En donde Iguro Obanai y Sanemi Shinazugawa, husmeando en el cuarto de uno de sus compañeros que tanto odian por "presumido", descubren la triste realidad detrás de la inexpresividad en el rostro de Tomioka Giyuu.
Y debido a que la culpa los carcome...
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Tomioka, como siempre, llegaba temprano a los salones y se quedaba dormido sobre su banca para no molestar a nadie. Así que era normal para cualquiera llegar y ya verlo en el salón.
Bueno, eso lo sabían Sanemi e Iguro con seguridad porque les gustaba llegar tarde, por lo que cuando llegaron, se sorprendieron. ¿Tomioka no había llegado? Su puesto estaba vacío y sin el azabache a la vista.
—No te preocupes, Salami — le dice, mientras se daba la media vuelta. La primera hora, siempre era libre, porque la mayoría de profesores faltaban. —Ven, demos una vuelta, odio ver la cara de esos perdedores — los que lograron escuchar eso antes de que se vayan, le lanzaron insultos al mas bajo, pero recordemos que a Iguro poco el importaba
—Ayer casi te gana una chica, también eres un perdedor — con sorna, Sanemi le saco la lengua, recordándole que una chica de cabellos naranjas le tiro el palo. Iguro le mira con odio.
—¡Era muy alta! ¡Entiéndeme!
—Todos son más altos que tu, Obanai.
—¡Anda a que te folle una mantarraya pendejo!
—¿Nuevo insulto? — Sanemi disfrutaba de la furia de Obanai, agarrándose el estomago de tanto reírse. Ambos, iban molestándose el uno al otro cuando vieron como un grupo rodeaba a un chico contra los casilleros.
No se detendrían, no tenían porque. Kagaya les había dejado en claro que se comportaran al menos por un mes y no iban a decepcionarlo.
Por supuesto, ellos no iban a desobedecer. Ya que la sentencia fue llamar a sus representantes. Y, eso, no pintaba para nada bien. Gyomei si quería lo castigaba y Ruka no era la más amable en cuanto a los castigos por desobediencia.
Se dieron la vuelta dispuestos a ignorar el problema cuando visualizaron la cabellera de la víctima a la que apresaban el grupo de cobardes, tan familiar y única. Sanemi e Iguro se miraron sorprendidos y con dudas. ¿Qué harían?
De trataba de su amigo problemático... Giyuu Tomioka.
Pero en primer lugar, ¿Por qué estaban haciendo eso? ¿De verdad querían a Giyuu como un amigo? Sanemi estaba teniendo una crisis por no saber si realmente lo consideraba un amigo cuando Obanai ya estaba dando pasos hacia el grupo. Furioso como el anterior día.
—¡¿Es que no se cansan?! — Les gruñe al grupo metiéndose como pudo entre los que estaban rodeando al mas alto, que parecía anonado. —¡Ese al que estas agarrando, imbécil cabezón, es MI bro! ¡Solo yo tengo derecho a joderlo! ¡¿Escuchaste, sabandija?!
Iguro, tan rápido como puede, agarra la mano de Tomioka, quien estaba en shock, y empiezan a correr. No iba a pelear, sabían que sería peor para ellos si se metían en un lío al ser solo tres. Sanemi iba a la par suyo, quien reacciono tardíamente por sus mil dudas. Se dio cuenta, ya no era una duda, Giyuu se convirtió en un amigo.
—¡Oye oye! ¡Yo también soy tu bro! ¡¿Qué te sucede?! — Le grita Sanemi a Obanai al ver que ni le estaba prestando atención.
—Bro y un nabo. ME DEJASTE A MI SOLO CONTRA ESOS LOCOS.
—OH VAMOOOS.
Mientras Sanemi le grita a Obanai, este solo se gira hacia Tomioka y le dice:
—Dile a Shinazugawa que no estoy dispuesto a hablar con el hasta que se disculpe por ser un pitbull con rabia — le dice tranquilamente girando su rostro hacia la dirección contraria a Sanemi.
—Dice Obanai que no quiere hablar contigo hasta que te disculpes — le informa y Sanemi siente que le quiere dar un golpe.
—¿AH SI? Pues que se vaya olvidando del almuerzo que le hizo mi hermano, supongo que hay solo para ti, vamonos emo — Sanemi se va con Giyuu y cuando Obanai recapacita les grita.
—OYE, ERA BROMA, SI QUIERO. ¡¿SALAMI?! ¡SALAMIII!
Mientras el le pedia perdón a Sanemi, se dirigían al salón para su segunda, torturosa, hora de clase. En el camino solo podían tratar de recordar que materia tocaba.
—Chicos... — Murmura Obanai.
Ambos giran sus cabezas hacia el quien se quedo tieso, estaba en medio de ellos y caminaban lento y con tranquilidad por los pasillos del colegio.
—Toca química.
Empezaron a correr y arreglarse el uniforme. Química era una materia a la que no podían faltar ni queriendo. La profesora que dictaba esa materia era una mujer estricta que les hacia hacer cincuenta ejercicios si llegaban atrasados. Si veía uniforme mal puesto, entonces tendrían una amonestación. Nunca les agrado esa mujer, pero tampoco buscaban razones para que los notara, aunque podrían mencionar que el estudiante favorito de esa mujer era Obanai porque era el único que entendía sus clases.
—CARAJO OBANAI, METELE NITRO A TUS PATAS QUE NO LLEGAMOS — fue el grito desesperado de Sanemi al ver que Iguro se quedaba muy atrás.
—ESTUPIDO POSTE, TENGO PATAS CORTAS, QUE ESPERAS — le grita de vuelta, algunas personas, que los veían desde las ventanas de sus salones se reían.
Para evitar el atraso, Giyuu subió a su espalda al mas bajo y corrió como nunca, bajando las escaleras no queriendo otro reporte y mucho menos la decepción de Kagaya. El ver como bajaba las escaleras de dos en dos asusto a Obanai e hizo que se agarrar fuertemente de el como un gato asustado.
—ESPERAAAA, NO QUIERO MORIR. GIYUUUU.
Sobra decir que llegaron a tiempo a su clase con cuatro minutos de sobra.
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🐰🌼: Otro cap por el atraso 🥳.
Puedo decir que está es un de las cosas que me pasó el anterior año, solo que más potente KAJAAJAKJAK.
EN FIN.
Gracias por leer.
Se despide, Sw33t ツ 🌼🐰.
Publicado: 13 de marzo del 2023. - Editado: 26 de marzo del 2024.
