Capítulo 8

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Al día siguiente en la casa estábamos por almorzar. En la cocina la señora Choi preparaba la comida y yo estaba sentado un tanto pensativo, pues el señor Park me habia pedido que me quedara hasta a noche para que le ayudara con su libro. ¿Como podría yo ayudarle?, era la pregunta que me hacia a mi mismo y a la cual no sabia como contestar.

«¿Que tipo de libros escribirá el señor Park?.» me pregunte. Sabia que era un escritor bastante reconocido, no me tome el tiempo para averiguar que tipo de genero literario escribía. « Serán de terror, romance, acción o ciencia ficción. Como sea, no creo que le pueda ayudar mucho de cualquier manera».

Suni entro, pero seguía perdido entre mis pensamientos.

—Hola — saludo ella, pero yo no le devolví el saludo lo que hizo que ella se molestara —Dije: “¡HOLA!” — grito quitando me de mi trance.

—¿Eh? — exclame — Ah , hola. Perdona estaba distraído.

—Si, me di cuenta. — dijo y siguió camino, fue hasta donde se solían poner los platos y tomo tres, luego se acerco a la mesa y los coloco en esta.

Le mire fijamente y ella al darse cuanta hizo lo mismo, entrecerré mis ojos y ella hizo lo mismo. Estaba entre preguntarle o no sobre los libros del señor Park, y sin mas le pregunte. Abrí bien mis ojos y ella hizo lo mismo.

—Suni.

—¿Que?.

—¿Tu sabes que tipos de libros escribe el señor Park?.

—¿Por que preguntas?.

—Solo curiosidad. — le respondí. Le mentí, pues el señor Park me habia dicho que nadie debía enterarse que le estaba ayudando.

—Ya sabes lo que dicen “La curiosidad mato al gato”.

—Ooh, vamos. Dime.

—No te pienso decir nada.

—Que mala. — dije con voz de niñito regañado e hice puchero.

—Es por tu propio bien. Alguien como tu no esta preparado para este tipo de lectura.

—Por favor, ya vio todas las películas de terror que puede haber en este mundo y nunca me dieron miedo.

—Como sea, aun así no te lo diré.

En ese momento la señora Choi puso una cacerola en la mesa y agarro un plato. Sin haber obtenido respuestas por parte de Suni, decidí obtenerlas con la persona que habia trabajado más años en la casa, la señora Choi Mi-suk.

—Señora Choi, ¿usted sabe que tipos de libros escribe el señor Park?.

—Claro que si. — Respondió mientras destapo la cacerola y agarro el cucharón — Suni, ¿no le contaste cierto?. — dijo un tanto alarmada.

—Claro que no, pero el sigue insistiendo.

—¿Por que no me dicen?.

—Porque no estas preparado para ese tipo de lectura. Entiende, es por tu bien. Ahora comamos.

En la noche cuando la señora Choi y Suni ya se habían ido, Soo-yung y yo nos habíamos quedado solo. Yo estaba en la cocina en espera a su llamado.

«¿Por que tarda tanto?. Ya son las diez. Debería subir ya o mejor esperar a que él baje».

Pensé y pensé mas no sabia que hacer.

—Ash. — exclame como un suspiro.

«Espero que no tardemos mucho, quiero irme a casa».

En ese momento escuche paso que se dirigían hacia donde yo estaba, era él, nos miramos el uno al otro, él me miro con aquella mirada seria y fría que siempre traía consigo.

—Ven — me dijo y se fue.

Yo me pare y fui tras él. mientras hacíamos el recorrido para legar al segundo piso de la casa me mantuve detrás de él, siempre tomando un distancia prudente.
Al llegar al segundo piso pensé que iríamos a la oficina o la biblioteca, pero no se dirigió a
su cuarto.

«Creí que iríamos a su oficina. ¿Por que vamos a su cuarto?. La ultima vez que estuve ahí hice algo de lo que me arrepiento. Se que ya debo superarlo, pero no puedo olvidarlo. Es
imposible».

Me detuve y él abrió la puerta, me miro y dijo.

—Entra.

No dude y entre. Me sentía un tanto intranquilo, pues las luces del cuarto estaban apagadas, las luz proveniente de afuera era lo único dejaba ver en la habitación.
Escuche la puerta cerrarse detrás mio y voltee hacia atrás. Él camino en frente mio y se sentó en el borde de la cama cruzando las piernas y los brazos, me miro fijamente.

«¿Por que se me queda viendo?. No se suponía que debía ayudarlo a escribir, no veo hojas para escribir, lápiz o lo que suelen usar los escritores para escribir».

Los dos nos mirábamos sin decir nada, lo cual me desesperaba, di un suspiro y hable.

—Señor, ¿quiere que prenda la luz para que podamos trabajar más cómodamente?.

—No— respondió al instante.

—¿Quiere que traiga hojas y lápiz para que escriba?

—No.

—Entonces. ¿Que quiere?, señor.

Por un momento el silencio predomino en la habitación, hasta que después de dar un suspiro él hablo.

—Quiero… que te masturbes. — dijo con naturalidad.

Me quede en shock y boquiabierto.

—¿Que?.

El Escritor y el Jardinero Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin