es mucho dinero para usted. Acepto cien mil.

Soo-yung sintió que su riqueza estaba siendo puesta en duda, saco su chequera y escribió en ella, luego me entrego el cheque. Yo estaba nuevamente feliz.

—¡¡Gracias!!, muchas gracias señor. Se lo pagare en cuanto pueda, cada centavo, se lo prometo.

Dong-sun se puso firme y miro a Soo-yung, este le miro con una mirada seria y con una leve sonrisa en el rostro y dijo.

—Claro que me lo pagaras, tu me ayudaras con mi nuevo libro.

—¿Eeh? — quede atónito —, pero yo no se nada de escribir libros.

—No te preocupes —hablo Soo-yung —, sera algo sencillo.

—Esta bien, — dije sin pensar —lo voy a ayudar lo mejor que pueda. Se lo prometo.

Después de terminar mi trabajo en la casa, fui al banco y cobre el cheque. Ya cuando era de noche me dirigí a mi casa. Cuando esta por abrir la puerta sentí un fuerte dolor atrás y todo se oscureció.

Abrí mis ojos, pero algo me tapaba la cabeza. Esta un tanto asustado y preocupado, pues el dinero que lo traía en una bolsa ya no estaba conmigo. Me descubrieron la cabeza y sentado
frente a mi un hombre vestido con un traje negro con una rosa roja en el lado izquierdo, fumando un cigarrillo, era aquel al que llamaban “Jefe del Oriente”.

—Aquí esta jefe, como lo ordeno — hablo uno de sus secuaces que estaban atrás mio.

El hombre se saco el cigarrillo y expulso el humo, me miro. Con solo su presencia ya estaba aterrado, sentía que sus ojos grises podia penetrar mi alma. Trague saliva.

—Tu eres Kim Dong-sun, ¿verdad? — hablo él con una voz varonil y seductora. Yo asentí.

—S-si, soy yo.

Vi que a su lado estaba mi bolso. Él se dio cuanta que mire el bolso y me dijo.

—¿Esto es tuyo? — pregunto poniendo el bolso en su regazo. Me miro mientras esperaba a que contestara fumaba.

—Si — afirme y baje la mirada.

—¿En serio? —pronuncio sin emoción tras sacarse el cigarrillo y expulsar el humo. Abrió el bolso y saco unos de los fajos.—Vaya, vaya. ¿Como hiciste para obtener tanto dinero?.

—E-eso, eso no te concierne a ti.

—Hmmm.

—¡Como te atreves a contestarle al jefe de esa forma!¡suciedad maloliente!.

—Lo único maloliente en este lugar son ustedes — dije sin miedo, aun sabiendo que podrían matarme si quisieran.

—¿Que acabas de decir?, ¡Hijo de….

—Basta — ordeno —. Tienes muchas agallas sabiendo a quien estas insultando. Eso me impresiona un poco. — Fumo mirándome fijamente y luego hablo — Terminemos ya con esto. Esto sera suficiente, tu deuda con nosotros ya esta pagada.

—Esta bien.

Puso el bolso a un lado y se paro, se acerco a mi y me desato las manos. Me pare y nuestros cuerpos quedaron muy cerca uno del otro, nos miramos fijamente y el me sonrío coqueto. Retrocedí y me dispuse a irme de ese lugar, cuando habia dado unos paso él
pronuncio mi nombre.

—Dong-sun.

Le mire y dijo.

—Eres bastante lindo. Si necesitas algo no dudes en buscarme.

Me fui sin más y un tanto confundido.

El Escritor y el Jardinero Where stories live. Discover now